ANDALUCÍA

El PP andaluz hace las paces con Génova

La número tres de Casado vino a Sevilla expresamente para participar en la copa de Navidad de los populares andaluces

Loles López, número dos de Juan Moreno (a la izquierda) y Anal Beltrán, número tres de Pablo Casado ABC

Stella Benot

Es la primera vez. O, al menos, así lo recuerdan los más viejos del lugar, que un cargo relevante de Génova participa en la copa de Navidad que el PP andaluz organiza para sus diputados, senadores y presidentes provinciales. La número tres de Pablo Casado, Ana Beltrán, vicesecretaria de Organización, viajó el pasado miércoles expresamente a Sevilla para departir con sus compañeros de la dirección andaluza.

Como una más, participó de la copa que se celebró en el versátil sótano de la calle San Fernando. Fue un encuentro informal, para charlar y servido por un cátering. Otros años se ha elegido un restaurante para estos menesteres pero ahora hay que cuidar mucho las formas; no debe haber dispendios porque se esté gobernando en la Junta.

La visita de Ana Beltrán va mucho más allá de ser una anécdota o una fórmula de cortesía. La dirección nacional de Pablo Casado quiere mostrar su cercanía con Juanma Moreno cuya relevancia política está creciendo desde que está en la Junta. Es, además, el único presidente regional del PP que ha sido capaz de negociar con Vox la aprobación de las cuentas para 2020... y a un precio muy bajo. Un mérito que Moreno está dispuesto a exhibir delante de sus correligionarios. Sobre todo porque muestra que mantiene cierta «autonomía» con respecto a las decisiones de Génova.

El ambiente de la cena navideña fue distendido y sólo faltaron dos presidentes provinciales, el de Granada, Sebastián Pérez , muy crítico con Juanma Moreno pero que excusó su asistencia oportunamente alegando otro compromiso anterior. Y el de Almería, Gabriel Amat, a quien los años y su trayectoria le permiten ciertas licencias en el plano orgánico.

El ambiente fue muy distendido, dicen muchos de los presentes que todavía están digiriendo el tener el control en la Junta de Andalucía, el Gobierno andaluz. Nunca había reunido a tantos cargos públicos el PP andaluz en su sede en un acto interno y reservado.

Nada une más que el éxito y todo fueron sonrisas y parabienes aunque se tomaron precauciones. Dicen que nadie grabó con sus móviles lo que allí sucedió y eso que hubo quien estuvo hasta última hora disfrutando de un momento dulce después de tantos sinsabores.

En los tradicionales discursos, el azúcar fue uno de los principales ingredientes, sin polémicas ni nada que se le parezca. Aunque en política nadie da puntada sin hilo. Y menos el líder regional ahora revestido de la parafernalia que lleva consigo la Presidencia. Juanma Moreno tuvo tiempo para elogiar a su número dos, Loles López , a la que dedicó palabras cariñosas y de reconocimiento por el papel que está haciendo en el partido y su sacrificio dedicándose al mismo.

¿Fue una alabanza inocente? No lo parece sobre todo cuando hay quienes quieren moverle la silla a Loles López, una mujer que ha estado junto a Moreno en la travesía del desierto. Dicen quienes lo conocen que su estilo no pasa por dejar a un lado a sus colaboradores de momentos duros y ponen como ejemplo a Tomás Burgos, amigo de sus tiempos en Madrid a quien ha rescatado para el Gobierno nada más que ha podido. Cómo terminará este asunto está por ver pero Moreno es poco amigo de crisis y mucho menos cuando la palabra que más pronuncia es estabilidad.

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