Carnaval de Cádiz
Con la duda de Martínez Ares siempre presente
El autor de 'La oveja negra', que acaba de ganar el primer premio por tercera vez consecutiva, lleva tiempo planteándose un descanso; su cuerpo se lo pide a gritos
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Antonio Martínez Ares está cada año más cerca del retiro, de su descanso. Puntual, 'sine die'. Unos piensan que esa advertencia es una llamada de atención, incluso una baza en el Concurso. Pero la realidad es que el niño de Santa María está agotado físicamente, por mucho que la calidad de sus comparsas lo nieguen categóricamente. «Mi cuerpo me está pidiendo a gritos que descanse», comentaba a este medio justo antes de estrenar 'La oveja Negra en el Falla.
Es una cuestión física. Ares se exprime al máximo en cada composición y la presión es superlativa. Juan Carlos Aragón no sólo le ponía las pilas, sino que también le restaba ese foco mediático. Ahora todas las luces le apuntan cada día, antes, durante y después. El día del estreno se arremolinan junto al local donde se preparan (este año la peña El adoquín) cientos de aficionados y un buen número de periodistas en un ambiente cargado de tensión por la responsabilidad. Nada más abrir cortinas se puede hasta cortar el aire; los silencios del público son sobrecogedores; las ovaciones, atronadoras.
Martínez Ares: «Algún año descansaré porque mi cuerpo me lo está pidiendo a gritos»
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«Lo echo menos, todos los echamos de menos, pero a mí particularmente me ponía las pilas», confiesa el autor de 'La oveja negra'
Todo lo que dice, cuenta, escribe, elogia o critica es objeto de minucioso análisis y encendido debate nada más terminar esa misma copla. Sin tiempo siquiera a la reflexión se cruzan los elogios mayúsculos y exagerados con comentarios hirientes de sus detractores. De genio a 'cuñao', y así sucesivamente.
Como estrategia de defensa, Ares desconecta durante el Concurso y no sigue nada de lo que sucede sobre las tablas. La comparsa tiene dos grupos de whatsapp: uno con él para las cuestiones de organización y otro sin él donde los componentes hablan del COAC. Allí no quiere estar. El poeta necesita la presión para sacar a relucir su pluma (es un animal competitivo) y la mayoría de pasodobles y los cuplés los hace en este mes de certamen. Al estreno llegó con sólo tres pasodobles: los de preliminares y otro reservado para la Final.
La exigencia propia y externa pasa factura. Ares nota el desgaste y su cuerpo, su cabeza, se resiente. Iba a ser este año el del descanso, pero surgió la música del pasodoble y el grupo le pidió 'completarla' con un repertorio como el de 'La oveja negra'. La idea caló en el autor y eso ha facilitado su composición, se ha sentido muy cómodo con la propuesta.
No es un aviso o advertencia. Ya lo hizo. Debutó en el 84 con 'Requiebros' (hace justo 40 años) y en 2003 decidió parar tras 'Calle de la mar'. En esa ocasión buscó una aventura artística y musical en solitario que no terminó de fraguar. Regresó 13 años después, con 'Los cobardes' (2016). Desde entonces, ocho agrupaciones, con cinco primeros premios, dos segundos y un cuarto. No se ha bajado de la Final.
De momento no quiere hablar de ello y ante las preguntas responde que sólo quiere disfrutar de este Carnaval, una vez acabada la competición. Hasta le aterra el hecho de tener que competir con 'La oveja negra', que puede ser de sus mejores comparsas. Para bien o para mal, Ares no compite contra vivos o muertos. Compite contra todos y, sobre todo, compite contra sí mismo.
