Misterios de Jaén: casas aterradoras y fantasmas

Tanto en la capital como en la provincia hay constancia de fenómenos inexplicables en edificios

Plaza de San Bartolomé de Jaén capital G. Maps

José Manuel García Bautista

Es una casa normal, nada haría indicar que este inmueble ubicado en la Plaza de San Bartolomé , frente a la iglesia del barrio, pudiera ser una casa encantada.

Quizás en la actualidad no sea más que un recuerdo de la época que vivió y en la que se decía que en su interior habitaban fantasmas .

La historia del edificio se encuentra fuertemente vinculada a la de un arquitecto que se trasladó a vivir junto a su familia al edificio. Pronto la vida les golpeó cuando muere su hijo de 4 años en Madrid . La casa se volvió mortecina, enlutada. Aunque pronto nacería Francisco de Asís, el hijo que la pareja había concebido y que eran tan esperado como deseado.

La tragedia se vuelve a cebar con la familia cuando la criada jugaba con el bebé y este se resbaló de sus manos cayendo por la ventana y muriendo en el acto. Todos quedaron destrozados, no entendía cómo podía haber sucedido y la vida volvía a jugarles esa mala pasada.

Ni el arquitecto ni su esposa levantarían cabeza. Unos años después morirían ambos con pocos meses de diferencia. La pena los fue consumiendo.

Así, en aquel edificio, tanta tristeza, tanta pena quedó contenida esperando manifestarse y no eran pocos los vecinos del inmueble que decían sentir «ruidos extraños» en su interior.

Comenzó a tomar justa fama de edificio encantado, de «Casa del Miedo» . Permaneció cerrada hasta que nuevos inquilinos volvieron a habitarla y una nueva muerte se produjo en su interior. Era como si aquel que habitase aquella casa estuviera condenado a enfrentarse a la parca.

Fue el Conde del Águila quién decidió instalar allí el departamento de Catastro de Rústicas y cuando los empleados municipales comenzaron a vivir lo imposible en sus propias carnes: expedientes que cambiaban de lugar , sillas que se movían solas , luces que se apagaban o encendían a voluntad de nadie, voces, extrañas presencias... Tanto que las oficinas, casualidad o no, se volvieron a trasladar y el inmueble a quedar desocupado.

En el año 1990 se realizó una remodelación del edificio quedando en su estado actual y desde entonces los fenómenos parecen haber desaparecido, de momento «la Casa del Miedo» no asusta a nadie más aunque, ¿quién sabe?, tal vez el próximo inquilino puede ser la siguiente víctima de su maldición.

El poltergeist de Alcalá la Real

Calle Belén nº.36 de Alcalá la Real, provincia de Jaén. Allí lo paranormal iba a tener una cita única con el misterio y que el Diario de Jaén, el 25 de septiembre de 2008 daba a conocer a través de sus páginas.

Vivía sola en su interior Encarnación, una mujer viuda de 75 años que únicamente recibía la visita de su nieto y al llegar los fines de semana de su hija con una disminución psíquica.

El 15 de agosto de 2008 comenzaron los fenómenos extraños. Es escuchaban, repentinamente, ruidos secos, golpes . Se atribuyó a un vecino pero este manifestó que él no había provocado ningún ruido y que él «los escuchaba también creyendo que eran sus vecinos». El ruido fue tan molesto e intenso que la policía se personó en el lugar y constataron las quejas de los inquilinos.

A esos ruidos extraños se le unieron otros de característica paranormal: objetos que se movían o cambiaban de sitio, una hornilla que levitaba, un vaso que salió despedido violentamente contra una de las paredes de aquel hogar, empujones e incluso el acoso al que fue sometida cuando estaba acostada y que la obligaron a salir corriendo de su dormitorio .

Se realizó una investigación en la que se constató los fuertes e inexplicables olores que llegaban de la casa, descensos de temperatura y golpes. Se comenzó a buscar una explicación y la primera de ellas señaló al nieto de Encarnación como el origen.

Se registraron psicofonías , más de una treintena, en las que se identificó al difunto marido de la víctima, Paco , fallecido hacía más de dos décadas. Igualmente de Antonio , el cuñado, que se suicidó tras arrojarse desde una ventana de la casa; finalmente la voz de una mujer que se identificó con una antigua inquilina del inmueble.

Se celebraron misas por las almas de los tres fallecidos en la iglesia de El Salvador y llevaron flores a la tumba de Antonio. Quizá al remover y exhumar determinados cadáveres en el Cementerio de San Eufrasio , donde estaba enterrado, aquello pudo molestar a este particular fantasma que hostigó de forma tan violenta a Encarnación en su hogar.

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