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Burgalimar, el encanto del segundo castillo más antiguo de Europa
La imponente fortaleza árabe es el principal reclamo turístico de Baños de la Encina
El municipio jiennense de Baños de la Encina está catalogado como uno de los pueblos más bonitos de España, distinción que se sustenta en parámetros como el paisaje, el urbanismo, la limpieza y, sobre todo, su patrimonio histórico, que merece la pena visitar en septiembre. Entre sus monumentos destaca el espectacular castillo de Burgalimar , cuya construcción concluyó en el año 968, lo que la convierte en la segunda fortaleza más antigua de Europa.
El castillo asombra por sus dimensiones. Tiene un perímetro de forma oval de 100 metros en su eje mayor y una superficie total es de 2.700 metros cuadrados . Está dotado de 14 torres de tendencia cuadrada, que en su origen fueron al parecer 15, ya que probablemente una fue sustituida en el siglo XV por la gran torre del homenaje, que se erige imponente sobre las restantes.
Una inscripción conservada hoy en el Museo Arqueológico Nacional relata que la orden de construcción de este castillo, declarado bien de interés cultural en 1931, partió del califa al-Hakam, hijo de Abderramán III , y que su construcción finalizó al filo del primer milenio, en plena Reconquista, por lo que su función era el acantonamiento de las tropas bereberes alistadas para las campañas anuales contra los cristianos.
Este referente de arquitectura militar islámica fue alternativamente ocupado por musulmanes y cristianos hasta que 1225 la conquistó definitivamente para la causa de la Cruz Fernando III, el Santo , uno de los numerosos monarcas que visitó el castillo. Los restantes fueron Alfonso VIII, Alfonso VIII, Alfonso IX, Pedro II, Sancho VII y Fernando el Católico . Por eso, llaman a Burgalimar la fortaleza de los siete reyes.
Burgalimar es el castillo mejor conservado de la época del califato de Córdoba, a pesar de que el ejército de Napoleón se asentó en su interior durante la Guerra de la Independencia. Hasta 1828, fue utilizado como cementerio. Y hoy es el principal reclamo turístico de un municipio en el que abundan los monumentos.
Así, además de una fortaleza milenaria, Baños de la Encina ofrece al viajero otras joyas arquitectónicas. La más emblemática es la iglesia parroquial de San Mateo , erigida en el último tercio del siglo XV con traza gótica para su nave como muestran sus arcos apuntados y bóvedas. También la portada lateral es gótica, mientras que la principal, labrada en 1576, es manierista. Su torre de base octogonal, articulada en tres cuerpos y rematada por pináculos, fechada en 1596, se inspira en la arquitectura de Andrés de Vandelvira .
La ermita del Cristo del Llano es también un monumento relevante. Se trata de un camarín-torre, un gran prisma de mayor altura que la iglesia del siglo XVII en la que se integra, cuya construcción finalizó hacia la mitad del siglo XVIII. Interiormente ofrece una espectacular traza barroca . Según expone el Ayuntamiento, la ilusión espacial se hace fastuosa en la bóveda en la que hornacinas y pedestales, en yesería policromada, alternan con iconografías de santos y evangelistas, en un abigarrado decorativismo de estucos que gana aún más en intensidad con la incrustación de espejos.
El Consistorio añade que el casco urbano está plagado de mansiones señoriales y palacios levantados entre los siglos XVI y XVIII. Así, en la calle Trinidad, destacan casas como las de Caridad Zambrano , la de los Pérez Caballero , los Salcedo , Galindo o, al término de la antigua muralla, cerca del arrabal de los cesteros, la casa del notario Guzmán . De sus antiguas ermitas se conservan, fuera del casco urbano, la de la Virgen de la Encin a , de origen medieval pero restaurada en el siglo XVII, y la de Jesús del Camino .
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