Turismo

El Covid-19 se cobra con el hotel Don Carlos su primera víctima en el lujo de Marbella

El resort ha presentado un ERE para sus 94 empleados fijos, mientras medita convertirse en un establecimiento de temporada

Jaime de Mora celebró su cumpleaños en el hotel Don Carlos en 1991 Archivo

J.J. Madueño

La pandemia puede llevarse por delante uno de los emblemas de la Marbella de oro. Medio siglo después de que Conrad Hilton, fundador de la afamada cadena y bisabuelo de las polémicas Nicky y Paris Hilton, se fijara en Marbella para instalar uno de sus lujosos resorts, el enclave está en sus horas más bajas. El hotel acaba de anunciar que el Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), que llevó a cabo por la crisis sanitaria se convertirá en un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para sus 94 trabajadores fijos .

Los propietarios aseguran que el modelo actual de negocio «no es viable» y que el coronavirus «ha puesto de relieve con mayor contundencia que el hotel solo es rentable en temporada alta , acumulándose cuantiosas pérdidas en temporada baja». Por esta razón, la situación financiera «pasa a ser insostenible». Los propietarios argumentan, en el documento presentado, que no hay ingresos desde el pasado 19 de marzo y que tampoco hay una previsión de ocupación que permita la apertura sin seguir acumulando pérdidas.

La decisión del Don Carlos es significativa, ya que afecta a uno de los grandes hoteles de Marbella, ligados una dinastía de hoteleros mundial . Fue uno de los últimos contratos de construcción que selló Conrad Hilton en 1965, puesto que se retiró en 1966, antes de que las obras de este resort comenzaran en 1967. Lo hicieron bajo el mando de Barron Hilton, padre de Richard Hilton, que es el progenitor de las archiconocidas herederas. Aun así, en 1969 el viejo Conrad estuvo en Marbella la inauguración del hotel como presidente de honor de la cadena, que pretendía ser un icono para la ciudad.

Para ello, se construyó una torre, que en el último medio siglo ha sido inconfundible por su estructura singular en la base de apoyo, donde cuenta con seis aportes ramificados. Fue obra de los arquitectos Alberto López Palanco, José María Santos Rein y Rafael López Palanco. El proyecto contó con una inversión de 200 millones de pesetas y, además de la zona de alojamiento, se planificaron también las instalaciones de lujo y el Beach Club.

Un hotel que fue frecuentado por Salvador Dalí, el rey Fahd de Arabia Saudí o el entonces príncipe Salman, que luego ocuparía el trono saudí. En 1989, Melvin Villarroel diseñó la mítica discoteca «Oh! Marbella» en su club de playa . Fue un referente del ocio y un fijo en la prensa nacional debido a la presencia de famosos, como Jaime de Mora o Laura Valenzuela. Aquella discoteca cambió por el actual Nikki Beach para seguir sumando nombres de prestigio como Pierce Brosnan, Joaquín Cortés o David Beckham. Llamados por el sello de otra cadena familiar de ocio que fundó Jack Penrod, cuando dejó su puesto de directivo en McDonald’s para crear una cadena de clubes de playas en los destinos turísticos más exclusivos en memoria de Nicole, su hija adolescente fallecida en 1998.

El hotel visto desde la playa, una imagen que es un icono de la Marbella más dorada Archivo

La empresa dice que, con los números actuales, hay una «situación técnica de riesgo de concurso de acreedores» . La propietaria alude a que la recuperación de la crisis económica aparejada al Covid será «lenta y paulatina» y sin alcanzarse los niveles de ocupación e ingresos de 2019 hasta 2023. «Se ha decidido transformar definitivamente el establecimiento en un hotel de temporada , que permanecerá abierto de abril a octubre, aproximadamente», afirma la propietaria, que dice que esto supone que todo el personal con contrato indefinido ordinario a jornada completa no tiene cabida en el nuevo modelo.

La idea es negociar esos contratos para pasar a tiempo parcial con las retribuciones prorrateadas en los 12 meses, pese sólo tener actividad los de temporada alta. Algo que los delegados sindicales consideran un «abuso». La secretaria general del Sindicato de Servicios de CC.OO. en Málaga, Lola Villalba, calificó este planteamiento de «barbaridad» teniendo en cuenta que el hotel facturó el pasado año 21 millones de euros y obtuvo cuatro millones de beneficios . «La empresa ha dicho que los empleados fijos no entran en su negocio, que quieren a toda la gente a tiempo parcial y que vengan a trabajar horas dependiendo de la ocupación. Eso es tratarlos como esclavos», afirmó Villalba.

Para la patronal, esto es sólo el inicio de la debacle que está por venir. «Es sólo el primero», afirma Luis Callejón, presidente de los hoteleros de la Costa del Sol, que culpa de este tipo de medidas drásticas a la imposibilidad de despedir tras los ERTE hasta diciembre , incluso asfixiando a las empresas. «Van a caer muchos destinos y nos tenemos que reinventar bien; si un hotel tiene 100 habitaciones puede pasar a 50 y generará menos empleo», sostiene Callejón.

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