Un hospital de Jaén sirve comida recalentada a pacientes crónicos

Cocineros del complejo hospitalario de Jaén denuncian que sirven comida recalentada a los pacientes crónicos del hospital Doctor Sagaz. Tras el cierre hace un año de la cocina de este centro, situado a 12 kilómetros de la ciudad, los alimentos son elaborados en otro hospital y trasladados después en un vehículo especial. Para evitar que el menú llegue frío es sometido durante 25 minutos a una temperatura de 120 grados.

La intensidad y la duración del calor repercute en el sabor y en los valores nutricionales de los productos. El cocinero del complejo hospitalario Germán Moreno asegura que los alimentos recalentados pierden propiedades. Lo corrobora Francisco Gómez, que desempeña el mismo trabajo en el hospital Princesa de España, quien, para que conozca la relevancia del asunto, propone a la consejera de Salud, Marina Álvarez, que pruebe un menú al dente y otro recalentado.

El problema de este proceso es que afecta incluso a alimentos que se degustan fríos, pero que tras el contacto con los que están recalentados s on servidos calientes o templados , en el mejor de los casos, debido al exceso de temperatura. De ahí que ninguno de los cocineros se responsabilice del estado en que llega la comida a pacientes que, puesto que padecen enfermedades graves, merecen, en su opinión, un mejor trato por parte del Servicio Andaluz de Salud.

La plataforma por la sanidad pública pide que se abra de nuevo la cocina del hospital Doctor Sagaz para que los enfermos reciban una alimentación adecuada en lugar de productos que no cuentan con el visto bueno de los propios cocineros , quienes exigen a la Junta de Andalucía que anuncie si en la inversión de 20 millones de euros prevista para el complejo hospitalario se contemplan inversiones que propicien la reapertura de un servicio demandado por los trabajadores.

A juicio de la plataforma el cierre del hospital ha beneficiado únicamente a la empresa que gestiona el almacén de víveres, a la que la administración pública paga mensualmente más de 5.000 euros por transportar la comida de un hospital a otro en lugar de utilizar recursos propios. A la privatización de este servicio se une el que, a su juicio, prevé llevar a cabo en las lavanderías al centralizarlas en Jaén, lo que significaría el cierre de las de los hospitales de Linares y Úbeda. Del transporte de la ropa se encargaría, según advierte, el sector privado.