Dolores la Pinilla, la matriarca y «reina de las 'papelas'» de Sanlúcar

Cuando Dolores Sánchez, alias ‘La Pinilla’ entraba en la Audiencia de Cádiz y bajaba de un furgón de la Guardia Civil que le trasladaba a uno de los muchos juicios que ha tenido en su vida, gritó a los periodistas que allí se encontraban con motivo de su ‘visita’ que todo era una «injusticia».

Eran algo más de las diez de la mañana y con las cámaras apuntándole alegaba eso del ‘yo no he hecho nada’. Entonces, llevaba más de dos años en prisión preventiva tras haber sido arrestada por capitanear un clan dedicado al tráfico de drogas, concretamente al menudeo y distribución de cocaína y heroína a mediana escala.

Horas después y tras pactar con la Fiscalía un acuerdo de conformidad lo reconocía todo. Confesaba que sí había estado traficando aunque se acogía a la reducción de la pena negando que formara parte de un grupo criminal. Los quince años de cárcel se le quedaban en siete. Pero ya había cambiado de opinión.

En aquella ocasión le acompañaba su hija María del Mar, también arrestada en la misma operación, además de dos de sus yernos y su gente de confianza. En total, 24 personas. Todos fueron condenados. Su otra hija se encontraba fugada pero también había sido imputada.

Dolores pasó por prisión y cumplió su pena . Pero esta semana volvía a ser detenida por lo mismo. Según esta nueva investigación realizada por agentes de la Brigada Judicial de la Comisaría de Sanlúcar, La Pinilla sigue siendo la matriarca de un clan dedicado a la venta de cientos de papelinas de droga. Un negocio que, como indican, tenía abierto las 24 horas del día y que le daba tan buenos resultados que al parecer no lo quiso dejar ni tras pasar por prisión.

Dolores La Pinilla ha sido condenada en varias ocasiones por narcotráfico. Si bien, también cuenta en su haber con una absolución. A principios de 2012, ella y nueve miembros de su familia eran absueltos de un delito de blanqueo de capitales. La Fiscalía los acusaba de haber amasado un patrimonio con el trapicheo de estupefacientes entre 1995 y 2003, basándose en un informe de la Policía. Pero, finalmente, fueron declarados inocentes.

Un año después de aquello el juez volvió a enviarla a ella y a su clan a la cárcel por los supuestos delitos de tráfico de drogas, blanqueo, tenencia ilícita de armas y pertenencia a organización criminal tras una importante operación (bautizada como Astrea) que se desarrolló en la localidad. «Lleva toda la vida dedicándose a lo mismo y no parece que lo quiera dejar», cuenta alguien que le ha seguido de cerca. «Y me temo que así seguirá».