«En Matalascañas están todos a la expectativa»

El primer domingo del verano ha congregado a multitud de bañistas en las playas de Matalascañas, en muchos casos de familias que no disponen de alojamiento en este núcleo costero y que habían ido tan solo a pasar un día. El incendio que comenzó en la noche de ayer en Moguer se ha convertido ahora en una trampa, ya que han quedado atrapados sin posibilidad de volver de vuelta a sus casas. «Las dos carreteras de salida están cortadas para despejar el camino a todos los dispositivos de lucha contra el fuego, así que en Matalascañas hay muchísima gente a la expectativa», afirma la veraneante sevillana Olivia García.

Las autoridades han recomendado a la población que permanezca en sus casas y, en caso de no tenerla, estén en el entorno de la playa.

«Hay muchas familias que permanecen en sus coches a la espera de poder salir de la población, y otros muchos que están en la playa a la espera de lo que pueda pasar», apunta Olivia. «Han venido con lo puesto, están en una situación complicada», remarca. En este momento hay 50.000 personas en esta población. El Ayuntamiento de Almonte ha destacado en Twitter que no hay riesgo para las localidades de Almonte, El Rocío y Matalascañas; todas las medidas son para evitar atascos que impidan a los servicios de emergencia desarrollar su labor.

La playa de Matalascañas ha quedado ensombrecida por el humo del fuego, a apenas unos kilómetros. También se cortará el agua en las residencias, de ahí que haya habido colas para hacer acopio de agua mineral.

Aunque el fuego comenzó en Moguer en la pasado noche, hasta las once de la mañana la situación en Matalascañas ha sido normal. A partir de ese momento comenzó el olor a humo y, pasado el mediodía, comenzó a llegar ceniza con el viento. «Es entonces cuando la gente se ha puesto más nerviosa, muchos han intentado irse y, para evitar un atasco que complique aún más las labores de extinción, se han cortado las salidas».

Si en algún momento ha habido inquietud, se ha apaciguado a lo largo de la tarde. «A partir de las 18:00 horas remitió el humo, el panorama se ha ido despejando, esto ha contribuido a que nadie pierda los nervios», dice Cristina Rosa García.