ARMADA ESPAÑOLA

El honor de representar a España en misión internacional navegando a 6.000 kilómetros de Cádiz

La dotación del patrullero de altura 'Vigía', compuesta por 23 gaditanos, rescató a un barco pesquero en aguas angoleñas cuyos tripulantes llevaban cinco días a la deriva

El 'Vigía' se encuentra inmerso en la misión «Despliegue Africano», que persigue mejorar la seguridad marítima en la zona del Golfo de Guinea mediante patrullas en la mar

Momento en el que se procede al rescate del pesquero en Angola LA VOZ

José Pedro Botella

A las 03:40 de la madrugada del sábado 28 de agosto, la radio del puente de mando del patrullero de altura de la Armada Española 'Vigía' recibió un mensaje de socorro en portugués a través del canal 16 del Servicio Móvil Marítimo que rezaba «mayday, mayday, mayday, aquí pesquero 194 con una avería mecánica».

Se trataba de una llamada de asistencia estándar y, por tanto, reconocible al momento. Tras recibirla, se informó de inmediato al Comandante, el capitán de corbeta Javier García Monge , quien, en cumplimiento de su deber de proporcionar auxilio en la mar, ordenó iniciar la búsqueda.

Desde el buque contaban con «la capacidad y la voluntad de hacerlo, por lo que no se dudó ni un instante », relatan Andrés Pintos Carrillo , oficial que se encontraba de guardia en el puente de mando en el momento del rescate, y el alférez de navío Israel Moreno Hernández , Jefe de Operaciones del 'Vigía', ambos naturales de San Fernando.

5 días a la deriva

El Vigía en ese ese momento inició una búsqueda exhaustiva por medio de los sistemas de detección con los que cuenta. Principalmente, se hizo uso del radar, así como sistemas electroópticos de visión nocturna.

Afortunadamente, más tarde se determinó un contacto radar cuya posición coincidía con una señal en la cámara infrarroja. Además, su cinemática era coincidente en rumbo y velocidad con la corriente reinante en la zona, por lo que probablemente se tratara de algo que se encontraba a la deriva y, por tanto, a merced de la mar. Poco después apreció, a 70 millas de la costa de Angola, un pequeño pesquero con cinco personas en la cubierta que agitaban un trozo de tela incendiado con la intención de ser señalados.

Mientras se preparaba la operación de rescate, gracias a los primeros rayos de luz, «pudimos confirmar que se trataba del pesquero 194, una pequeña embarcación en malas condiciones que se encontraba a la deriva». El 'Vigía' cerró distancia con la embarcación y con la ayuda de un oficial portugués de intercambio, se le preguntó a la dotación del pesquero «cómo se encontraba, y si necesitaba algún tipo de asistencia ».

Para comenzar el auxilio al pesquero, una embarcación propia del 'Vigía' se acercó con los integrantes del Equipo de Visita y Registro. «Fue en ese momento cuando tuvimos el primer contacto con los tripulantes», recuerdan. Una vez allí, comprobaron que los náufragos se encontraban «francamente íntegros» a pesar de haber estado cinco días a la deriva . Sin embargo, tras embarcarse a bordo del 'Vigía', «descubrimos que estaban exhaustos, con gran cansancio acumulado y sin apenas haber comido». Rápidamente se les prestó asistencia sanitaria, ropa de abrigo, alimentos y zona de descanso hasta que el barco arribó a Luanda, su lugar de procedencia.

Despliegue Africano

En la actualidad, el patrullero de altura cumple su tercer mes de misión en el extranjero tras haber partido de la Estación Naval de Puntales (Cádiz) el 19 de junio. Esta operación, de carácter nacional, recibe el nombre de «Despliegue Africano» , bajo el mando del Comandante del Mando de Operaciones ( CMOPS ) que delega la conducción de las operaciones en la mar en el Comandante del Mando Operativo Marítimo ( CMOM ).

La misión persigue mejorar la seguridad marítima en la zona del Golfo de Guinea mediante patrullas en la mar, así como realizando actividades a nivel bilateral con los países ribereños. De esta forma, estableciendo relaciones basadas en la confianza mutua, se incrementa la seguridad marítima internacional.

« La lucha contra las actividades ilícitas que tienen lugar en el Golfo de Guinea, sea de manera activa o contribuyendo a mejorar las capacidades de los países regionales mediante colaboraciones, es nuestro cometido». «Estos actos delictivos desafían a la seguridad marítima en la zona, haciendo peligrar importantes rutas de tránsito de recursos energéticos y pesqueros a España y Europa».

En puerto, el buque desempeña «Actividades de Cooperación Militar» con las marinas de los países en los que recala. « Nos permiten conocer cómo trabajan otras armadas. De esta manera, se mejora el Conocimiento del Entorno Marítimo (CEM), imprescindible para saber qué sucede en las aguas del Golfo de Guinea», aseguran.

Asimismo, España y sus Fuerzas Armadas emplean personal y buques de la Armada para adiestrar y asesorar en el ámbito de las actividades relacionadas con la Seguridad Marítima y el Conocimiento del Entorno Marítimo. Además, en puerto se apoya a las delegaciones diplomáticas españolas en beneficio de los intereses nacionales en la región intentado ayudar a proyectar la imagen de país comprometido con los desafíos globales de seguridad.

Tampoco es casual la operación de rescate efectuada a finales de agosto. «Una de las misiones que efectuamos es la de realizar una serie de cuestionarios a los buques que nos encontramos conforme avanzamos sobre nuestra derrota. Estos cuestionarios, tienen el objeto de ayudarnos a levantar lo que nosotros denominamos 'patrón de vida de la zona' es decir, confirmar con estos buques las principales rutas de tráfico que suelen utilizar, los caladeros de pesca más frecuentados o incluso si han visto algún indicio de actividades sospechosas en la zona », detallan.

Gracias a esta función, el patrullero siempre ofrece asistencia mecánica o sanitaria. De hecho, «en las proximidades de Guinea Ecuatorial, prestamos asistencia sanitaria a un miembro de un pesquero español que había sufrido un fuerte traumatismo en la pierna», recuerdan.

El acento gaditano surca los mares de África

La dotación del 'Vigía' está conformada por 52 militares, 46 hombres y 6 mujeres . En la embarcación se habla español, pero con mucho acento gaditano debido a que 23 tripulantes son de la provincia .

Entre ellos, el patrullero cuenta con un número elevado de personal que goza de gran experiencia en la navegación de diferentes tipos de barcos. También se encuentran marinos más jóvenes que «se estrenan» por primera vez en una travesía de larga duración, entre ellos seis recién egresados de la Escuela de Marinería .

La pandemia afecta a la rutina de la misión y dificulta, aún más, el día a día de los militares. « Navegando no existen restricciones a bordo , puesto que hemos cumplimentado una cuarentena previa, estamos vacunados y nos encontramos aislados en el barco, pero es en puerto cuando más repercusión tiene el coronavirus», consideran.

Un pilar del Despliegue Africano es el de colaborar con el personal de las Fuerzas Armadas de estos países. Estas actividades se han reconfigurado para poder ser llevadas a cabo en exteriores mitigando riesgos. « Los grupos son más reducidos, pero doblamos turnos . Montamos aulas en exteriores. En definitiva, nos protegemos ante el Covid-19, pero no dejamos que nos impida cumplimentar la misión asignada».

La dotación tampoco cuenta con permiso para bajar a tierra al llegar a puerto . En este sentido, al menos, se les habilita una zona en el muelle para poder realizar deporte al aire libre. Cualquier salida al exterior, solo debidamente justificada, deberá ser autorizada por el Mando de Operaciones.

Para los 52 tripulantes en general, y para los 23 gaditanos en particular, estar representando a España en el exterior se considera «un profundo honor, especialmente cuando puedes ayudar a un grupo de náufragos de una forma tan directa como puede ser rescatándolos y llevándolos de vuelta a casa sanos y salvos».

En momentos de tanta tensión « te das cuenta de que realmente vale para mucho el trabajo que estás realizando y todas las horas que le dedicas». Asimismo, la dotación recuerda las palabras de uno de los náufragos cuando alcanzó puerto: «habéis aparecido como una estrella en el cielo para nosotros. Estoy seguro de que Dios os lo devolverá en algún momento de vuestras vidas ».

No obstante, eso no quita que pesen los más de 6.000 kilómetros que separan a la costa de Angola del Golfo de Cádiz. « Es normal tener algún momento donde te gustaría volver a casa con tus seres queridos, especialmente cuando estás todo el verano en la mar. De hecho, tras casi tres meses desplegados aquí, a veces afloran sentimientos de nostalgia y morriña que te hacen valorar todavía más todo lo que tenemos en España».

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