Emocionario
Efecto halo
Es la percepción que tenemos de una persona, marca, cosa o institución influenciada por una serie de rasgos
A lo mejor de nombre no te suene nada, pero cuando leas lo que es el efecto Halo te vas a dar cuenta de que pueda que en muchas ocasiones lo hayas realizado sin ser consciente de ello. Se trata de un sesgo cognitivo, es decir, un fenómeno psicológico en el que una persona tiende a atribuir unas cualidades a otra persona a partir de una primera impresión. Es la percepción que tenemos de una persona, marca, cosa o institución influenciada por una serie de rasgos.
En muchos casos es inevitable que nuestra mente considere, a primera vista, que una persona simpática y guapa sea tiempo inteligente y buena. Debido al efecto Halo, juzgamos a una persona a partir de una primera impresión, ya sea desde su apariencia, comportamiento, etc.
¿Te ha pasado alguna vez? Seguro y puede que no tuvieras ni idea de que se llamaba así ese fenómeno que realiza nuestra mente sin que nos demos cuenta.
Origen del efecto halo
El concepto ‘efecto Halo’ fue introducido por primera vez por Edward Thorndike en un artículo publicado en 1920. Dicho investigador realizó varios estudios a diferentes comandantes militares. En dichas evaluaciones psicológicas, Thorndike pidió a estos comandantes que evaluasen una serie de rasgos -incluyendo inteligencia, habilidades de liderazgo, cualidades personales y atributos físicos- de sus soldados subordinados. En dichas investigaciones observó que la valoración alta de un rasgo elevaba la media de las demás; mientras que la valoración negativa de otro la hacía caer. Es decir, se trata de juzgar a una persona a partir de una primera impresión.
El fenómeno del efecto Halo no solo se estudia en psicología, en los últimos tiempos se utiliza mucho para crear estrategias de marketing, en concreto para conseguir que el público valore de forma positiva un producto. Cada vez tiene más importancia en el sector empresarial, sobre todo en el departamento de Recursos Humanos.
Desde que hablara por primera vez del efecto Halo, Thorndike, se ha estudiado mucho este fenómeno psicológico y en los diferentes estudios se ha encontrado que el atractivo físico es la variable que más evoca este efecto. Hasta tal punto que muchas personas al ver una persona atractiva ya pensamos que tienen los rasgos de personalidad más deseables, son más felices, tienen mejores familias, mejor estatus social y económico.
Evitar el efecto halo
Este efecto forma parte de nuestro cerebro, ya que es una interpretación de la información del entorno. Para evitar caer en él es necesario reflexionar un poco y no quedarse en la primera impresión e ir más allá de quién está detrás de esa apariencia.
Hay que intentar evitar atribuir presuntas características a la persona o cosa observada, porque esta primera impresión positiva o negativa nos condiciona mucho sobre una opinión general.
En general, el efecto Halo es un error de juicio a la hora de hacernos impresiones sobre algo o alguien, porque además estas resultan muy potentes y anulan la capacidad racional de juicio.
