El gremio: poesía, crítica y júbilo, el menú del coro de 'El Chapa' en cuartos

Coro

El gremio

• Autor Miguel Ángel García Argüez 'Chapa'

Parecía imposible, pero las preliminares más largas que se recuerdan han terminado. Y aunque parezca mentira, al final se ha hecho corto. Han arrancado los cuartos con el coro de El Chapa, 'El gremio', demostrando que las buenas sensaciones de preliminares eran solo un aperitivo de los que se sirven en este pomposo restaurante, escenario del gremio hostelero, tan relevante en Cádiz. Pero el de los trabajadores, que esto es carnaval.

El primer tango, dedicado al compañero hostelero, recuerda las pésimas condiciones en las que trabaja. Y sin embargo enmienda la plana a quienes ven a los inmigrantes como a enemigos que vienen a quitarles el trabajo. «La culpa es del empresario chantajista», advierte la letra. Y «que no se diga que en Cádiz somos racistas», remata.

La segunda letra, de alto voltaje poético, tiene como destinatario el vientre de una madre, el que alumbra el eterno milagro, aunque luego se revuelve como una dura crítica a la gestación subrogada, práctica que a la verdadera madre la deja como una mera incubadora.

Los cuplés, muy simpáticos. El primero, a la ley de los animales, que permite que entren en casi cualquier establecimiento. Lo que les da miedo a estos hosteleros es el perro del dueño. El segundo de la tanda, muy original, a la intromisión de la inteligencia artificial en la composición de repertorios carnavalescos. Al que le probó le salió un nabo como la Torre de Preferencia. Estribillo divertido, casi achirigotado, que da paso a la parte más intensa del repertorio.

El grupo suena cada vez más sincronizado e interpreta con más seguridad. Las segundas equilibran el conjunto vocal, que tal vez no sea el más potente pero canta con arrojo y gusto. La cuarteta del popurrí cuyo estribillo reza «ojú vecina, han llegao nuevos tiempos» calienta al público. El final, al son de Manuel Carrasco, invita a que todos canten «que Cádiz no se vende».