Juan Pablo II durante su visita al Rocío en 1993
Juan Pablo II durante su visita al Rocío en 1993 - ABC
ROMERÍA DEL ROCÍO 2017

Y todo el mundo fue rociero

El deseo del papa Juan Pablo II durante su visita a la aldea almonteña en 1993 se materializa en un rosario de asociaciones y hermandades rocieras repartidas por todo el orbe

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«¡Que todo el mundo sea rociero!». Estas fueron las últimas palabras que Juan Pablo II dedicó a las más de 25.000 personas que se daban cita en la explanada del Santuario de la Virgen del Rocío el 14 de junio de 1993. En su visita, el papa Wojtyla, quedó prendado de una devoción, la que profesan sus peregrinos a la Virgen del Rocío y conminó a los allí presentes a hacer «de este lugar del Rocío una verdadera escuela de vida cristiana», algo que, de un modo u otro, ya había comenzado mucho antes. Lo demuestra la existencia, en diferentes estadios de madurez, de asociaciones o hermandades rocieras desde los años 80 en adelante, todas ellas con un común denominador: haber sido forjadas por andaluces o descendientes de estos, desplazados a otros territorios, en los que El Rocío se constituyó como una seña de identidad y el consuelo con el que aliviar la nostalgia provocada por la distancia.

Es el caso de la única hermandad filial extranjera que peregrina a la aldea almonteña: la Hermandad del Rocío de Bruselas. Conformada en sus inicios por funcionarios españoles de las instituciones europeas y de la OTAN, y reconocida por el arzobispo de Malinas – Bruselas como Asociación de Fieles Católicos, la hermandad nacía con dos fines principales «colaborar en proyectos caritativos y difundir la fe rociera fuera de las fronteras españolas», tal y como cuenta Carmen Falkenberg, presidenta y hermana mayor. Sólo cuatro años después fue reconocida como filial, y aunque ya con anterioridad visitaba la aldea para participar en los actos del Rocío Chico acompañando a su madrina, la Hermandad de Madrid, no fue hasta el año 2000 cuando se convirtió en la primera filial con sede fuera de las fronteras españolas que peregrinaba en romería.

«Apoyamos diversos proyectos sociales en Bruselas», afirma Carmen, entre los que se encuentran la financiación de comedores sociales, programas de apoyo a refugiados y personas sin hogar. Entre sus proyectos más ambiciosos destaca la constitución del Camino Europeo del Rocío, un trazado de unos 3.000 kilómetros que corona diferentes santuarios marianos de Bélgica, Francia y España.

Pero es en la otra orilla del océano Atlántico, donde la semilla rociera ha encontrado terreno más fértil en el que germinar. Existen asociaciones y hermandades no filiales en países como Bolivia, Brasil, Puerto Rico, Estados Unidos, Argentina o Venezuela y en las antípodas de la aldea almonteña se encuentra testimonio de la devoción a la Virgen del Rocío en Australia.

En este lejano país existe una curiosa manifestación de la fe rociera en la población de Heathcote, Victoria. La Asociación Rociera Andaluza de Victoria celebra cada año con notable éxito su propia Romería del Rocío, en la que combinan actividades religiosas con eventos festivos. En este 2017, concretamente el pasado 28 de mayo, los rocieros australianos celebraron su misa rociera bailada por sevillanas en la iglesia de St. Brigid´s. Meses antes, en febrero, había tenido lugar su particular romería, los días 17, 18 y 19 de ese mes.

Igualmente llamativo resulta la celebración del Rocío en la meca del cine. Los Ángeles cuenta con una asociación rociera fundada por los andaluces residentes en California, la Hermandad de las Américas de Nuestra Señora del Rocío. Su representante, Roger Navas-Balladares explica que la asociación nace con el regalo de una imagen de la Virgen María que su madre le obsequió en las Navidades de 2003. Ese mismo año habían celebrado una misa en honor a la Blanca Paloma y solicitaron a su obispo que bendijese la imagen. Cuando celebraron su primer Rocío, eran tan sólo 10 personas incluyendo a los representantes de la Casa de España y la Peña Andaluza, pero en estos 14 años, la celebración ha ido absorbiendo a toda la parroquia y a varias agrupaciones religiosas y civiles. «Yo tengo la fe –asegura Roger-, y así como la chispa de la fe prendió esta llama rociera que llevo dentro, poco a poco seremos más rocieros de corazón por estas tierras», anhela el representante de una asociación que en la actualidad cuenta con 38 miembros con derecho a voto.

También cuenta con una apretada agenda de actividades la Asociación Rociera del Centro Andaluz de San Juan en Puerto Rico, que además de celebrar la Romería del Rocío (este año tendrá lugar el 2 de julio), también conmemora el Rocío Chico en septiembre, entre otros muchos eventos.

La historia del nacimiento de esta asociación se remonta a mediados de los años 80, poco después de la incorporación oficial del Centro Andaluz de Puerto Rico al registro de la Junta de Andalucía. En una de las reuniones de este centro se decidió crear un grupo rociero. El presidente del centro, José Luis Garrido, aprovechó un viaje a Sevilla para comprar una imagen de la Virgen a la que más tarde se construyó un paso, «y desde ahí en adelante nuestra actividad rociera se viene celebrando desde hace una jartá de años y cada vez acude más gente a la Catedral de San Juan a la romería», narra con orgullo Garrido que cuenta entre sus asociados con cerca de 100 personas.

Idéntico número de miembros constituye la Hermandad no filial de San Juan de la República Argentina. En su caso, la devoción llegó tras un viaje a España realizado en 1988 por un par de matrimonios compuestos por andaluces y argentinos. La visita al Santuario de la aldea almonteña fue para ellos como una llamada. «Quedaron extasiados ante su mirada, a todos les sucedió lo mismo: la Virgen les estaba enviando un mensaje, que la trajeran a San Juan, a Argentina», narra Graciela Yolanda Zalazar. «Es cuando deciden documentar todo lo que vieron y lo que vivieron», y a su regreso, con la ayuda de una escultora, se realiza una imagen de la Virgen de 1,5 metros de alto. Dicha imagen, en la actualidad, se encuentra en la Parroquia de Nuestra Señora de Andacollo, en Villa Krawse.

Este año celebrarán Pentecostés el 4 de junio con una misa que culminará con una procesión de la imagen de la Virgen del Rocío llevada en una carreta alrededor de la plaza de Concepción.

En Argentina, además de la de San Juan, se encuentra una hermandad no filial en Venado Tuerto, provincia de Santa Fe y una asociación en Ayacucho (Buenos Aires), en Rosario y en Santa Fe; en Brasil, existe una hermandad no filial en Quissama y en Bolivia, una asociación rociera en Mallasa (La Paz), y la de Rocieros de Corazón en Mérida, Venezuela.

Todas las hermandades y asociaciones extranjeras realizan enormes esfuerzos para continuar con su actividad y procurar su crecimiento. Muchas de ellas envían a algunos de sus miembros periódicamente a la aldea almonteña para mostrar sus respetos a la Blanca Paloma y uno de sus mayores deseos sería poder convertirse en hermandades filiales, aunque entienden que la distancia dificulta enormemente poder cumplir con los requisitos establecidos en las reglas de la Matriz almonteña, entre los que se encuentra la participación en los cultos de la romería.

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