PERIODISMO

Jon Nazca, finalista al premio Pulitzer: «Hay que ser consciente de todas las veces que fracasas»

Una imagen de este fotoperiodista de Ronda para Reuters ha sido finalista al premio más prestigioso de Periodismo

Jon Nazca trabajando en una cobertura Cedida por Jon Nazca/Jorge Guerrero

J.J. MADUEÑO

En 1997, Juan Jesús García Vivas (Ronda, 1976) se presentó al Concurso del Agua en su ciudad natal. Aquel día se llevó los tres primeros premios del concurso. Su talento copó el podio. Un año después entraría en la Escuela de Artes Plásticas y Diseño Artístico 'San Telmo', de donde salió en el 200o. Hizo prácticas como fotoperiodista en algún medio y en 2004 fue fichado por 'Malaga Hoy' como redactor gráfico. En aquel tiempo era ya Jon Nazca, el fotógrafo malagueño que acaba de ser finalista al premio Pulitzer . «No sabía que habían presentado una de mis fotos. Me enteré porque me comenzaron a llegar felicitaciones por ser finalista», explica Nazca, que trabaja para Reuters desde 2006.

La foto en cuestión relata la explosión de un volcán desde lo más profundo del hogar. A través de la ventana de una cocina se ve estallar la lava en la cima del Cumbre Nueva de La Palma. «Estuve varios días con esa foto metida en la cabeza. Pasaba por aquella casa y pensaba que desde esa ventana se veía el volcán. Tardé varios días en poder entrar a hacerla» , recuerda.

Aquel disparo desde su cámara, siempre al cuello, normalmente sobre una camiseta negra que conjunta con unos vaqueros y una mochila, le ha hecho acariciar el premio más importante en Periodismo a nivel mundial. Ahora, tras conocerse la noticia, camina por las calles de Ronda con sus perros, mientras los vecinos lo paran para felicitarlo. «Algunos me preguntan si soy yo. Aquí soy Juan Jesús, no Jon Nazca . Muchos no sabían a qué me dedico y ahora lo han descubierto», señala el fotógrafo.

Foto por la que Jon Nazca ha sido finalista al Premio Pulitzer Reuters/Jon Nazca

Esa pérdida de anonimato es lo que peor lleva. «Hay que trabajar siempre en la sombra. Ahí es donde se ganan los éxitos», remarca Nazca, quien dice que le preocupa cómo manejar este temporal. «Esto es un éxito, pero hay que ser consciente de todas las veces que fracasas , que te vienes sin la foto. Eso es más habitual que todo lo que está pasando», asegura.

En su caso, los éxitos no son extraños. Entre su premios cuenta con el Ciudad de Málaga o con el Andalucía de Periodismo por aquella foto a la salida de los juzgados de Marbella en la que Isabel Pantoja era acosada por la multitud. Y ahí volvió a salir ese carácter tímido cuando le tocó dar el discurso. Subió al atril de un teatro lleno, dio las gracias e hizo aquello que mejor sabe: sacar una cámara y hacer una foto. «Se hizo el silencio, pero es que es cómo nos expresamos nosotros», rememora.

La humildad de Jon Nazca abruma en una frontera cuando entran miles de personas o en la cafetería de un hotel de lujo mientras se espera a un partido de Copa Davis. No es amigo de los focos, huye de halago fácil, es directo, sincero y buen compañero. Si alguien no está muy ducho, lo enseña; si se rompe un equipo en una cobertura es capaz de prestar una cámara para que se haga la foto. Es un tipo especial. Un buen compañero en los momentos más duros de la profesión.

Un inmigrante suplica a un Guardia Civil tras pisar suelo español Reuters / Jon Nazca

Por eso, tras conocerse que ha sido finalista al Pulitzer su teléfono no paraba de sonar. «Me llena el aprecio que me han mostrado los compañeros» , apunta. Sin duda ganado a pulso durante largas coberturas de deportes, catástrofes, crisis migratorias, sucesos, Semana Santa... No hay nada que escape a su objetivo.

En la retina de quién le sigue está aquella imagen de un marroquí suplicando a un agente de la Guardia Civil en las costas de Andalucía tras la entrada de una patera. Siempre se sitúa entre la gente, palpando la realidad, conociendo las historias de primera mano y atento a todo lo que ocurre. « Somos testigos de la sociedad» , dice a modo de excusa de esa forma de vivir.

Su nuevo reto es seguir trabajando con la misma eficacia, el punto de mira lo tiene puesto en la carrera de los 101 kilómetros de la Legión en Ronda este fin de semana. Sin embargo, ahora sabe que ninguna meta es imposible. « Sé ahora que nada es inalcanzable, pero también que todo lo que llegue es fruto del trabajo» , añade.

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