La chirigota de Selu García Cossío tiene más talento e ingenio en dos golpes que otras agrupaciones en todo su repertorio. No es su mejor año, tampoco su peor, si bien durante el Concurso se ha observado ese crecimiento que se le pide (¿se le exige?) a su autor. La Juani ha ido tomando forma, Selu ha pergeñado este personaje caradura e hipócrita. Ha defraudado, pero es que no le puede caer bien a todo el mundo.
Dos buenos pasodobles y dos cuplés muy aceptables. En su línea, y sin errores en la interpretación. No ha habido mascamiento de letra exagerado, y el humor domina todo el repertorio, de principio a fin de la copla, sin salirse en ningún momento del tipo ni romper esa continuidad escénica. Pero es obvio que la agrupación no termina de enganchar.
Muy buenos golpes, repletos de ingenio, en esos pasodobles donde relatan su cotidianidad, desde su negocio un tanto 'ilegal' (supuestamente) como su marido y su suegra. Juegos de palabras en la cupletina, con división de opiniones. Al cronista le han hecho reír, y la vida son estos pequeños detalles.
Selu lo apuesta todo a su personaje y esta señora no es tan reconocible como otros, ni sugiere ni resulta atractiva para la mayoría. El popurrí queda algo descompensado con cuartetas simpáticas y otras que dejan la risa en suspenso. Demasiado, para una agrupación que soporta el peso de una historia mayúscula y la exigencia desmedida de un gran número de aficionados.
El método Seluslavsky nos deja un personaje de su factoría, con mucho recorrido, perfectamente reconocible y muy bien interpretado. Rebosante de detalles, construido con la precisión de un orfebre en cada gesto, cada nota, cada palabra
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