Sierra

Los olivareros serranos esperan que las lluvias mejoren la cosecha

El inicio de la campaña de la aceituna está marcado por un otoño muy seco, por lo que los productores solo aspiran a igualar las cifras de 2010

OLVERA. Actualizado: Guardar
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Llevan un mes con un ojo puesto en el cielo y el otro en el hombre del tiempo. Solo ayer las noticias parecían ser la que ellos esperan pero un cielo soleado se encargaba de recordar que este año la lluvia se está haciendo la remolona. Y es que los olivareros serranos están echando en falta las precipitaciones, como todos los agricultores, y les invade la preocupación de si esto terminará mermando la producción de aceitunas y aceite que se espera para este año.

La Agencia Estatal de Meteorología aseguraba que hoy podrían producirse precipitaciones en la zona de Algodonales, Olvera, Setenil y Alcalá del Valle, la ruta del olivo y la cuna del aceite de la provincia, y eso es lo que esperan cientos de pequeños agricultores cuyas explotaciones familiares están a punto de dar el único fruto capaz de darle durante todo el año. El gerente de la Cooperativa Los Remedios de Olvera, Antonio Villalba, confirmaba ayer que «nuestros agricultores necesitan unos 70 u 80 litros para que la aceituna que todavía está en el árbol se recupere un poco y de mayor rendimiento a la hora de ser molturada».

Esta situación también ha sido confirmada por el gerente de la Cooperativa Los Europeos de Alcalá del Valle, Francisco Dorado, que aseguró que «mucha de las aceitunas que están en los árboles, están totalmente secas, sin contar con la que ya se ha caído en el suelo, por lo que la lluvia sería fundamental para mantener el rendimiento». Él recuerda que el año pasado, sin ir más lejos, llovió tanto en septiembre como en octubre y «recogimos unos 80 litros por metro cuadrado y este año no llevamos nada de nada».

Esta sequía otoñal va a provocar un retraso, de unos cinco o diez días, de la campaña de recogida de aceitunas, por lo que no será hasta mitad de noviembre en adelante cuando se llegue al momento más importante de la misma. No obstante, las grandes cooperativas de la provincia, que son las que controlan la mayoría de la producción, ya están empezando a recibir las primeras aceitunas y ya se está molturando. Los Remedios por ejemplo, que es la que más produce, comenzó a molturar el pasado lunes y ya ha recibido un millón de kilogramos de aceitunas, produciendo 200.000 litros de aceite. En concreto, se está recibiendo aceituna arbequina que «se recolecta y se moltura más verde», destacó Villalba.

Si finalmente la campaña se endereza con las lluvias, la Consejería de Agricultura y Pesca estima que se producirán 7.575 toneladas de aceite en la provincia, 30 más que en la campaña anterior, registrando una subida del 0,4%. La mayoría de esta producción se lleva a cabo en la Sierra y la controlan las cooperativas Los Remedios, El Agro, Virgen del Rosario y Los Europeos, al margen de pequeños productores como el Molino de Espera u Oleum Viride, entre otros.

A pesar de que la campaña finalmente sería buena, desde el sector se recuerda que el olivar serrano presenta grandes dificultades para salir adelante en un sector tan competitivo. En concreto, se trata de un olivar de alta montaña que no se puede mecanizar y eso hace que se parta con mucha desventaja respecto a productores de la provincia de Jaén, Sevilla o Córdoba, entre otras.

Legislación

Villalba también destaca como positivo el hecho de que, gracias a la Ley del Olivar, este año podrán inmovilizar parte de la producción del año pasado para luchar contra los precios bajos, otro de los principales problemas que arrastra el sector. No obstante, los olivareros de la comarca echan en falta en esta Ley una protección mayor al olivar de montaña y, sobre todo, recursos para que se lleve a cabo la protección que plantea dicha Ley.

El olivar serrano lo conforman pequeñas explotaciones familiares, que apenas llegan a las 10 hectáreas. Esto supone que los jornaleros que buscan trabajo en esta campaña tengan que desplazarse hasta otras provincias para buscar los jornales, ya que aquí suelen ser las propias familias las que se hacen cargo de la recolección de la aceituna.