Niños jugando a la pelota en un patio de vecinos en el que por la noche los vecinos charlaban al fresco durante el verano. Escenas típicas y corrientes de un Cádiz que poco a poco ha ido perdiendo esas postales en detrimento de la proliferación de pisos turísticos. Esa es la línea argumental del primer pasodoble de la comparsa 'Los esclavos' en su pase de Cuartos.
«Entre estos muros cansados, cuántas cosas bellas habrán vivido», relataba la agrupación del Chapa. El trajín en la azotea, los suspiros de las abuelas, la tortilla de la cena, el café del desayuno, la enferma en el dormitorio o el estudiante en su flexo. La vida, al final y al cabo, en un vecindario gaditano.
El turismo es una industria que tiene una gran importancia en la economía gaditana, pero se denotaba en el autor la necesidad de acotar que muchos propietarios opten por poner sus casas en alquiler vacacional para turistas porque Cádiz sigue perdiendo habitantes y con ello, la ciudad corre el riesgo de perder buena parte del encanto que atrae a visitantes llegados de España y el resto del mundo. Un difícil y necesario equilibrio que plantea un extenso debate.
«Entre esos muros rendidos donde ya nada es igual» tan solo hay turistas que entran y salen. Y fue muy claro en el remate: «Estáis matando el corazón de la Tacita».
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