Aumentan la pena al entrenador que abusaba de niños y los amenazaba con multas de 100 millones

Captaba a sus víctimas en un campo de fútbol de Málaga. Les prometía que serían una gran estrella de este deporte. Ofrecía entrenos personales en lugares alejados, donde consumaba los abusos sexuales. Firmaban un contrato que les obligaba a guardar silencio, si no lo hacía la sanción que debían abonar al pederasta era de 100 millones de euros. Lo hizo con tres menores. Usó siempre el mismo método. Diego M. M. fue condenado a 9 años de prisión a principios de año, pero ahora el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) le ha elevado la pena. Le ha impuesto 11 años cárcel , ya que en unos de los casos estima dos años más de pena por un intercambio de felaciones , según la sentencia a la que ha tenido acceso ABC.

La nueva pena revoca una condena de prisión de 4 años y pasa a ser de 6 años. Lo hace a petición de una de las acusaciones particulares, que representa a uno de los niños. El TSJA aprecia un delito de abuso sexual con prevalimiento –hacer predominar la superioridad sobre la víctima–. Se incrementa porque las felaciones entre el acusado y el menor se repitieron en el tiempo durante dos años . Estos seis años se suman a los cuatro por abusos a un segundo menor y a otro más de prisión por una tercera víctima.

El individuo de 63 años captó a su primera víctima en 2008. Era un menor de 15 años que quería ser futbolista. Se aprovechó de sus sueños y su inocencia. Le dijo que iba a ser profesional. Firmaron un acuerdo, sin consentimiento de sus padres, para guiar su carrera. Era confidencial. Los métodos y lo que sucedía en los entrenamientos no se podía saber. Era un secreto entre ambos, si hablaba rompería ese contrato, que no tenía validez, pero que estipulaba una indemnización para el entrenador de 100.000 millones . Lo repitió en más ocasiones. En 2011 captó a otro chaval de 14 años y en 2013 lo volvió a hacer con otro adolescente de 15 años.

Una vez habían firmado el contrato para ser profesionales, el pederasta daba rienda suelta a su lujuria. Los llevaba a entrenamientos a campos apartados del núcleo urbano donde pudieran estar solos. Allí los hacía cambiarse en el coche y ponerse la ropa deportiva de pequeñas dimensiones sin ropa interior . Los abusos sexuales a los tres menores son algo probado.

Al primero, con la excusa de estiramientos o masajes, le hizo tocamientos en los genitales y se produjeron felaciones entre ambos. El segundo se negó a las felaciones, pero sí que le realizó tocamientos. Según la sentencia, a la que ha tenido acceso ABC, al tercero también le hizo tocamientos en los genitales, incluso Diego llegó a hacerle una felación . Por esto hechos, le cayeron dos penas de cuatro años de cárcel por dos de los chicos y otra de uno por otro de ellos. Nueve años que han sido revisados e incrementados a 11 años por el TSJA.