Gran Premio 2021

Visita a las entrañas de la seguridad del Gran Premio de Jerez

La Guardia Civil despliega un importante operativo en el Circuito que a pesar de no tener público se vigila de manera escrupulosa por tierra y por aire

El control de los accesos y de la movilidad en las zonas aledañas, claves en esta edición debido a la alerta sanitaria. Agentes de varias unidades trabajan a pleno rendimiento durante todos los días del campeonato

Un agente de la Guardia Civil controla con un dron la seguridad del Circuito. Antonio Vázquez.

María Almagro

Nada más dejar atrás la Jerez-Arcos y enfilar la explanada del Circuito ya se percibe que todo ha cambiado. A la derecha se observa un enorme párking vacío donde otros años no se ve ni el asfalto. Miles de motos lo abarrotan. Y si se sube por la glorieta y llegas al Mesón La Cueva, otro clásico, incluso desde ahí se escuchan los rugidos de los entrenos. El cambio de aceleración, las apuradas de frenada, se oye todo. No hay bullicio de gente, de público, que te distraiga de ese sonido. No hay puestos de comida, ni tiendas, ni stands. No hay.

La pandemia también está marcando la celebración del Gran Premio de Motociclismo y Jerez lo está sintiendo. Se percibe nada más entrar. En esta edición, como en la anterior, no se permite el acceso de aficionados a causa de la alerta sanitaria . Pero por ese mismo motivo y también para prevenir y controlar el normal desarrollo de las carreras y dar cobertura a las más de dos mil personas que trabajan para la competición, la Guardia Civil ha desplegado un amplio dispositivo en el que decenas de agentes se entregan al máximo durante todo este fin de semana.

La primera parada se produce en el acceso al trazado. En este punto de confluencia de varias vías ya están dispuestos desde primera hora de la mañana los agentes de la Agrupación de Tráfico . «Estamos controlando todas las entradas por carretera. Este año se ha intensificado la vigilancia sobre la movilidad, sobre todo a partir de la apertura entre provincias», cuenta Melchor, el sargento primero que está al mando. Paran todos los vehículos que van en esta dirección y les piden a los conductores y viajeros la documentación que acredita que son personal autorizado. El control es básico para supervisar que se cumple la norma.

El trabajo es continuo pero el escenario es bien distinto. «Esto es completamente atípico», comenta señalando cómo no hay ni una moto en los aledaños. Ni aparcada ni circulando. «La gente ya sabe que no puede venir, pero de todas maneras tenemos que estar aquí para regular y vigilar y además dar cobertura de seguridad a los equipos de los motociclistas y resto de trabajadores».

Su función no solo estará en estos días en el Circuito. El Subsector de Cádiz tendrá que vigilar también este primero de mayo de manera especial las zonas costeras donde con total seguridad acudan muchos visitantes de otras provincias andaluzas que llevan meses sin poder disfrutar de las playas gaditanas debido a los cierres perimetrales.

Dirección a la puerta 1, la principal, se divisa también perfectamente conformada a la Unidad de Seguridad Ciudadana (USECIC), una unidad de reserva experta en grandes eventos. En ellos confluyen muchas labores de control y de intervención y son básicos en el apoyo a todos sus compañeros. «Evidentemente nuestro trabajo es más gratificante cuando hay más público pero tenemos que seguir cumpliendo nuestra misión ante cualquier incidencia», explica el teniente Ricardo. Desde la prevención de robos, a la comprobación de que las vías de evacuación están libres, o el contacto permanente con la 'zona limpia', es decir, con la zona más interior del trazado por si se les necesitara para cualquier emergencia.

De nuevo el recuerdo de otras ediciones está presente. «Imagina lo que es que puedan salir sin problemas y casi al mismo tiempo 150.000 personas de un mismo sitio. Si eso no se mide o se gestiona bien puede haber problemas: pánico, avalanchas...». Y ellos son expertos en evitarlo. En la prevención de posibles problemas y en que esos problemas no se produzcan. Sin embargo este año la situación ha cambiado por completo aunque la seguridad siga siendo clave y ellos sigan estando en sus puestos.

Inspección por posibles explosivos

Por el lado del teniente pasa el perro experto en explosivos. El can especialista en detectar artefactos. El animal y su guía y cuidador trabajan en colaboración estrecha con los Tedax , los agentes también dedicados de manera exclusiva a esta detección y desactivación. Juan Carlos, guardia civil, lleva desde 2005, participando en los dispositivos del Circuito del Gran Premio de Jerez. Habla con verdadera vocación y entusiasmo e incluso se emociona cuando cuenta cómo la pandemia ha cambiado su 'despacho' de estos días.

«La sensación al ver esto vacío, sin aficionados, es fea, aunque sea necesaria. Pero nuestro trabajo tiene que seguir, a nosotros no nos pagan por estar tranquilos. Siempre estamos en alerta sea la situación que sea», cuenta. Junto al resto de su grupo comienzan horas antes de que llegue cualquier persona. Revisan todo. Exteriores, parkings, interior, zona 'burbuja', boxes... todo.

Y en el caso de que haya alguna sospecha o el perro marque (se queda sentado en el lugar donde detecta algo) se acordona y comienza la inspección. Para ello usan un robot que este fin de semana también está en Jerez. Ellos lo dirigen y manejan con suma destreza. Porque, como dicen con absoluta convicción, en su caso, «el primer error puede ser el último».

También en esta 'pequeña ciudad' dedicada al motor se mueven los agentes del Seprona . Van en moto lo que les ayuda a tener fácil acceso por los montes y las zonas de vegetación que rodean todo el Circuito. Su papel de apoyo al resto de unidades es clave. Vigilan todo el extrarradio. Los agentes de la II Compañía de Medina participan en este operativo.

El guardia civil Raúl lleva dieciséis años haciéndolo. Sabe lo que es y lo que ha sido esta fiesta del motociclismo. «He llegado a poner hasta 200 denuncias en un solo día por acampadas ilegales», recuerda. Y además, se encargan del control alimentario de apoyo a la inspección o de todo el cuidado del medio ambiente de este paraje.

Esta misma mañana han interceptado a un hombre que intentaba colarse en el Circuito saltando una valla. Los agentes detectaron un coche estacionado y acudieron a ver qué ocurría. Fue entonces cuando en las cercanías pillaron a esta persona que había intentado entrar sin autorización para ver los entrenamientos. Identificación y sanción.

Ya en un círculo más próximo al trazado se encuentra el CECOR , el centro de coordinación donde cada miembro de cada unidad, y también de personal de otros organismos implicados como la DGT, comparten, revisan y controlan lo que ocurre en todos y cada uno de los puntos del Circuito y sus accesos. Mapas y monitores que transmiten imágenes a tiempo real presiden esta sala.

También por aire

Fuera, en uno de sus lados se han dispuesto los agentes del ARS, expertos en el control con drones llegados este año desde Valencia. En una mesa se encuentra la pantalla de geolocalización, clave para detectar cualquier aparato que esté sobrevolando el espacio aéreo protegido. Y así intervienen si es necesario con los sistemas de inhibición y destrucción, donde utilizan un fusil especial para desactivar la señal de estos aparatos e inhabilitarlo, además de sus propios mandos y drones para sobrevolar y supervisar que todo va bien por el aire.

Este servicio se suele utilizar en grandes eventos, despliegues relacionados con la Casa Real, festivales, y desde 2018 en el Circuito. Una vez que detectan cualquier anomalía se alerta al CECOR y ellos a las unidades que sean preceptivas. «Vale para muchos servicios, localización de objetivos antes de entradas y registros, rescates de personas, tráfico, narcotráfico, apoyo a posibles ataques terroristas... abarca muchas funciones», explican.

Y cerca de ellos, también en una de estas lomas, llega y aterriza el helicóptero del Servicio Aéreo con uno de sus experimentados pilotos al mando. Su itinerario es también amplio. Revisan desde el aire cualquier elemento sospechoso que se localice en la zona y apoyan al resto de unidades si fuera necesario en caso de una fuga por ejemplo o el control del fluido de los accesos y el tráfico. «Son una ayuda fundamental en grandes eventos cuando se concentra muchísimas personas y hay tantas dificultades para la movilidad. Son nuestros ojos», comenta sobre estos especialistas uno de sus compañeros. Dan capacidad de proyección y penetración para todos los equipos que en casos donde la actuación tiene que ser rápida es fundamental.

Y desde el aire, estos agentes con su vista de pájaro son los que más han visibilizado la ausencia de público. «Es impresionante el cambio pero, con o sin espectadores, nunca se sabe donde puede estar el peligro. Quizá al haber menos concentración hay menos riesgo pero eso no significa que el control y la seguridad deje de ser una prioridad».

Todos ellos y otras unidades también implicadas además de sus mandos y autoridades forman parte de un puzzle que está perfectamente encajado y que tiene una única misión: que no haya problemas y que si los hay, se solucionen lo mejor y más rápido posible.

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