PASAPORTE COVID
La cafetería de Fuengirola que se niega a pedir el pasaporte covid: «No voy a discriminar a nadie»
El Pasaje señala que no tienen autoridad para pedir los datos personales a sus clientes antes de entrar
La cafetería El Pasaje en Fuengirola no pide el pasaporte covid a sus clientes. Les da igual si están vacunados o no a la hora de asistir al local. No aplican el derecho de admisión a los clientes que no han sido inoculados contra el coronavirus. Da igual que la Junta de Andalucía pidiera la ampliación de esta medida hasta el 31 enero. Los propietarios de este establecimiento no van a pedirlo. «Conocemos a los clientes desde que abrimos, son fijos y sabemos cuáles están vacunados y los que no» , señala Natalia Ledesma, propietaria de este establecimiento junto a su marido, Francisco Perujo.
Ambos no son 'negacionistas', pero tampoco 'antivacunas'. «Vacuno a mis hijas y tomo las medidas contra el virus que son coherentes» , reflexiona Ledesma, quien lamenta que se haga de este tema una guerra entre vacunados y no vacunados o entre los que niegan el virus o los que no. «Siempre hay dos bandos, pero la verdad es que no es así. Hay más opciones y matices que no se reseñan», afirma.
En este sentido, la propietaria del local remarca que vacunarse o no es una opción personal de cada individuo y que ella no puede castigar a nadie por no hacerlo. «No es mi trabajo. No puedo echar a una persona de mi cafetería o no dejarla pasar por una opinión» , explica Ledesma, quien dice que su establecimiento se hizo viral cuando una clienta le hizo una foto a un cartel y lo compartió en redes sociales.
Mientras sirven cafés junto a la valla del parque de este barrio junto a su negocio, explica que no están de acuerdo con la medida de exigir un documento para acceder al local por ser segregara. «No vamos a discriminar a ningún cliente por un decisión personal. Igual que no lo hacemos por su procedencia, sexo, religión o color» , señala la dueña de la cafetería, quien explica que esos no son los valores que trata de inculcar en sus dos hijas.
El local tiene un cartel en la entrada, donde también se reseñan varios artículos de la Constitución sobre las libertades individuales de las personas que violaría esta medida. De igual modo, en el interior, otro cartel reseña las razones por las que es «imposible» que puedan chequear a cada cliente antes de entrar .
Así, su establecimiento no exige el documento. «No me puedo poner a pedir el documento en la puerta. Estamos dos solos en la cafetería. Si uno se pone a pedir el pasaporte, no hay nadie que los atienda «, explica Ledesma, que reseña que hacen lo mismo que otros propietarios de negocios sólo que en El Pasaje se dice a las claras.
Natalia, que no se retira la mascarilla FPP2 en ningún momento, señala el pasaporte covid como «algo ilógico». «Estamos de acuerdo con algunas medidas, pero no con esta, porque no evita los contagios. No es efectiva», afirma la propietaria, quien explica que además dice que no tiene potestad para chequear los datos personales de cada persona. «Son datos privados. No tengo autoridad para pedir esos datos a nadie, ni para compararlos con su DNI» , explica.
En muchos negocios el pasaporte covid es sólo un cartel en la puerta, puesto que al entrar no se pide el documento, ni tampoco se chequea el código QR para saber si la persona está vacunada contra la enfermedad. « Tenemos apoyo de muchos compañeros, pero no se atreven a dar la cara . Hay establecimientos que no lo piden, pero no lo dicen. Nosotros decimos que no lo vamos a pedir y lo explicamos«, asegura la dueña.
En este sentido, asevera que ellos temen una inspección a las multas por la opción que han tomado. «No han venido. Nos levantamos a las siete de la mañana para sacar adelante el local después de lo que hemos sufrido con la pandemia, pero lo hacemos con temor a que vengan a sancionarnos «, lamenta Natalia Ledesma.
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