La sangría migratoria en busca de trabajo no cesa entre los jóvenes gaditanos

No hay fronteras para buscar empleo o, al menos, es lo que piensan los miles de gaditanos que han hecho las maletas durante los últimos diez años para buscar un futuro laboral fuera de la provincia. La sangría no cesa. Los datos más recientes elaborados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) reflejan que durante el primer semestre de 2016 abandonaron Cádiz un total de 1.610 personas, el 54% hombres. Estos emigrantes se embarcaron en otro proyecto de vida que ha tenido como destino países de la Unión Europea, África y Sudamérica.

Joaquín Sánchez, extrabajador de Delphi, ha sido uno de los que ha probado suerte lejos de Cádiz. Las dificultades laborales que ha encontrado en España le obligaron a mover ficha.

«Estar parado no es lo mismo que quedarse parado ante los problemas». Esta filosofía le ha llevado a trabajar de albañil y soldador en lugares tan dispares como Suiza y Argelia. La historia de Joaquín es similar a la de cientos de estudiantes que acaban su carrera universitaria y deciden explorar otro país ante la imposibilidad de acceder al mercado laboral español.

La emigración de la provincia ha ido escalando posiciones a lo largo de los últimos diez años. En total, 24.614 gaditanos han dejado atrás sus raíces para asentarse en el extranjero. En 2008, cuando se estrenó la crisis, la emigración provincial ascendió a 1.843 personas, mientras que siete años después, en 2015, los gaditanos que optaron por emprender un nuevo camino fuera de su residencia habitual ascendió a 3.778 personas, la cifra más alta de la década. De ese total, el 41% (1.581 personas), lo hicieron en algún país de la Unión Europea, mientras que el 16% (629 personas) optó por África y un 14% (543) por países de Sudamérica.

Esta es una breve radiografía del efecto de la crisis en nuestra provincia que, según la EPA correspondiente al último trimestre de 2016, suma una tasa de desempleo del 32%. La situación económica empieza a cambiar, sin embargo, el pensamiento de los más jóvenes es pesimista. Reconocen que las condiciones de empleo, con contratos precarios, y el alto precio de la vivienda, les impide por ahora echar raíces en su provincia. Los conceptos de paro, empleo y vivienda van ligados a la hora de justificar la emigración gaditana.

La juventud española está entre las más pesimistas de Europa sobre su futuro laboral. Piensa que vivirá peor que sus padres y más de la mitad planea mudarse a otros países en busca de trabajo. Este es el diagnóstico que se extrae de la macroencuesta realizada por el Instituto para la Sociedad y las Comunicaciones en seis de los países más importantes de Europa (Reino Unido, Alemania, Italia, Holanda, República Checa y España) con más de 6.000 entrevistas a jóvenes de entre 18 y 30 años.

Los jóvenes españoles, junto con los italianos, son los que menos confianza tienen en su país a la hora de buscar un trabajo. Tres de cada cuatro considera que hay mejores oportunidades laborales en el extranjero (especialmente en Europa) y un 58% planea irse de España en busca de una ocupación. La cifra contrasta con la de Alemania, en el que solo el 21% de los jóvenes elegirían trasladarse al extranjero para trabajar. La actitud favorable hacia la emigración no se corresponde con la actual situación, en la que solo uno de cada cuatro jóvenes españoles manifiesta haber vivido en otro país.

Precariedad laboral

Los informes y estudios sobre esta situación que atenaza a la generación de los años ochenta se multiplican. El 80% de los menores de 30 años sigue sin conseguir salir de la casa de sus padres. La mayoría de los que han logrado irse, un 85% del total, no ha podido hacerlo solo y, aun así, la superficie máxima de vivienda a la que aspira es de 51,2 metros cuadrados. El informe más reciente del Observatorio de Emancipación destaca que las duras condiciones del mercado de la vivienda, donde en muchas ocasiones el alquiler supone un gasto mayor a la compra de una casa, hay que retroceder y pararse a mirar la frágil situación en la que se encuentra el mercado laboral. Casi la mitad de las personas menores de 25 años está en paro. Y si hablamos de personas que están entre esta edad y los 30, la tasa baja, pero sigue en lo alto con un 28,4%.

Aun así, el 53% de los que han tenido suerte y han encontrado trabajo tienen que lidiar con la incertidumbre de los contratos temporales, que en un 44,9% de los casos duran menos de un año.

El problema de la vivienda es un hándicap, por ejemplo en el caso de la ciudad de Cádiz, que ha visto menguar su población en 8.231 personas entre 2008 y 2016, pasando de 127.200 habitantes a sumar ahora 118.919. Por el contrario, la provincia en términos generales, pese al movimiento migratorio, ha conseguido incrementar su padrón en 39.301 habitantes al pasar de 1,209.067 en 2008 al contar en 2016 con 1.248.368.

No obstante, la tendencia migratoria tiende a remitir y los que están fuera, a regresar. Según datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, se realizaron una media de 31.308 bajas consulares -es decir, de ciudadanos españoles, residentes fuera de España, censados en consulados extranjeros de 2008 a 2012. El Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación no dispone de estadísticas más recientes, sin embargo, el portal volvemos.org destaca que el número de retornados y de emigrantes que están decididos a retornar es cada vez mayor (sobre todo los emigrantes que llevan 4-5 años o más fuera, casi desde el inicio de la crisis). De hecho, en esta web ya se han registrado más de 1.300 personas, que han decidido retornar y solicitar a través de internet más información y ayuda sobre cómo proceder, así como para buscar entre las ofertas de empleo para retornados.