ANÁLISIS

Susana Díaz y la incoherencia socialista

Andalucía será banco de pruebas electoral para comprobar el efecto del Gobierno de Pedro Sánchez

Susana Díaz aplaude la intervención de Pedro Sánchez en el Comité Federal del lunes 28 de mayo ABC

Juan J. Borrero

Las cautelas de Susana Díaz ante el anuncio de la moción de censura eran un síntoma significativo de que esta vez Pedro Sánchez tenía opciones, aunque pareciera la medida más osada del imprevisible secretario general socialista. La presidenta de la Junta habló de la difícil coyuntura de España tras la sentencia de la Gürtel y se centró en pedir la dimisión de Rajoy , como tantos que vieron en esa medida la única forma de evitar la moción y al menos ganar tiempo. A Susana Díaz le sorprendió la moción que Ferraz no consultó con los otros líderes del partido. Su temor a pactar con los independentistas se escuchó esta vez menos que su aplauso al secretario general desde la primera fila de butacas durante el Comité Federal del pasado lunes, cuando nadie en el PSOE andaluz pensaba en que la moción saldría adelante. Ahora aquella imagen que reproducía ABC al día siguiente refleja un futuro previsible en la guerra de egos del PSOE con importantes consecuencias en Andalucía.

Susana Díaz y el PSOE andaluz se apresuraron ayer a sacar lemas recurrentes para transmitir una euforia fingida ante la «magnífica noticia» del «tiempo nuevo» con un «gobierno amigo» . Sin embargo, es evidente que un entrañable enemigo de Susana Díaz es el nuevo inquilino de la Moncloa y que Sánchez no va a olvidar que Díaz intentó acabar con su carrera política y que tiene espacio y poder para cobrarse lentamente la venganza.

Se instala Sánchez en precario en el Gobierno de España con el apoyo de Podemos y los independentistas , entre otros peculiares compañero de viaje. Habrá que esperar cómo el nuevo presidente paga el apoyo que su raquítico gobierno ha recibido de separatistas y populistas... cuyo único vínculo declarado, además del derribo de Rajoy, es el republicanismo. Los intereses de los apoyos conseguidos por Sánchez podrían formar un compendio de todo lo contrario al discurso sobre el que Susana Díaz ha construido su liderazgo en los últimos años, cuando se proyectaba como la lideresa de una socialdemocracia clásica y sosegada sin prejuicios sobre el capital y garante de la unidad de España. La hemeroteca es ahora una amenaza contra Susana Díaz si Sánchez tiene que pagar favores y la obliga a adapta su opinión sobre Podemos –que desde hoy tiene como misión desgastar al PSOE– o los secesionistas que ahora pasarán por pacíficos negociadores de un nuevo modelo de Estado.

El adiós a Rajoy

La primera consecuencia para el Gobierno andaluz es que pierde a su adversario más rentable . Sin el recurso de la confrontación y el enemigo recurrente que significaba Mariano Rajoy , la Junta tendrá que justificar de otra forma sus malas noticias y Susana Díaz pierde el papel, que había asumido con gusto, de líder institucional socialista frente al Gobierno de Rajoy, al que ya no podrá adjudicarse como interlocutor directo. Con Sánchez en la Moncloa su radio de acción se reduce mucho más a lo doméstico .

Todas las fuentes socialistas coinciden en que Susana Díaz y Pedro Sánchez están condenados a entenderse , por el bien del socialismo. Andalucía es la principal federación y el bastión electoral socialista. Si no media adelanto electoral -algo que siempre ha negado Susana Díaz y parece ahora lo menos recomendable-, habrá elecciones andaluzas en marzo. Andalucía será la primera prueba de cómo se ha digerido por los ciudadanos esta convulsión política . Demasiada tensión. Tanto Susana Díaz como Pedro Sánchez saben bien que el control del partido es la base del poder y no hay duda de que esa pelea interna se va a jugar inevitablemente en suelo andaluz desde hoy entre sonrisas fingidas.

No solo lo personal separa a ambos gobernantes. Las concesiones que Sánchez deberá pagar a los nacionalistas por su apoyo chocan con el modelo de financiación autonómica que defiende Andalucía y cuya modificación era hasta ayer objetivo prioritario de Susana Díaz, junto a la reclamación de los 5.000 millones de euros de infrafinanciación que la Junta tendrá que pedir ahora al nuevo inquilino de la Moncloa. ¿Aceptará Díaz otra vez la cesión de solares como pago, tal que hizo Zapatero con la «deuda histórica»?

Era tan larga la retahíla al Estado desde Andalucía que cualquier incumplimiento u olvido en la reclamación será ahora muy elocuente . Baste un ejemplo: ¿Seguirá insistiendo la Junta en los refuerzos policiales para el Campo de Gibraltar?

En lo que se refiere a giros políticos, el anunciado corte ultrasocial del nuevo gobierno es otro problema para la Junta de Andalucía que hasta ahora presumía de ser la vanguardia de medidas de este corte en España. Aprovechará el impulso estatal pero ¿podrá rentabilizarlo Susana Díaz? Una cosa es evidente, la carrera por destacar será costosa para las arcas públicas.

Y la corrupción

Si de algo se habló de Andalucía en el debate de la moción es sobre la corrupción . El cambio de Gobierno se ha justificado en la sentencia de la Gürtel y una condena (el próximo año) sobre el caso ERE sentenciaría al PSOE andaluz heredero de Chaves y Griñán . El PP va a ir ahora a por todas dentro y fuera de los juzgados. Por muchos esfuerzos que haga el PSOE por evitar que se equiparen ambos casos, Susana Díaz sabe que ahora los ERE y otros escándalos tienen un coste inevitable... y Pedro Sánchez también.

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