Coronavirus

La historia de un hiperinmune al Covid-19

El profesor Jose Manuel Pérez Hidalgo tras pasar en marzo la enfermedad ha donado plasma en dos ocasiones. La última vez fue en febrero y triplicaba los niveles de anticuerpos que otorgan la hiperinmunidad.

Jose Manuel Pérez Hidalgo donando plasma hace algunas semanas

Elena Carmona

Jose Manuel Pérez Hidalgo es un profesor de instituto en La Puebla del Río (Sevilla) nacido en Sanlúcar y residente en Jerez con María, su mujer. Es donante de sangre, órganos, médula y plasma . Es su manera de aportar algo a esta sociedad. Hace un año superaba el Covid junto con María y desde entonces no ha parado de generar anticuerpos que le hacen triplicar las ratios de hiperinmunidad a los once meses de haber superado la enfermedad .

En el confinamiento de marzo, a los pocos días, María se empezó a encontrar mal «y eran unos síntomas muy raros , que nunca antes había padecido». Al llamar al hospital, como todo lo de la pandemia era nuevo, «nos dijeron que a menos que tuviera una patología grave, sobretodo respiratoria, no fuéramos por el hospital ». Todo esto de la pandemia estaba empezando y «no sabíamos a qué nos enfrentábamos. Tenía dolores musculares y de huesos y otras patologías. Y decidimos quedarnos en casa y pasar en pareja lo que se suponía que era Covid».

Sobre el 23 de marzo, María ya estaba recuperada y Jose se puso malo con muchos dolores de hueso y de músculo, algo de fiebre, y unas diarreas repentinas , sin dolores previos, además de unas ampollas en los pies con fondo oscuro que no desaparecían. Jose afirma que se sorprendió mucho al comprobar que aún siendo alérgico al polen del olivo, las gramíneas, trigos y cebadas y, aún siendo primavera, «no tuve ningún problema respiratorio». Estuvieron casi un mes y pico en casa. Y se olvidaron del asunto.

En septiembre, empezó a trabajar en un centro concertado y le hicieron una prueba PCR donde salió marcado que tenía anticuerpos. De esta forma, calculó que los anticuerpos le habían durado casi seis meses, aunque siempre ha mantenido las medidas de protección y precaución porque no se sabía cómo podía dar la cara.

Al ser donante de sangre, órganos y médula decidió convertirse también en donante de plasma. Las personas que se han recuperado del Covid-19 desarrollan en la sangre defensas naturales contra la enfermedad, que son los llamados anticuerpos . Estos se encuentran en una parte de la sangre llamada plasma. Un estudio realizado en más de 3.000 pacientes de UCI con Covid-19 en Estados Unidos ha demostrado el beneficio del uso del plasma convaleciente de Covid para reducir la mortalidad.

Esta investigación ha sido coordinada por Michael Joyner, catedrático de Anestesiología y vicepresidente de Investigación en el departamento de Anestesiologia de la Clínica Mayo de Rochester (Estados Unidos).

Los datos que arroja este estudio es que el beneficio del plasma con anticuerpos fue más efectivo en los pacientes que recibieron transfusiones con plasma que contenía niveles altos de anticuerpos IgG contra el SARS-CoV-2 .

En el mes de diciembre Jose acudía por primera vez a donar plasma en el Hospital Universitario Puerta del Mar . Habían pasado más de ocho meses y tras la donación recibió la llamada de la hematóloga que le advertía que tenía «plasma hiperinmune», con unos valores de 2,89. «Le pregunté que a partir de qué valor se tenían anticuerpos positivos y me contestó que a partir de 1 se consideraba como hiperinmune. La doctora me preguntó si había pasado recientemente el coronavirus y le dije que no, que hacía más de ocho meses». Se sorprendió por «la cantidad de meses que habían pasado».

Para volver a donar Jose tenía que esperar como mínimo un mes y «al final, entre una cosa y otra, volví a donar plasma el 18 de febrero». Esta vez lo donó en el hospital de Jerez . Y le volvieron a llamar porque los anticuerpos le habían «aumentado de 2,8 a 3,3 y decían que era un poco extraño que habiendo pasado casi un año los anticuerpos me hubieran aumentado».

Aún teniendo anticuerpos naturales, al ser profesor, recibió la vacuna Astrazeneca el viernes 25 de febrero, y aunque consultó si había alguna incompatibilidad con su donación de plasma y la vacunación, desde el Centro de Transfusión le indicaron que no había problema alguno. Ahora está a la espera de la segunda dosis de la vacuna para volver a donar el plasma

Se ha sentido tranquilo y seguro al obtener esos resultados, pero continúa con las medidas de prevención. No fuma, no toma alcohol, sale a pasear con su mujer que está embarazada y mantiene una dieta mediterránea . Son las únicas claves que puede aportar de manera general y aún teniendo las alergias, ha podido aportar para ayudar a los enfermos de Covid-19 su plasma hiperinmune, cediéndoles anticuerpos de manera natural. «Esta era mi manera de poder aportar un granito de arena en esta causa en la que tienen toda mi admiración el cuerpo sanitario que ha estado y está combatiendo la pandemia en primera línea », afirma el profesor.

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