Obstáculos para una fiesta sobre dos ruedas

La Feria también se vive sobre dos ruedas. O apoyado en un bastón. O con una muleta. Pero las personas con movilidad reducida, ya sean discapacitados o ancianos, encuentran en Las Banderas más obstáculos si cabe que su propia dificultad. «Muy pocas casetas colocan rampas en la entrada y los baños. Y la mayoría las pone mal». Manuel Astorga, que ronda la cincuentena, se mueve con bastante soltura en su silla de ruedas, hasta que se topa con el acceso a una caseta. Además de la barra de hierro inferior que flanquea la portada, también tiene que sortear la tarima que últimamente colocan todos los caseteros para aislar del albero.

Las rudimentarias rampas, un pegote de hormigón en muchos casos o una obra de carpintería de dudosa solidez, no se corresponde con las medidas del bordillo o se tornan absurdas cuando el hierro y la tarima siguen obstaculizando el paso. En definitiva, los discapacitados que quieran ser autosuficientes, necesitan irremediablemente que les echen una mano para poder entrar en una caseta. «Ni siquiera la Caseta Municipal, cumple los requisitos. Su entrada principal no está habilitada. Y a nosotros no nos gusta entrar por la puerta de atrás».

Según Manuel Jesús Gutiérrez, perito que colabora con La Gaviota, todo esto contraviene al Real Decreto 293/2009 que regula la accesibilidad. «Ninguna Feria cumple la ley. Ni El Puerto, ni Jerez, ni Sevilla...». Astorga preside la asociación de discapacitados La Gaviota, que ha durante toda la legislatura ha trabajado mano a mano con el Ayuntamiento en la Comisión de Accesibilidad. El concejal de Mantenimiento Urbano, Alfonso Candón y las concejalas de la oposición Aouicha Ouaridi (PSOE) y Ángeles Mancha han dado ejemplo de trabajo en equipo. «Todo lo que se ha acordado con Candón se ha cumplido». Los rebajes de bordillos, las separaciones de medianas o los aparcamientos en la portada. Nada para todo lo que queda por hacer.