MISIONES EN EL EXTERIOR

Los guardianes gaditanos de los instructores del ejército maliense

A finales de mayo un nuevo contingente de infantes de Marina desplegará en EUTM-Mali. «Una familia» en la que todos son iguales más allá de los galones, aseguran

De izquierda a derecha, teniente Sanromán, capitán Páramo, sargento Movellán, cabo Rivero y soldado Gutiérrez. Antonio Vázquez

Verónica Sánchez

Una nueva Fuerza Expedicionaria de Infantería de Marina (y ya van cuatro) se prepara para desplegar en Malí. Son unos 60 militares del Segundo Batallón de Desembarco (BD-II) del Tercio de Armada de San Fernando que ultiman los detalles para viajar al país africano a finales de este mes de mayo. Allí permanecerán medio año.

«Vamos a dar protección a los equipos de entrenadores de las Fuerzas Armadas malienses», explica el capitán Diego Páramo, jefe de este nuevo contingente de infantes de Marina, que en EUTM-Mali estará en la plana mayor del grupo táctico. Esta misión de la Unión Europea «no es ejecutiva. No vamos allí a combatir ni a apoyar en las labores de combate. Sino a adiestrar al ejército maliense para que el país tenga una situación estable y evitar que sea un santuario para terroristas». Los infantes de Marina, «como grupo táctico de la Fuerza de Protección, damos seguridad tanto al personal, a los instructores de los militares malienses, que también son parte del contingente EUTM, como a las instalaciones y bases», detalla. Esta labor la compartirán con 250 militares del Ejército de Tierra pertenecientes al Regimiento de Infantería ‘Canarias’ nº 50 y con una compañía de la República Checa. Todos ellos conformarán la nueva Fuerza de Protección de EUTM-Mali.

Adiestramiento previo del contingente. ORP TEAR

El contingente del Tercio de Armada está compuesto «por personal voluntario que quiere ir a zona de operaciones», detalla el capitán, para el que es su segunda misión, ya que antes estuvo desplegado en Líbano. «Se hace una selección y a partir de ahí se realizan una serie de adiestramientos». Estos consisten en salidas al campo (tanto en Cádiz como en Canarias, con el resto de militares españoles con los que estarán en Malí), entrenamiento táctico, de conductores y también teórico, sobre la situación del país, la causa del conflicto que lo asola, etc... Además, el capitán Páramo y otros dos miembros de este relevo viajaron a Malí durante una semana para el denominado «reconocimiento de zona» . Tiempo durante el que «vimos la situación, cómo trabajan diariamente los compañeros que están allí y cogiendo información sobre cómo tener una mejor preparación, los materiales que hay que llevar, etc...». «Asimismo, aquí hay otros contingentes que ya han regresado a territorio nacional y con los que tenemos contacto directo. Nos ayudan mucho», señala. Además, uno de los infantes de Marina de esta FIMAR repite misión en Malí.

«Somos militares, estamos para esto»

El pasado febrero la base de Koulikoro en la que ellos estarán los próximos seis meses sufrió un ataque terrorista. No obstante, se sienten seguros. «Pueden ocurrir cosas pero estamos muy preparado s, sabemos utilizar el armamento y el material que tenemos», afirma el teniente José Sanromán, gaditano para el que será su cuarto despliegue internacional, tras tres ocasiones en Bosnia, y cuya labor en Malí será mandar una sección motorizada de la Fuerza de Protección. «Estamos aquí preparándonos y ahora tenemos la oportunidad de poder demostrarnos a nosotros mismos, a nuestros jefes y subordinados, lo que hacemos», declara el cabo Miguel Ángel Rivero, jefe de escuadra y tirador de ametralladora. Para él, también gaditano, es su tercera vez en zona de operaciones, tras desplegar en Bosnia y Líbano. «Una misión me hace grande como militar y si yo puedo aportarle algo y hacerla más grande, mejor», sentencia.

Los infantes de Marina, dentro del Tercio de Armada. A. Vázquez

Estarán seis meses lejos del hogar y de sus seres queridos, pero, como dice el soldado Alberto Gutiérrez, conductor de vehículo, «somos militares, estamos para esto». Para este isleño será su primer despliegue y lo afronta «con ganas». «Tenemos diferentes galones pero somos una familia y nos apoyamos todos» , subraya.

Irán a Malí en pleno verano y allí es época de lluvias, por lo tanto esperan que el clima sea más suave, pero se muestran precavidos porque la humedad hará que el terreno esté más inestable. De los próximos seis meses esperan que «salga todo bien y crecer como persona y como militar», confiesa el sargento Roberto G. Movellán, jefe de pelotón, para el que es su tercer despliegue. «Vamos a realizar nuestro trabajo y a volver con la satisfacción del deber cumplido », puntualiza el capitán Páramo al respecto. Porque afirma, mientras sus compañeros le miran y asienten, «la estabilidad allí hace que se evite el tráfico de personas y de armas y que terroristas puedan subir hacia Europa, por eso es importante nuestra presencia en Malí».

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