Protección Civil

Chipiona, el único municipio que se prepara para la llegada de la gran ola

Chipiona se convierte en el primer municipio español que participa en el programa de la Unesco ‘TsunamiReady’ de la mano del Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria

Elena Carmona

«Cuando algunos fenómenos naturales: terremotos, deslizamientos de grandes masas, o volcanes tienen su origen en el mar, pueden producir olas de gran longitud de onda denominadas maremotos (tsunamis en nomenclatura internacional ). Dichas olas aumentan su amplitud al llegar a las costas, s uperando en algunos casos los 30 metros de altura , y afectando de manera catastrófica a extensas zonas costeras y a las embarcaciones próximas a la costa o situadas en los puertos». Así comienza la Directriz Básica Española de Planificación de Protección Civil ante el riesgo de maremotos que salía a la luz en 2015. Un documento que señala a las costas del Golfo de Cádiz como zonas capaces de generar maremotos.

Mientras que en la provincia de Cádiz apenas si ha realizado movimiento alguno para cumplir con la directiva nacional donde se exige la elaboración de un Plan de Emergencia Municipal en cada municipio, así como acciones a nivel regional por parte de la comunidad autónoma, de la mano del Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria , Chipiona se convierte en el primer municipio piloto a nivel estatal del programa europeo «TsunamiReady», que cuenta con el apoyo de la Unesco . Un logro gracias a la implicación del ingeniero que fuera jefe de la Demarcación de Costas, Gregorio Gómez Pina , del profesor de la Universidad de Cantabria, Mauricio González , y del alcalde de la localidad chipionera, Luis Mario Aparcero .

Este programa piloto se realiza en Chipiona por su cercanía a una zona de convergencia de placas tectónicas , lo que significa un alto riesgo frente a tsunamis –tal y como consta en el Proyecto europeo Transfer-; así como que se contabilizan 19.000 habitantes expuestos al riesgo, los cuales se incrementan de forma considerable en el verano. También hay que tener en cuenta el interés del municipio para prepararse ante la posible llegada de un maremoto.

El programa piloto de reconocimiento de comunidades « TsunamiReady » tiene como objetivo minimizar el riesgo que representan los tsunamis para las comunidades ubicadas en zonas costeras , a través de una mejor planificación, educación y comunicación de las alertas .

A nivel estatal se tiene el proyecto de directriz básica y se ha elaborado un plan con las directrices para las comunidades que lleva dos años en el Congreso para su aprobación. Pero además está el sistema de Alerta del Instituto Geográfico Nacional (IGN) que, aunque emite mensajes de alerta, no tiene claramente establecidos los protocolos de comunicación con Protección Civil. Además, las CCAA no están preparadas para recibir mensajes de alerta, ni responder frente a un tsunami, según afirman los expertos en la materia y por ello, la población no sabe cómo reaccionar frente a un tsunami . Además, no tienen determinados cuáles serían los municipios que tienen que realizar las evaluaciones y los planes de emergencia. «A nivel estatal está parado, a nivel de las comunidades está parado y no responden a las propuestas», poniendo como ejemplo la Administración andaluza, matiza el profesor González.

El experto de la Universidad de Cantabria, que está volcado en el proyecto de Chipiona, explica a La Voz que «si hay un mensaje a través del Sistema de Alerta cuando haya un tsunami, ni las CCAA, ni los municipios, ni la gente sabe cómo responder. Si no podemos desatascarlo de arriba abajo, vamos a intentar hacerlo desde la base». De ahí que se pusieran en contacto con el alcalde de Chipiona que «quiere implementar este sistema y decidimos poner en marcha el «TsunamiReady»». Dentro de la Unesco «estamos desarrollando la acreditación del «TsunamiReady», que procede de Estados Unidos y se ha aplicado en municipios de su costa y en Indonesia».

Es una acreditación que debe cumplir una serie de pasos para decir que se está preparado ante el tsunami. Para formar parte del «TsunamiReady» hay que cumplir con una serie de requisitos.

En primer lugar hay que tener diseñados los mapas de zonas con peligro de tsunami, delimitando zonas de inundación . También hay que incluir los tsunamis en los programas de protección civil , como parte del plan de cada municipio o comunidad ante emergencias, diseñando rutas de evacuación , a la vez que hay que instalar señales que identifiquen las zonas de peligro (entrando o saliendo de zonas de peligro) y las rutas de evacuación.

En la etapa de preparación deben producirse mapas de evacuación fáciles y sencillos. El formato y el contenido lo determinan las autoridades locales ya que conocen las particularidades de su municipio. También hay que ofrecer y apoyar un esfuerzo público de concienciación que se mantenga en el tiempo (no por 4 años de legislatura), incluyendo el desarrollo y distribución de material de interés .

Por otro lado, se debe apoyar un esfuerzo público continuo de formación en las escuelas centrado en involucrar al alumnado en la consecución del «reconocimiento como municipio preparado ante tsunami», así como preparar, organizar, apoyar y sufragar una actividad anual que afecte a toda la población centrada en la concienciación (por ejemplo, el 5 de noviembre, Día del Tsunami). Dentro de la fase de preparación se deben llevar a cabo ejercicios para reforzar los conceptos, así como preparar y realizar simulacros de evacuación (cada dos años) para todas las escuelas dentro de la zona de evacuación.

De esta forma se deben incluir los tsunamis en el Plan Municipal de Emergencias ; añadir el peligro por tsunami en el plan de operaciones de emergencias de las escuelas públicas y comprometerse a apoyar a los centros de operaciones de emergencias durante un evento.

La Administración debe mantener información redundante sobre alertas y su activación y desactivación . Así constan los requisitos que deben cumplirse sobre el papel, pero también deberán llevarse a efecto de tal forma que puedan ser objeto de certificación por las instituciones designadas para ello.

Gómez Pina lleva años alertando a las administraciones de la necesidad de crear ese protocolo que funcionaría en caso de que apareciera un tsunami , tanto para la alerta como para la evacuación rápida de los residentes y visitantes, evitando así las consecuencias mortales que serían « muy superiores a las causadas por la pandemia del Covid en todo nuestro país» . En sus análisis, Gómez Pina reclama el aspecto más importante: « la educación ciudadana », para saber cómo reaccionar ordenadamente ante el aviso de la llegada de un maremoto. Recuerda el maremoto vivido en 1755 del que se conoce que la gran ola pudo tardar unos 78 minutos en llegar, habiendo dejado ya sus avisos destructivos en Portugal y Huelva. Con esta información y un buen plan de evacuación, práctico y seguro, los ciudadanos sabrían dónde deben dirigirse. Y ese es el principal escollo, que si en algún momento se alerta de un maremoto, la ciudadanía en cualquier punto de la provincia se queda a merced de los acontecimientos.

Tras la acreditación hay que continuar con la labor de llevar a cabo los ejercicios de evacuación y configurar talleres formativos para actualizar la información al ciudadano, concreta Mauricio González.

Mientras tanto, el Plan de Emergencia Municipal corre a cargo del propio Ayuntamiento. En ese documento se incluye, explica el profesor de la Universidad de Cantabria, qué pasos deben seguirse después de recibir una alerta del IGN como son la actuación de la Policía, de Bomberos, los hospitales... «Todos esos protocolos hay que desarrollarlos». Y en eso se encuentra este grupo de expertos con el Consistorio chipionero. «Es un trabajo participativo con las instituciones y el tejido social . Tanto es así que los mapas que se están realizando van destinados a la población para que sepan comprenderlos e interpretarlos en el momento en el que se enfrenten a una situación de riesgo», señala el experto.

Los mapas de inundación ya están realizados, se sabe hasta cuáles son los límites y ahora «nuestra idea es que los mapas de evacuación estén en febrero y en marzo validarlos in situ con los chipioneros . De tal forma que ellos a lo largo de ese mes vayan instalando las señales que marcarán la ruta de evacuación por la ciudad». La idea es que en abril y/o mayo se haga un primer ejercicio de evacuación con la población. Por lo tanto el proyecto ya está andando y cada vez más cerca de ser una realidad.

Cuentan con el apoyo institucional y de coordinación de la Unesco y la idea es que Chipiona sea el primer caso piloto de España y una de las primeras en Europa del «TsunamiReady». El objetivo es que sirva de demostración para las demás localidades , y que estas empiecen a hacer lo mismo, lo que se podría considerar como un efecto rebote que repercutiría en la seguridad de todos los ciudadanos ante la llegada de un maremoto a nuestras costas.

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