HISTORIA

Mijas vuelve a vencer a Napoleón

La ciudad recrea la ocupación francesa, represión y expulsión de las tropas francesas entre febrero de 1810 y agosto de 1912

La guerrilla ataca a los franceses en Mijas J.J.M.

J.J. MADUEÑO

Los jardines de la muralla de Mijas Pueblo volvieron a bañarse de sangre este domingo por la mañana dos siglos después. El municipio rememoró la lucha de sus gentes contra las tropas de Napoleón durante la invasión a España. Los franceses entraron en el municipio, usado como atalaya defensiva, en febrero de 1810, días después de que cayera Málaga capital en su poder. Lo hicieron con una represión que se muestra en la recreación llevada a cabo en la Alcazaba, junto a las rocas que guardan los ecos de la historia. La asociación cultural Torrijos 1831, junto con otras del municipio y la de Bandoleros de Grazalema rememoran aquella lucha sin cuartel por la libertad. «El municipio estuvo ocupado hasta agosto de 1812 por un destacamento de 250 soldados franceses », explica Esteban Alcántara, presidente de la asociación cultural.

El pueblo quedó sólo frente al invasor. Y desde el este fin de semana eso queda patente bajo las sombras de la sierra mijeña. El sábado llegaron las tropas en retirada desde Málaga, entrando abatidas a Mijas. Allí los recibió el alcalde y los artesanos, para comenzar la recreación de aquellos acontecimientos. En nombre de José Bonaparte los mijeños fueron reprimidos con dureza . Prohibiéndose las reuniones de más de tres personas bajo pena de muerte, imponiéndose el toque de queda o requisando el alimento en nombre de la ocupación para proteger al monarca.

Mijas prometió luchar sin tregua desde las montañas, aupados por Antonio Muñoz y sus bandoleros. Se perdieron vidas como las del Mejías en una escaramuza con los franceses, cuya entrega del cadáver a sus hermanas volvió a vivirse 200 años después. Y durante dos años, los vecinos del pueblo sobrevivieron a los abusos de una tropa enfrascada en asuntos de meretrices y botellas de vino .

La guerrilla se nutría del apoyo de los vecinos del municipio, que recitaba el juramento bandolero en el que se comprometían a derramar hasta la última gota de sangre en luchar contra los franceses . En esas se produjo un hito que acabó en revolución. Las tropas napoleónicas fusilaron a Blanco Quero y García Hernández. La guerrilla y el pueblo se levantó. Era el verano de 1812 y las navajas acabaron con la invasión. Los bandoleros mataron a parte de una tropa borracha, que se vio obligada a retirase de la ciudad por salvar la vida. Ahora, 205 años después de aquellos de sucesos, las tropas de Napoleón volvieron a entrar, reprimir y a ser derrotadas, pese al aura de imbatibilidad que se le presupuso en toda Europa.

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