AJUSTE DE CUENTAS
El hombre acribillado con un kalashnikov en Marbella sería un viejo traficante de drogas
El arma habría sido hallada por la Policía cerca del garaje donde el francés de 58 años recibió unos veinte impactos de bala
El martes, sobre las 20:30 horas, una ráfaga de balas acabó con la vida de un ciudadano francés de 58 años. El cuerpo quedó «desfigurado» y el garaje donde fue asaltado tenía «sangre salpicada» por todos lados. La investigación se dirigió pronto a un ajuste de cuentas relacionado con el tráfico de drogas. Sería otro contrabandista que cae en una de las zonas más lujosas de Andalucía . La mansión en la confluencia entre la calle Zabalea y Pizarra ha sido el último escenario de la «guerra de narcos» , que sacude la Costa del Sol en el último año. El octavo muerto de una macabra lista de caídos por conflictos para el control del tráfico de drogas en varios puntos de Europa.
El último asesinado es un varón con pasaporte francés, que deja una esposa y, al menos, un hijo. Ambos también con pasaporte galo. Tras conocer la ficha policial de fallecido los agentes de Homicidios y de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) no ven la muerte de este hombre como algo sorprendente. Fuentes de la investigación apuntan a que el fallecido sería un antiguo supuesto traficante de drogas con antecedentes, que en el último tiempo también habría tocado presuntamente el comercio ilegal de armas .
De hecho, había sido detectado en Marbella por la Udyco de Málaga desde hacía tiempo y estaba siendo investigado para saber qué hacía en España. No dio tiempo a más averiguaciones. Antes de que se pudiera saber si estaba retirado o seguía con sus negocios ilícitos ha sido asesinado por un sicario al «estilo marsellés» .
«Estilo marsellés»
Es habitual en el hampa de esta ciudad del sur de Francia que los ajustes de cuentas se cometan con una ráfaga de un arma larga automática, habitualmente con un rifle ruso kalashnikov. De confirmase la relación con la mafia de Marsella sería una nueva víctima de un conflicto entre bandas que lleva, en lo que va de 2018, en la ciudad francesa 11 muertos –según datos oficiales de mayo de este año–.
En el caso del «ejecutado» en Marbella recibió más de una veintena de impactos de bala de este tipo de arma, también conocida como AK-47 –el arma de guerra más común del mundo–. El suceso tuvo lugar en la urbanización Sierra Blanca, entre las calles Zabalea y Pizarra, en la zona marbellí de Nagüeles en la parte alta de la ciudad. Se trata de una de las principales urbanizaciones de lujo de Marbella, donde una mansión puede llegar a costar más de 30 millones de euros y donde los vecinos ni siquiera salieron a ver qué sucedía pese a los disparos.
El hombre fue acribillado cuando llegó a su vivienda. Un sicario le estaba esperando en la oscuridad de la noche. Le vieron abrir la puerta de su garaje y entrar con su coche. Le siguieron hacia dentro del perímetro del chalet. Allí fue interceptado. Sacó un arma larga «tipo subfusil» y automática cuando la víctima estaba en el garaje. Desde la puerta lanzó las ráfagas de balas. Desató un infierno de plomo en aquel garaje , que dejó al objetivo lleno de impactos. Se recogieron casquillos en el lugar del crimen, donde la sangre lo impregnaba todo por la extrema violencia del ataque .
AK-47 en un contenedor
Las balas le alcanzaron en todo el cuerpo y acabaron con su vida en el acto. La autopsia le fue practicada este pasado miércoles. Arrojando la certeza de que el ataque fue mortal . No había posibilidad de reanimar a una persona que había recibido más de una veintena de impactos de bala de mediano calibre.
Según fuentes de la investigación, la Policía habría encontrado el AK-47 en un contenedor cercano al domicilio del abatido. El sicario se habría dado a la fuga en una moto y se deshizo del arma para aligerar la carga en la huida y no llamar la atención con el curioso paquete a los que lo vieran. Hasta el momento, no se han producido detenciones por este nuevo asesinato.
Ya son ocho las víctimas mortales en este tipo de lances entre mafias dedicadas al narcotráfico en 2018, a lo que habría que sumar otros episodios de especial relevancia, como el traficante inglés abatido en un hostal de Estepona cuando abrió fuego contra la Policía Nacional o las dos bombas que le pusieron al responsable de un negocio de lavado de coches en San Pedro de Alcántara (Marbella) en el lavadero y en su domicilio en Benahavís.
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