Susana Díaz rodeada de cámaras este martes en Sevilla
Susana Díaz rodeada de cámaras este martes en Sevilla - EFE
EL FUTURO SOCIALISTA

Díaz cosecha apoyos para presidir la Junta y ser líder del PSOE

Ramón Jáuregui y Eduardo Madina, primeras voces en defender la combinación de ambos cargos, el plan que ya promueve la dirigente andaluza

SEVILLA Actualizado: Guardar
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La agenda, las declaraciones y sus silencios prueban que la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, está ya en la carrera para liderar el PSOE. Sólo le queda confirmarlo públicamente pero no lo niega, lo que ya es mucho. Así va creando una expectación que este martes pagó con su propia sangre (en la encía) al ser golpeada por una cámara y un micrófono en la melé de periodistas que la aguardaban cuando se dirigía a presentar en un desayuno informativo al alcalde de Huelva, Gabriel Cruz, quien no dudó en «animar» públicamente a la presidenta a liderar el partido.

Susana Díaz quiere compatibilizar la presidencia de la Junta y el liderazgo del PSOE

Susana Díaz quiere compatibilizar la presidencia de la Junta y el liderazgo del PSOE.

Y se está tomando este tiempo para demostrar que es posible, construir un discurso político al respecto de manera que se vaya convirtiendo en una situación perfectamente normalizada, y hacer olvidar cómo el PSOE criticó antaño que María Dolores de Cospedal fuera secretaria general del PP —en el PP no es máximo cargo de la ejecutiva como en el PSOE— y presidenta de Castilla la Mancha. No hay antecedentes similares en el PSOE pero Díaz no considera eso no debe convertirse en un obstáculo. Ya hay barones que le animan a esa compatibilidad, como el presidente valenciano, Ximo Puig, que aseguraba este martes que «es posible» aunque apuntaba que puede haber «otras vías» por las que emerjan los liderazgos políticos que no son las federaciones territoriales. Puig, bajo la atenta mirada del portavoz de la gestora socialista y hombre de confianza de la presidenta andaluza, Mario Jiménez, alertaba en Madrid de las «falsas unidades» que pueden esconderse tras las candidaturas únicas, porque el partido no está para nuevas divisiones.

Aunque lo deseara fervientemente, Susana Díaz va a huir de proyectarse como única alternativa al liderago de la reconstrucción socialista. Eso generaría más desafectos que apoyos. Por eso no se posiciona sobre las recientes declaraciones de Ramón Jáuregui, un felipista «pata negra», a favor de una candidatura «única» pactada para la Secretaría General, que el líder vasco defiende para evitar que una «tensión personal» prorrogue la división. En Andalucía están gestionando los tiempos y habrá que esperar —Jáuregui situaba en septiembre de 2017 la fecha de la renovación—.

El penúltimo en salir ha sido Eduardo Madina quien no ve pegas en que Susana Díaz ostente los dos cargos, el institucional y el orgánico. Su argumento era irrefutable, «los estatutos del partido marcan las incompatibilidades y no aparece por ningún lado».

Claro que también tiene voces en contra que se mostraron airadas ayer en la reunión del grupo parlamentario socialista en el Congreso. César Luena y Odón Elorza, entre otros, criticaron a la gestora, «que está dejando que desde Andalucía, Susana Díaz destroce al grupo parlamentario».

Líder europea

Mientras, Susana Díaz está entrenando esa compatibilidad de cargos. Su agenda refleja esa carrera. El portavoz del Gobierno andaluz, Miguel Ángel Vázquez, anunciaba este martes que la presidenta viajará la próxima semana a Bruselas. No lo hará para contraprogramar al líder del PP andaluz, Juanma Moreno, que días atrás anunció un viaje similar por la misma fecha para defender el sistema de ayudas a la Política Agraria Común (PAC) —«con una agenda de patio de colegio», ridiculizó Vázquez—. Va a Bruselas a «exigir un giro de la política económica de la UE que contribuya al crecimiento y la reducción del paro y que acabe con la brecha de desigualdad».

Lo hará con una «apretada» agenda para entrevistarse con el presidente del Parlamento Europeo, Martin Shultz; la Alta Representante de la UE para Asuntos Exteriores, Federica Mogherini; la comisaria de Política Regional, Corina Cretu, y el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, además de reunirse con Gianni Pittella, presidente del Grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas en el Parlamento Europeo, y de realizar una intervención ante los diputados socialistas en la Eurocámara. La intención de Díaz es proyectarse en el mensaje de los líderes nacionales de izquierdas sobre la necesidad de «poner fin a la política de austeridad a ultranza que tanto daño ha causado a los países del Sur de Europa».

Menoscabo a la gestión

Se trata de que sea reconocida como la alternativa a Rajoy. Para eso tiene toda la maquinaria de la Junta de Andalucía a su servicio. La estrategia es confrontar la acción del Gobierno andaluz con las políticas «de Madrid» y despejar cualquier situación que pueda hacer menoscabo de su gestión como presidenta andaluza. Para ejemplo, la hiperactividad con la que se están empleando en la defensa de la sanidad pública frente a las plataformas que han con vocado las mareas blancas en distintas provincias.

Otra prueba de que Andalucía liderará las políticas «antiPP» es que el portavoz socialista en el Parlamento andaluz y portavoz de la gestora del PSOE, Mario Jiménez, iniciará hoy en Sevilla la campaña del partido por la derogación de la Lomce.

Los socialistas andaluces insisten en que no hay prisas ni es el tiempo para liderazgos sino para proyectos y para procurar la unidad del partido. Una unidad que amenazan los movimientos de los socialistas catalanes y vascos. En el entorno de Susana Díaz la consigna es no entrar a esos debates. Es el tiempo de las costuras.

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