Pleno | Cádiz

Aprobada la limitación de pisos turísticos en Cádiz tras más de un año de presión al grupo socialista

El apoyo del PSOE, decidido en la víspera tras 14 meses remoloneando, permite la aprobación del cambio del PGOU

P.L.G.

«Que no, que no, que no, que Cádiz no puede ser un nuevo Benidorm». Ha sido uno de los gritos, eslóganes, más escuchados en las manifestaciones más civilizadas, juveniles o familiares de los nueve días de huelga del sector del Metal.

Que un cántico así, nunca oído antes en protestas de ese tipo, se haya colado entre los tres más frecuentes da una idea de cómo ha calado una cierta ‘ turismofobia ’ en un sector de la población gaditana. Sobre todo, porque la hostelería, el turismo, los alojamientos de cualquier tipo se han presentado como la única alternativa posible al empleo en el sector industrial o público, la única salida por más que sufra graves niveles de precariedad, temporalidad, bajo salario y malas prácticas empresariales.

Al ser señalada como la única salida, o coger la bandeja o coger el camino, se ofrece una imagen forzosa del sector turístico, casi obligatoria. Ese sentimiento, de una parte por cuantificar de la población gaditana está detrás del segundo punto más esperado en el Pleno municipal en Cádiz. El Gobierno, con el apoyo de última hora del PSOE, conseguía los votos para modificar el Plan General de Ordenación Urbana, PGOU, e introducir una limitación específica para las viviendas con fines turísticos (VFT), esos pisos que han proliferado como setas, que se alquilan por días y que ocupan decenas de fincas en el casco antiguo.

Para Martín Vila, concejal de Urbanismo y defensor de esta propuesta, casi fijación, desde hace dos años se trata de que «los especuladores» no expulsen a vecinos de siempre de sus casas para poder crear nuevos y rentables apartamentos turísticos. «Hablamos del derecho de la gente, de los vecinos, a seguir viviendo aquí. No se puede perder la esencia de la ciudad, que son los gaditanos. Si se pierde ese corazón, la ciudad no tendrá atractivo turístico».

Más de un año de dudas

Gobierno y oposición dieron por bueno que existen ya en la ciudad 1.600 plazas de apartamentos o pisos turísticos. El objetivo de la medida es ponerles freno para que no expulsen a los vecinos de barrios enteros ni dificulten el acceso a la vivienda, en compra o alquiler, de inquilinos habituales que los tengan como vivienda permanente. Los precios de alquiler diario de uno de esos pisos hacen que sea mucho más rentable para los propietarios darles uso turístico que residencial.

Vila no pudo resistir la tentación del reproche. El PSOE ha estado 14 meses deshojando la margarita turística, debatiéndose en la duda turismofóbica. Finalmente, el jueves, en la víspera del Pleno, su portavoz Mara Rodríguez dijo que apoyaban la limitación. «Han sido 14 meses de arduas negociaciones y celebramos contar con su apoyo, aunque llegara ayer», decía Martín Vila entre la reprimenda y el alivio.

Los socialistas, de nuevo en su papel discreto pero decisivo, susurraron en el Pleno que «aunque el turismo es actividad económica, debe ser compatible con la esencia de las ciudades». Otra vez la esencia. Turismo sí, turistificación no, vinieron a decir. Para arrimarse al calor del nuevo líder regional, dijeron que su plan es imitar la limitación de VFT que aplica el Ayuntamiento de Sevilla, dirigido por Juan Espadas, nuevo mejor amigo de todos los socialistas andaluces como flamante secretario general regional. Los socialistas inciden en la necesidad de distinguir entre zonas «saturadas como el casco antiguo» y otras en las que aún es posible, hasta conveniente, la construcción de «apartamentos u hoteles».

¿Ayudará en vivienda o no?

El PP, a través de José Manuel Cossi, lamentaba que su partido no haya tenido «ocasión de sentarse a debatir», aunque unos minutos antes había hecho lo contrario, levantarse. «El doctor Vila y el doctor Kichi ya tenían el diagnóstico, lo traían de serie, en Cádiz hay turistificación. Así que tratan de enfrentar a visitantes y vecinos con unos microdatos, unos estudios teledirigidos, que dicen que los apartamentos turísticos son negativos para la vivienda. La realidad es que limitarlos es negativo para el turismo y no va a ayudar a bajar el precio de la vivienda». Para Cossi, el eje del conflicto está «en que este Ayuntamiento no ha construido las 1.900 viviendas públicas para alquiler social o en régimen de VPO. Si lo hubiera hecho, las 1.600 VTF no serían ningún problema».

Ciudadanos y Villero incidieron en sus dudas sobre la oportunidad de la medida, así como en la efectividad que tendrá en la oferta y precio de la vivienda para residentes permanentes, uno de sus teóricos objetivos. Daba igual, todo daba igual desde el principio, todo estaba atado y bien atado. Como dicen los conservadores, la coalición ‘socialcomunista’ ya había decidido en Cádiz. Sus votos suman mayoría absoluta. Las cosas que tiene la democracia representativa. Así que el plan de limitación del número de viviendas turísticas en la ciudad es una realidad, está aprobado.

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