POLÍTICA

El avispero político de Torremolinos suma la fuga del portavoz de Ciudadanos

Nicolás de Miguel pasa a ser concejal no adscrito después de abandonar el partido con el que había sido aspirante a lehendakari en País Vasco

Niicolás de Miguel se ha marchado de Ciudadanos y pasa a ser concejal no adscrito de Torremolinos Archivo

J.J. Madueño

El avispero político de Torremolinos suma un nuevo movimiento. Nueva brecha política en un pleno que es un baile de sillas constante desde que Pedro Fernández Montes, alcalde popular durante 20 años, fuera derrocado por una moción de censura en 2015, estaba encabeza por el PSOE y apoyada por la izquierda y Ciudadanos, que es último en volver a sumarse a esta danza política. La imposición de un candidato de máxima confianza de Albert Rivera para controlar una ejecutiva local inestable ha acabado con el portavoz y candidato a la Alcaldía, Nicolás de Miguel, como concejal no adscrito. Quien fuera miembro de los principales órganos nacionales de decisión de la formación naranja y hasta candidato a Lehendakari en el País Vasco, se ha marchado del partido .

La dirección provincial le ha requerido el acta de concejal apelando a la carta ética que todos firman. En ella, los cargos se comprometen a entregar esta acta si abandonan la formación, pero la realidad es que ya sólo cuentan con un representante en el pleno de Torremolinos. David Obadía, que el pasado mandato fuera uno de los destacados cargos de confianza del socialista José Ortiz, es ahora el único edil naranja de la corporación municipal.

Ciudadanos dice que este edil será el defienda el proyecto de ciudad que persigue la formación. Lo hará con un poder muy reducido por una nueva explosión interna de Ciudadanos en esta ciudad. En los pasados cuatro años la formación ya sufrió bajas y grescas internas, que le hicieron llegar muy debilitados a las urnas. En el camino dos de los cuatro ediles con los que contaba la formación en 2015 acabaron como no adscritos. El partido perdió la mitad de su poder y eso se vio en las urnas, pese a los intentos de reacción.

Por esto, el partido quiso dar un golpe sobre la mesa y nombró a una persona de confianza para calmar las aguas, pero la lista que se confeccionó hizo estallar a los veteranos tres días antes de las elecciones. Sólo consiguieron dos concejales en los pasado comicios y ahora es Nicolás de Miguel, cabeza de lista que debía ser la solución a todos los viejos problemas, el que se marcha del partido y suma un concejal no adscrito más al pleno . Una variante más al crisol político, ya que no es Ciudadanos el único partido que ha perdido representación este mandato.

Baile de concejales

En las pasadas elecciones municipales de mayo, el PP ganó con nueves ediles por los ocho del PSOE, que consiguió la Alcaldía por los movimientos políticos generados antes de la investidura. El primero en romperse fue Vox . Lucía Cuín acudió a los actos del Orgullo Gay, figuró en la pancarta y fue expulsada del partido siendo aún electa. Tomó posesión como no adscrita y facilitó la investidura de José Ortiz como alcalde.

A ello también se sumaron los díscolos del PP, bajo el mando del exalcalde Pedro Fernández Montes. La venganza a su repudio en el partido, que lideró durante más de dos décadas , fue concurrir bajo las siglas de Por Mi Pueblo y hacer que Avelina González, portavoz de la formación, votara en el pleno a favor de Ortiz como alcalde. Esto hizo que el acuerdo entre PP y Ciudadanos no sumara al necesitarse la edil perdida de Vox. Ahora el que se rompe, tras no haber conseguido un gobierno, es Ciudadanos con la pérdida de su líder.

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