El poder del matriarcado socialista con acento andaluz

Susana Díaz

La celebración este pasado sábado del Congreso Federal del PSOE, con el resultado de la dimisión de Pedro Sánchez al frente del partido y la constitución de una gestora, han tenido, entre otras muchas derivadas, la virtud de ofrecer a la opinión pública un aspecto nada despreciable: la relevancia que ha adquirido el poder femenino con acento andaluz en la formación política que fundó Pablo Iglesias, encabezado por Susana Díaz.

Presidenta de la Junta de Andalucía y secretaria general de la agrupación socialista más numerosa (y determinante) de España, Susana Díaz ha triunfado en su estrategia de apartar del liderazgo del partido al dimitido Pedro Sánchez. Desde las atalayas del Palacio de San Telmo, donde se ubica la Presidencia del Ejecutivo autonómico, y desde los despachos de la calle San Vicente de Sevilla, sede de la dirección del partido que comanda, ejerce su omnímodo poder en Andalucía y su influencia más allá de Despeñaperros. Junto a Sánchez ha acaparado la atención periodística durante todo el fin de semana, y los pasos que dé a partir de ahora van a ser mirados con lupa.

Micaela Navarro

Presidenta por partida doble, del PSOE a nivel federal y de los socialistas andaluces, además de vicepresidenta del Congreso de los Diputados, presentó la dimisión del primero de los cargos tras la renuncia de 17 miembros de la Ejecutiva nacional para doblegar la resistencia de Pedro Sánchez. La neutralidad en la que estaba instalada hasta entonces al ocupar un puesto honorífico, saltó hecha añicos y se decantó abiertamente por los postulados de Susana Díaz. Sus primeros intentos de ejercer el papel de árbitro de la contienda fueron abortados abruptamente por la «guardia pretoriana» de Susana Díaz, llamándola a capítulo.

Verónica Pérez

Tercera presidenta, en este caso nada menos que del Comité Federal, Verónica Pérez, considerada como la alter ego de Susana Díaz, es también secretaria general del PSOE de Sevilla, palabras mayores dentro de la organización. Pérez acaparó los titulares del pasado día 29 cuando proclamó, tras la dimisión de más de la mitad de la Comisión Ejecutiva del partido que «la única autoridad que hay en el PSOE es la presidenta del Comité Federal que les guste o no, soy yo». De anda le valió. Ostentando esa condición se presentó en la sede de la calle Ferraz de Madrid para solicitar una reunión de la Comisión de Ética y Garantías y nadie la atendió.

María Jesús Montero

Consejera de Hacienda y Administración Pública en el Gobierno de la Junta, en muchos sectores la consideran posible sucesora de Susana Díaz si finalmente ésta decide dar el salto a la política nacional. En este último fin de semana María Jesús Montero ha irrumpido en la crisis socialista como miembro de la Comisión de Ética y Garantías del PSOE. Ella fue la encargada de entregar en Ferraz, junto a otros dos compañeros de este órgano, un escrito reclamando una reunión del mismo y la constitución de una comisión gestora.

María José Sánchez Rubio

Se encuentra entre los dimisionarios de la Comisión Ejecutiva Federal, donde ocupaba el cargo de secretaria de Sanidad. Sánchez Rubio ha sido diputada en el Congreso y en la actualidad es consejera de Igualdad y Políticas Sociales en el Gobierno de Susana Díaz, a la que mantiene una fidelidad absoluta. Fue asimismo delegada del Gobierno andaluz en Granada y consejera de Salud. Abandonó su sillón en la Ejecutiva porque el entonces secretario general, Pedro Sánchez, «dijo que el que no estuviera de acuerdo con él que se fuera, y eso he hecho».

María Jesús Serrano

Diputada nacional del PSOE por Córdoba, exalcaldesa de la localidad de Baena y exconsejera de Medio Ambiente en el Ejecutivo andaluz, María Jesús Serrano, persona de plena confianza de Susana Díaz y del presidente del Parlamento, Juan Pablo Durán, se ha incorporasdo como miembro de la Gestora que dirigirá el PSOE hasta el próximo Congreso.