POLÍTICA

Juan Marín prepara el terreno para que Albert Rivera rompa con Susana Díaz

Ciudadanos no va a presentar moción de censura pero acusa al PSOE de no querer aprobar las medidas de regeneración democrática

La presidenta de la Junta de Andalucía junto al líder autonómico de Ciudadanos J. M. Serrano

Stella Benot

La ruptura formal del acuerdo del PSOE y Ciudadanos que sentó a Susana Díaz en el sillón de la Presidencia de la Junta en marzo de 2015 tendrá lugar en pocos días . El próximo viernes, el Comité Nacional de Ciudadanos analizará un informe de Juan Marín, líder naranja en Andalucía, en el que se pondrán de manifiesto los incumplimientos del PSOE y, a partir de ahí tomará una decisión para el futuro. Así, será el propio Albert Rivera quien protagonice y anuncie la ruptura entre su formación y el PSOE de Susana Díaz.

Pero no habrá moción de censura a la presidenta sino que se la dejará sola en el Parlamento, «liberándonos de todos nuestros compromisos que firmamos en el pacto de investidura, nos desvinculamos de cualquier asunto» según dijo ayer Juan Marín, y abocando a Andalucía a unas elecciones autonómicas que están más que cantadas.

El PSOE y Ciudadanos celebraron este martes una reunión de seguimiento del pacto de investidura, similar a las que han celebrado habitualmente hasta ahora, que terminó con un serio enfrentamiento. El más serio en tres años y medio en los que ha habido un fácil entendimiento.

Al término de este encuentro, Juan Marín afirmó públicamente que el PSOE se ha negado a negociar las medidas de regeneración democrática que ambas formaciones habían aprobado en 2015 y que eran de obligado cumplimiento. Así, el PSOE se ha negado a aprobar el final de los aforamientos, la reforma de la Ley Electoral de Andalucía, la limitación de mandatos en la Junta, la puesta en marcha de la oficina contra el fraude y la corrupción política, además de terminar con la libre designación de los puestos de nivel 30 en la Junta de Andalucía. «La palabra del PSOE no tiene valor. Nosotros hemos cumplido todo lo que firmamos y el PSOE nos ha dicho claramente que no va a cumplir. Les agradezco la claridad», decía el líder de Ciudadanos.

Los pasos

La liturgia de la ruptura es relevante porque en política importan mucho las formas. Y la ruptura del acuerdo entre el PSOE y Ciudadanos en Andalucía conviene a ambos partidos de cara a las urnas pero está pilotada por la dirección naranja y el propio Albert Rivera quien pretende distanciarse del PSOE ante sus electores y, de paso, una suerte de venganza frente a un Pedro Sánchez que lo ha dejado bastante tocado en la política nacional con la maniobra de la moción de censura a Mariano Rajoy.

Prueba de ello es que el equipo de Albert Rivera ya está desembarcando en Andalucía —uno de sus asesores está ya tutelando vigilante las declaraciones públicas de Juan Marín— y de que la presencia del presidente nacional de Ciudadanos se está multiplicando en Andalucía. Si el pasado sábado era Inés Arrimadas la que estaba en Sevilla, mañana será el propio Albert Rivera quien visite Córdoba y el viernes y el sábado se reuna en Málaga el Comité Nacional de Ciudadanos en un encuentro político mirando precisamente a las autonómicas.

Claro que este movimiento estratégico también conviene a Susana Díaz y al PSOE que ya está más que preparado para hacer frente a una campaña electoral y a las urnas. Es el momento más adecuado para que la presidenta disuelva el Parlamento sobre todo por la mala situación que atraviesan tanto el PP andaluz como Podemos, cuya confluencia con IU en Adelante Andalucía no tendrá candidato hasta el 2 de octubre y mantiene enfrentamientos con Pablo Iglesias. El movimiento de Ciudadanos le da a Susana Díaz el discurso hecho para poder convocar las elecciones «en interés de Andalucía».

Estrategia

Fuentes del PSOE y de Ciudadanos niegan que todas estas desavenencias estén pactadas entre ambos partidos. Aseguran que son completamente sinceras pero hay varios datos reveladores. En primer lugar, Juan Marín habló por última vez con Susana Díaz el pasado jueves 30 de agosto , y su relación con el vicepresidente del Gobierno, Manuel Jiménez Barrios, es más que fluida y de amistad. Ambos se entienden a la perfección desde hace muchos años y no sólo por ser ambos de la provincia de Cádiz.

La respuesta oficial del PSOE, y también la del portavoz del Gobierno de la Junta, es culpar a la formación naranja de esta «salida de tono» que achacan a las «presiones, prisas y el nerviosismo de Albert Rivera».

Desde la sede de la Presidencia de la Junta, Juan Carlos Blanco, el portavoz del Gobierno, pedía explicaciones a Juan Marín por generar «inestabilidad» en Andalucía. Y desde la sede regional del PSOE en Sevilla, el número dos de Susana Díaz, Juan Cornejo, reforzaba esta tesis mostrando, además, su sorpresa «por esta salida de tono tras una reunión que ha estado marcada por la cordialidad».

Los dos voceros socialistas coincidían en situar toda la presión en Ciudadanos , a los que van a culpar del adelanto de las elecciones, aunque la postestad es exclusiva de Susana Díaz decidir cuándo. Tanto en San Telmo como en San Vicente (donde está la sede del PSOE) saben positivamente que su enemigo a batir ahora es, precisamente, la formación naranja.

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