Narcotráfico Cádiz

Narcos de Galicia y Cádiz, un vínculo cada vez más estrecho y evidente

Investigaciones policiales destapan conexiones claras entre redes de ambas orillas que se han reforzado, e interesado, con la fabricación de lanchas en astilleros clandestinos del norte

Un primo del famoso capo Sito Miñanco ha sido detenido recientemente en una operación contra un grupo que daba esta logística a traficantes del Estrecho

Astillero clandestino en Pontevedra donde hacían lanchas para narcos del Estrecho. La Voz

M. Almagro

Cuando en febrero de 2018 la Policía entró en el lujoso chalet que Sito Miñanco había alquilado en la Colonia San Miguel, una tranquila zona residencial de Algeciras, para registrarlo, se encontraron unos planos. Se trataba del diseño de una planeadora, una narcolancha pero de dimensiones inauditas. Tan grande que recordaba a la mítica 'Patoca', la ‘goma’ de 18 metros de eslora y seis motores que había cumplido sus cientos de pases de droga por las rías gallegas a las órdenes del capo Patón. Pero ésta al parecer iba a superarla, con la idea, por supuesto, de transportar en ella cuanto más mercancía y más rápido, mejor.

José Ramón Prado Bugallo, nombre de DNI de Miñanco, había encargado a un astillero de su ciudad natal, Cambados (Pontevedra), la construcción de esta lancha. Sin embargo, y según la investigación de la 'operación Mito', llevaba ya tiempo echándole el ojo al tráfico de hachís del sur donde mantenía contactos. Curiosamente y precisamente, era detenido en Algeciras, donde llevaba viviendo desde 2015 en régimen de semilibertad y a la espera de más juicios. Tenía una vida aparentemente muy tranquila como empleado de un parking y acudía a dormir  cuando le tocaba al CIS.

Eso ocurría hace tres años. Pero recientemente el nombre de este afamado capo gallego volvía a los titulares. Y no por él, sino por un primo suyo, que era detenido en el marco de una nueva investigación contra el tráfico de drogas y su logística: Ramón Bugallo Martínez, alias 'Mon', era engrilletado en su casa –también de Cambados– acusado de formar parte de una organización especializada en la construcción de estas narcolanchas que vendían a otras redes dedicadas al transporte de droga como son las del Estrecho y toda la costa de Cádiz.

En esta operación, desarrollada de manera conjunta por Guardia Civil, Policía Nacional y Agencia Tributaria se detuvo a los 22 miembros de esta supuesta organización criminal asentada en Pontevedra que contaba con infraestructura en otras provincias, como A Coruña, Salamanca, Madrid, Barcelona e incluso en el país vecino, Portugal, donde hay que recordar, el uso y fabricación de las planeadoras de grandes dimensiones no está prohibido como en España.

Los investigadores destacaron que esta red contaba con miembros con una alta especialización , tanto para la construcción, como la custodia y finalización de estas embarcaciones. Una vez realizada su puesta a punto, ellos mismos realizaban la botadura en distintos puntos de la geografía nacional, para que luego fueran utilizadas sin sorpresas de última hora en los alijos del Estrecho.

Los agentes localizaron más de veinte de estas lanchas de alta velocidad, en diversas fases de finalización, estando seis de ellas ya listas para ser botadas de forma inminente y empleadas para realizar importantes transportes de estupefacientes.

Se multiplican

Pero esta no era la primera vez que las investigaciones destapan astilleros clandestinos en la zona de Galicia dedicados a la fabricación (normalmente por encargo) de este tipo de barcos. Estas factorías se han multiplicado por la zona con el empuje del narco del hachís (alguno 'ex' de la cocaína) y sobre todo, por la implicación y conexión de bandas del norte y del sur que 'trabajan' juntas y, por tanto, se reparten sus millonarios beneficios. «Cada vez va a más. Las investigaciones así lo están destapando. Unos ponen la zona del pase de la droga y otros la logística», resume una fuente a este periódico.

Además, en estas interesadas conexiones delictivas también ha tenido mucho que ver el incremento que ha habido de la presión policial que en los últimos años se ha venido ejerciendo contra los traficantes en la provincia de Cádiz, una labor que se ha intensificado con los planes especiales impulsados a raíz de las gravísimas embestidas y la sensación de impunidad que reinaba en la zona pero sobre todo con mucho esfuerzo y dedicación por parte de los agentes que persiguen estos delitos y que se enfrentan sin descanso a la batalla diaria contra el narco.

«Unos ponen su zona de influencia del pase de hachís y otros la logística, la lancha que solo sacan para botarla»

Ya en 2020, en el marco de la 'operación Petricor', desarrollada por la Guardia Civil, se cerraron otros dos astilleros ilegales en Pontevedra. Allí se fabricaban también ‘gomas’ para los alijos en el Estrecho en pequeños talleres perfectamente preparados para ello y con todos sus componentes a mano.

Y recientemente otra investigación bautizada como 'Keromán y Samario' y realizada por los grupos EDOA y UDYCO, desmembraba otra red que también se dedicaba a reparar y preparar las narcolanchas para otros grupos criminales. El operativo se saldó con 18 detenidos.Entre otros, se detuvo a Otero Magdalena, un veterano piloto de 52 años de planeadoras, nacido en O Grove y al que apuntan como cabecilla de esta red.

Según se informó, esta organización era un tanto multidisciplinar ya que acaparaban diferentes funciones:importaban hachís por el sur de España, fabricaban y preparaban las planeadoras, para uso propio y para otras redes, y transportaban las lanchas por toda la península ibérica. Un completo.

Los agentes llevaban un año y medio siguiéndoles la pista desde que les incautaron un tonelada y media de hachís en el Estrecho. De esta manera fueron atando cabos e identificando quienes eran sus responsables y la ruta que seguían, sus tareas y también la logística.Así dieron con todo el entramado que había detrás.

«Personal especializado»

«La organización disponía de personal altamente especializado como mecánicos, constructores de cascos de las embarcaciones, además de camiones y remolques, tanto para uso propio, como para otros grupos criminales asentados en España y Portugal», destacan las fuerzas de seguridad. Solo en la provincia de Pontevedra se registraron dos naves industriales, donde se incautaron tres embarcaciones de alta velocidad. Pero fue en Portugal donde escondían más lanchas. Muchas más. En total se intervinieron quince.

Y no es casual. De nuevo recordamos que tras el decreto de prohibición de las embarcaciones neumáticas de este tipo en España , en la península no se pueden por tanto utilizar ni por tanto tiene sentido su construcción. En Portugal, sí. Así que se comienza a sospechar que el país vecino sirve de parapeto legal de esta actividad que ahora en nuestro país es ilícita y por tanto sancionable.

Y los astilleros clandestinos que se asientan aquí se intentan camuflar si cuentan con presupuesto para ello. Por ejemplo en esta misma operación en una nave industrial de Vilanova de Arousa (Pontevedra) los agentes encontraron un «complejo sistema mecánico de elevación del suelo» que permitía acceder a un sótano de unos 300 metros cuadrados, que se encontraba semi-inundado, donde se podían ocultar tanto embarcaciones, hacer pruebas de flotabilidad y su motorización, así como ocultar alijos. A dicho sótano se accedía por una entrada también oculta bajo un plato de ducha de un cuarto de baño. Todo para no ser cazados. Todo para seguir traficando. Todo por dinero .

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