Prisiones | Cádiz

Las cárceles gaditanas se vacían de presos etarras debido a los acercamientos

Las prisiones de la provincia han pasado de ser las que más reclusos de la banda custodiaban a las que menos de toda España. Solo quedan cinco en Puerto III

De Puerto III y Botafuegosya han salido a centros penitenciarios más cercanos los asesinos del doctor Cariñanos y de Tomás y Valiente

Arriba, prisión de Puerto III. Abajo, de izquierda a derecha, Bilbao, Parot y Bienzobas. La Voz

M. Almagro

El escenario ha cambiado por completo. Las medidas puestas en marcha por el Gobierno socialista de Pedro Sánchez de acercamiento de presos de ETA a cárceles del País Vasco o las de otras provincias cercanas ha modificado totalmente el mapa penitenciario referido a los terroristas etarras que pagan sus sanguinarias condenas en las diferentes prisiones de España. Y esto ha ocurrido en unos cuantos meses, desde aproximadamente el final del confinamiento a la actualidad.

Desde el Ministerio del Interior se ha informado de manera esporádica de estos traslados pero no se han notificado públicamente todos. Y la prueba de ello es el cambio radical experimentado en las tres prisiones gaditanas ( Puerto III, Puerto I y Botafuegos ) en tan poco tiempo. Y así lo dicen los datos. En diciembre quedaban cumpliendo pena en la provincia una veintena de reclusos de la banda ETA. En la actualidad, y según las cifras recogidos de fuentes penitenciarias por este periódico, quedan cinco . Todos ellos en la misma cárcel, Puerto III. Se trata de Iñaki Bilbao, Pastor Alonso, Oskar Barreras, Aitor Cotano (que ya tiene solicitado el traslado) y Jesús Mari Etxeberria.

Tres de ellos aparecen en la lista de Etxerat, el colectivo de familiares y allegados de presos de la banda. Bilbao y Pastor no figuran en esta clasificación. Su disconformidad y disidencia con las asociaciones ‘amigas’ los ha borrado del recuento. Sin embargo ambos permanecen también en el módulo uno de la cárcel gaditana.

Según los mismos datos, y a fecha de este 31 de mayo pasado, actualmente los centros penitenciarios españoles custodian a 185 presos de ETA, una decena más si se tienen en cuenta los ‘excluidos’ por el colectivo. Aún así es la cifra más baja en las últimas cuatro décadas. El cumplimiento de algunas de las condenas y, sobre todo, la liberación masiva tras el pronunciamiento del Tribunal Europeo por la doctrina Parot, sacó a muchos de ellos de la sombra. Sin embargo, es ahora cuando menos etarras hay en las cárceles y cuando más están cumpliendo cerca de sus ciudades de origen . Es decir, nunca las prisiones del País Vasco han tenido tantos miembros de ETA en sus celdas. Según fuentes consultadas, ahora hay medio centenar de ellos entre las prisiones de Álava, Bilbao, San Sebastián, Vitoria, Guipuzcoa... Solo en la prisión de Zaballa hay 16, u otra decena de ellos en la de Martutene.

Y en cuanto a los que están en centros del resto del país, son las cárceles del Dueso (en Cantabria) y Logroño las que más custodian a terroristas, 22 y 19, respectivamente. Seguidas de Dueñas o Asturias, entre otras.

Cádiz, 'desaparecida' de las listas

Y viendo estos datos se comprueba que las prisiones gaditanas han desaparecido prácticamente de estos recuentos. Algunos de los que permanecen son, según aseguran las mismas fuentes, «los que mantienen una posición más dura y crítica respecto al abandono de las armas o con la apuesta por las vías pacíficas de la izquierda abertzale».

Es el caso por ejemplo del irreductible Iñaki Bilbao , quien hace unos meses protagonizó en Puerto IIIuna huelga de hambre después de que agentes de la Ertzaintza acudieran al centro portuense a requisarle por orden judicial objetos de su celda para obtener de ellos una muestra de ADN ante la sospecha de su participación en un atentado que no está todavía resuelto. Tras concluir la diligencia policial, Bilbao inició la protesta en dos ocasiones. Por protocolo fue incluso hospitalizado en el clínico de Puerto Real pero por dos veces terminó abandonando. Desde Sortu, los herederos de Herri Batasuna, lo descalificaron. «Nada tiene que ver con la estrategia», afirmaron.

Este etarra, conocido por su carácter agresivo y violento por lo que no ha dudado en amenazar de muerte en juicios a magistrados y fiscales, salió recientemente de aislamiento donde permanecía. Dejó el módulo quince, donde se contemplan las medidas más restrictivas como tres horas de patio y con cinco acompañantes como máximo, al uno, donde puede compartir tiempo y espacio con mayor número de reclusos. Entre estos está Pastor Alonso , quien en 2015 también hacía pública su ruptura con la izquierda abertzale oficial y se manifestaba conforme con la organización ATA, quien defiende la amnistía general. Sin embargo, Alonso, aunque alejado del endurecimiento de Bilbao, también continúa en Puerto III y también, como decimos, en un módulo más ‘blando’ en el que tienen más horas de patio y convivencia con el resto de presos.

Dos de los traslados más recientes han sido de dos exjefes que también permanecían en la prisión de alta seguridad de El Puerto. Henri Parot y José María Dorronsoro . Instituciones Penitenciarias acordaba el acercamiento el pasado mes de marzo de ambos. El primero a la prisión de Mansilla, en León, y el segundo a Pamplona.

Como informó la agencia EFE al conocerse este traslado, la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) lamentó la medida recordando que solo Parot suma 39 asesinatos atribuidos. Según esta información, el etarra ingresó en prisión el 7 de abril de 1990 y cumple una condena acumulada de 41 años por los delitos de asesinatos, atentados, estragos, lesiones y terrorismo.

Su detención en Sevilla supuso un relevante golpe en la lucha contra ETA porque ostentaba la jefatura de los comandos itinerantes o ‘Argala’ que llevaban actuando durante doce años y habían cometido una veintena de atentados con casi cuarenta muertos y más de doscientos heridos.

Unai o Henri Parot dio nombre en 2006 a la llamada ‘doctrina Parot’, con la que el Tribunal Supremo dio respuesta a un recurso de este preso que supuso el alargamiento de la estancia en prisión de los terroristas. Siete años después, en octubre de 2013, la Justicia Europea la anuló y fueron excarcelados 63 miembros reconocidos de ETA.

Para su acercamiento a la prisión de Mansilla, Prisiones justificó en un comunicado, que el terrorista cumplió las tres cuartas partes de la condena en febrero de 2020, acepta la legalidad penitenciaria y ha sido progresado a segundo grado. Un modelo de explicaciones que se repite en todos los casos aunque la situación y postura de estos reclusos pueda ser a veces bastante distinta.

En cuanto a José María Dorronsoro, considerado el exjefe del aparato de extorsión de la banda y en prisión desde 2001, fue extraditado por las autoridades francesas para ser juzgado en relación con dos atentados cometidos por la banda ETA en San Sebastián en 1987.

Tras su entrega a España recibió dos condenas por parte de la Audiencia Nacional: La primera en 2002 , 26 años de prisión por el atentado contra una patrulla de la Policía Nacional en la N-I, perpetrado en junio de 1987, y la segunda, de otros 16 años impuesta en 2003 como cómplice del atentado con lanzagranadas contra la sede del Gobierno Militar de San Sebastián el 7 de julio de 1987. En su caso, Instituciones Penitenciarias subrayó que cumplirá las tres cuartas partes de la condena en julio de 2023 y que ha remitido escrito en el que rechaza la violencia y «se muestra sensible por el daño causado».

Asesinos que se fueron

También pasaron por una prisión gaditana y ya no están en ella dos miembros de ETA condenados por dos asesinatos que conmocionaron a toda España por su ya conocida crueldad. Uno de ellos Jon Igor Solana Matarrán, el ejecutor del coronel médico Antonio Muñoz Cariñanos, en Sevilla hace veinte años. Preso desde 2000 por formar parte del ‘comando Andalucía’, a principios de año fue acercado desde Botafuegos (Algeciras) hasta Zuera (Zaragoza). De estar a más de mil kilómetros de su casa, a apenas 300. Según Prisiones, «admite la legalidad penitenciaria y ha presentado un escrito en el que se desvincula de la banda y reconoce el dolor causado».

Y otro de los reclusos que se despidió de Cádiz ha sido Jon Bienzobas. Dirigente y miembro de ETA condenado por diversos crímenes, entre ellos, el asesinato en 1996 del que fuera presidente del Tribunal Constitucional, Francisco Tomás y Valiente. Bienzobas se hizo pasar por un alumno de la Facultad de Derecho, entró en el despacho del catedrático y le acribilló con tres disparos. Este terrorista estaba en Puerto III y ahora cumple en Dueñas (Palencia). A unos trescientos kilómetros de su ciudad.

Por estos y otros acercamientos, tanto partidos de la oposición al Gobierno como las asociaciones y colectivos de víctimas del terrorismo han lamentado en reiteradas ocasiones esta «condescendencia». La AVT denuncia que «Interior considere necesario seguir trasladando etarras» . «El acuerdo entre el Gobierno con EH Bildu de presos por los presupuestos no ha caducado en 2021», afirmaban recientemente. «Son ya más de la mitad de los 195 etarras que siguen en prisión en España los que se encuentran a menos de 200 kilómetros de sus domicilios».

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