Airbus frena el A-380

La producción del avión A-380, uno de los más grandes del mundo, se resiente por la falta de pedidos. Las compañías aéreas son partidarias de encargar aparatos del segmento medio, más baratos y con menos consumo. Ante esta situación, su constructor, el consorcio aeronáutico Airbus, se ha visto obligado a cambiar de estrategia. La dirección de la compañía ha anunciado la reducción progresiva de la fabricación de este gigante del cielo. La decisión afecta directamente a las plantas gaditanas, donde se construyen algunos de sus componentes. De hecho, la factoría de Airbus en Puerto Real se encarga del montaje de una de las estructuras de cola: el timón y el estabilizador, que se embarca en el muelle de La Cabezuela en un barco especial para ser ensambladas en la planta francesa de Toulouse.

La reducción de la carga de trabajo del A-380 se ha tomado con cierta cautela en las factorías de la Bahía, sin embargo, la decisión de Airbus no ha sido una sorpresa. La paulatina bajada de los pedidos durante los últimos años presagiaba una medida empresarial drástica para contener pérdidas y favorecer otros programas aeronáuticos con más futuro. La compañía ha sumado 319 encargos del A-380 desde que se puso a la venta en 2001. En estos quince años de trabajo Airbus ha entregado 193 unidades, la mayoría de ellas a compañías aéreas de países árabes. Se trata de un dato muy pequeño para las grandes expectativas de negocio que se habían depositado en este avión, diseñado para las grandes distancias y con capacidad para más de 500 pasajeros.

La medida de Airbus no tiene marcha atrás, aunque se descarta por completo la extinción de este modelo de avión. Así, el fabricante aeronáutico europeo reducirá la cadencia de producción a solo 12 unidades anuales a partir de 2018 para ajustarse así a la cartera de pedidos. Airbus ha explicado que de las 27 unidades del A-380 que entregó a sus clientes en 2015, va a «continuar mejorando la eficiencia de su sistema industrial», disminuir el número a 20 aviones en 2017 y proseguir con iniciativas de reducción de costos para acortar todavía más el ritmo de la cadena de montaje. Para este año se prevé un número de entregas similar al de 2015, es decir, unas 24 unidades. El presidente de la empresa, Fabrice Brégier, insistió que con este paso se fija un plan industrial ajustado a «la demanda comercial anual», pero al mismo tiempo deja abiertas todas las opciones para beneficiarse de los mercados futuros del A-380. Recordó que el crecimiento del tráfico aéreo y las restricciones de las capacidades de los aeropuertos son un hecho al que este avión, que puede transportar 555 pasajeros en su versión estándar, ofrece soluciones.

Una solución viable

A ese respecto, el fabricante europeo hizo hincapié en que el tráfico de pasajeros en el mundo se duplica cada 15 años y que «el A380 es la primera y la única solución para un crecimiento sostenible en aeropuertos saturados». Hasta ahora, hay 18 aerolíneas que han encargado 319 de estos aparatos, de los cuales 193 ya han sido entregados y operan para 13 de ellas en alrededor de un centenar de rutas por todo el mundo.

Eso significa que quedan por entregar 126 y esa cifra no ha hecho más que disminuir, teniendo en cuenta que en 2015 Airbus sólo consiguió un contrato firme por tres unidades del A380 y en lo que llevamos de año otro con Emirates por dos unidades. La disminución de la cadencia de producción abre la puerta a una revisión del futuro de este aparato, lo que podría pasar por el lanzamiento de una versión modernizada, con motores más eficientes que le permitiera crear una verdadera fractura con sus competidores, el A350-1000 del propio Airbus y, sobre todo, el B777X de Boeing.

Reparto en la Bahía

La decisión de Airbus con el A-380 no se sabe aún cómo afectará al empleo de las factorías gaditanas. La participación de Cádiz en este modelo de avión está repartida por varias plantas. Mientras que Puerto Real se encarga del timón y el estabilizador de cola, la fábrica de El Puerto construye los ‘fan cowl’ o protectores de motor. Igualmente, Alestis fabrica las trampas de aterrizaje.

La puesta en marcha del programa del A-380 fue un hito para la planta de Puerto Real, que amplió sus instalaciones en 2006 para albergar una nueva cadena de montaje. La compañía invirtió 10 millones de euros en la ampliación. Inicialmente, la planta gaditana fabricaba también parte de la panza del avión hasta que Airbus especializó sus factorías y Puerto Real se quedó para la construcción de los timones de altura. La planta del Trocadero se encarga hoy de la fabricación de estas estructuras para los modelos A-380, A-350, A-330 y A-320.

El anuncio se hizo ayer oficial este miércoles en la planta de Puerto Real. El vicepresidente ejecutivo de Producción de Airbus, Mario Heinen, visitó por la mañana la factoría y comunicó a la dirección de la planta y a los representantes de los trabajadores el nuevo plan de producción. Así, confirmó que a partir de 2018 solo se fabricarán doce unidades del A-380 y adelantó la estrategia a seguir con el resto de programas que se llevan a acabo en la Bahía de Cádiz. De esta forma, se doblará la producción de los estabilizadores del A-350 pasando de siete unidades al mes a trece. Igualmente aumenta la producción de los estabilizadores del A-330, que pasan de seis unidades mensuales a a ocho.

Los planes de Airbus con el A-380 venían de largo. La factoría de Puerto Real se amplió hace dos años para albergar la cadena de producción del A-350 y ahora se ha acondicionado el espacio que ocupa la cadena de producción del A-380 para albergar la logística del nuevo A-320 Neo.