PEDOFILIA

Los monstruos del fútbol base de Málaga

El pasado martes ingresó en prisión un entrenador acusado de corrupción de menores a través de internet, que no es el único caso de procesados por este tipo delitos en equipos de la provincia

Entrenamiento de niños en Málaga ABC

J..J. MADUEÑO

Los campos de fútbol base de Málaga han sufrido en el último tiempo la acción de varios pedófilos. Entrenadores devenidos en monstruos que aprovecharon su estatus para abusar de los pequeños que tenían a su cargo. «El entorno permite de una forma fácil una proximidad a los menores, esto puede favorecer que los pederastas o pedófilos escojan estas profesiones como medio de acceder a los pequeños», señala la inspectora jefa Miriam Rifai de la Brigada de Protección Especial de Familia (B.P.E.F.) de la Policía Nacional.

Un nuevo caso ha hecho saltar las alarmas. Se trata de varón de 26 años. Pasó a prisión preventiva el pasado martes. Se le acusa de haber engañado al menos a seis menores de diferentes equipos para, una vez obtenidas imágenes a través de Instagram con contenido sexual, extorsionarlos. La denuncia de uno de los padres ha puesto fin a su periplo criminal. Los videos y conversaciones con las víctimas han sido incautadas en sus dispositivos tecnológicos como prueba de unos hechos que niega en sede judicial.

No es el único caso. El pasado febrero la Sección Segunda de la Audiencia Provincial condenó a nueve años de prisión a un entrenador de 63 años que abusó de tres menores de equipos juveniles de Málaga durante años. En 2008 contactó con un niño de 15 años al que prometió convertirlo en profesional. Se lo llevaba a entrenamientos personales alejados del núcleo urbano. Le dio ropa deportiva de pequeñas dimensiones que le obligaba a ponerse sin ropa interior en el vehículo. Se consideró probado que le realizó tocamientos con el pretexto de realizar masajes o estiramientos y que abusó sexualmente hasta 2010. El mismo proceder lo repitió en 2011 con otro chaval de 14 años y en 2013 con otro de 15 años.

«Se dedicaba a mandar mensajes a los compañeros de su hijo en el cadete. Saber lo que hizo fue un palo»

Los dos casos se suman otro hombre de 44 años, que abusó hasta de 25 niños de entre 11 y 17 años durante sus 20 años de carrera como técnico en diferentes equipos de la provincia. Fue detenido en diciembre de 2016 y la Fiscalía le pide más de cien años de prisión . Estuvo al frente de los banquillos de la Olímpica Victoriana, el Puerto Malagueño, el Rincón de la Victoria o de las categorías inferiores del Málaga C.F. El Ministerio Público le atribuye delitos de abusos, exhibicionismo, corrupción de menores y provocación sexual. La Fiscalía dice que mostró a los chicos vídeos pornográficos o requirió o envió imágenes de carácter íntimo. Habría tenido contactos sexuales o incluso les habría ofrecido llevarlos a prostíbulos.

Su acción no sólo la llevó a cabo en los equipos que entrenó, sino también en el Alhaurín de la Torre, donde jugaba su hijo. «Se dedicaba a mandar mensajes a los compañeros de su hijo en el cadete. Saber lo que hizo fue un palo. Nos dejó en blanco. Lo denunciamos y nos pusimos a disposición de la Policía», explica Paco Flores, presidente del equipo, que lamenta que a este pederasta «se le tapara en otro club alguna denuncia anterior» .

Descubrir a un pedófilo en el equipo es «shock». «En la mayoría de los casos cuando son descubiertos se genera incredulidad y sorpresa en sus entornos. Muchos pueden tener una vida familiar perfectamente normal », apunta Rifai, que explica que se estos criminales «establecen vínculos de confianza y de autoridad que favorecen los contactos».

«En la mayoría de los casos cuando son descubiertos se genera incredulidad y sorpresa en sus entornos»

La Policía Nacional, en su labor de protección, ha aconsejado a las federaciones deportivas la necesidad de crear protocolos de trabajo que establezcan, entre otros aspectos, limites en las relaciones personales entre los menores y trabajadores del entorno deportivo, desde el propio entrenador hasta cualquier trabajador que tenga contacto con los niños. Evitando que existan contactos fuera del entorno deportivo o supervisando los mismos, si estos fueran necesarios.

«Este tipo de acciones se deben dar a conocer para que estos individuos no vayan saltando de equipo en equipo y haya más víctimas », añade Flores, que recuerda que el club tiene medidas para evitar que vuelvan a pasar este tipo de cosas, como que los entrenadores tienen prohibido el contacto directo por WhatsApp con los jugadores o que no pueden entrar al vestuario cuando se están cambiando.

La Real Federación Andaluza de Fútbol (RFAF) mostró su repulsa al último caso y exhorta a los responsables de los clubes andaluces a que «estén alerta ante cualquier situación o persona sospechosa » que pudiese esconder un presunto abuso sobre un menor en su equipo. Insiste en la necesidad de observar y denunciar ante la Policía ante el primer indicio de un posible acoso a un menor «con el fin de esclarecer los hechos denunciados». «Se tiene constancia que existen normas en este sentido, si bien, al parecer, no existen mecanismos fiables de control », concluye la inspectora de la Policía Nacional.

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