DEVOCIÓN ROCIERA

La Virgen del Rocío reluce bajo el sol de la aldea

A las 14:46, los almonteños saltaron la reja para emprender con su Patrona el último paseo bajo los arcos de flores que engalanan el recorrido hacia el Camino de Los Llanos

Paseo de la Patrona bajo los arcos de flores Alberto Díaz

Miguel A. Jiménez / M. Humanes

Los santeros de la ermita habían tratado de controlar los caldeados ánimos de los almonteños que se agolpaban en la reja durante largos minutos desde que terminó la procesión eucarística con la que culminaban los ritos religiosos propios de la festividad del Rocío Chico , pero ya era en vano. Después de recriminar en varias ocasiones a los más inquietos su falta de paciencia, decidieron retirar los pocos exornos que quedaban en el altar bajo las andas de la Blanca Paloma y esa fue la señal definitiva: Almonte se derramaba entonces por encima de los barrotes del presbiterio del Santuario Nacional y decenas de hombres se arremolinaban bajo el paso para sacar a la Divina Pastora al sol de agosto.

Fuera, unos pocos cientos de personas desafiaban al intenso calor , apenas aliviado por un tórrido viento procedente de la marisma. Son los que han presenciado la rápida salida de la Virgen del Rocío , que ha tardado escasos cinco minutos en atravesar el templo y asomar por el dintel para brillar bajo las flores blancas y el impresionante templete ubicado en la explanada del Santuario, reminiscencias de la antigua catedral efímera que durante las dos últimas venidas ha adornado la plaza principal de Almonte .

Impresionante el nuevo traje de Pastora donado íntegramente por vecinos almonteños, innovador en el tono de la esclavina y la saya, cuyos bordados ofrecían hermosos matices bajo la intensa luz del mediodía. Era entonces cuando más protagonismo adquiría el Divino Pastorcito , vestido de Rey como antaño, con todos sus elementos, también de estreno, reluciendo con cada movimiento del paso, mucho más estable que en las procesiones del Rocío Grande gracias al menor peso y la disminución de la presión de los devotos sobre los almonteños que lo portan.

Durante más de una hora, la Virgen se ha paseado por las inmediaciones del Santuario, con el vibrante paisaje de la marisma de fondo y el estruendo de las salvas de escopeta llegando desde todos los puntos de la aldea. Se ha llegado a especular incluso con la posibilidad de que la Virgen volviese a su Santuario ya que, no en vano, desde el momento de su salida hasta que caiga la tarde y sea cubierta con el pañito y el capote a la salida de la aldea, el recorrido supera las seis horas para dos kilómetros escasos y bajo un sol de justicia.

La Hermandad Matriz había realizado un llamamiento con el fin de preservar la imagen del calor y de la fuerte oscilación de temperaturas entre el día y la noche, pero los almonteños que se agolpaban en la reja no han podido resistir por más tiempo. Han sido siete años de espera para vivir este momento y prolongar el momento se ha tornado inviable.

Cumplido el voto de acción de gracias

La salida que da inicio al traslado de la Virgen del Rocío a Almonte se ha producido a escasas dos horas de la finalización de los actos litúrgicos con los que la villa cumple una promesa que realizara hace más de 250 años, cuando su Patrona, a la que habían implorado protección frente a las tropas francesas, evitó que estas llegaran siquiera al núcleo almonteño.

La función principal del Rocío Chico comenzaba poco antes de las 10 de la mañana, presidida por el obispo de Huelva, José Vilaplana , quien ha tomado la lectura del Evangelio según San Lucas, concretamente el fragmento que narra la visita de la Virgen María a su prima Isabel, para recordar el espíritu que debe guiar al devoto de la Blanca Paloma. «Ella es el arca de la Nueva Alianza, la que nos ofrece en sus manos generosas al Redentor del mundo, al Salvador de los hombres», describía Vilaplana, que poner de relieve que al margen del camino «material» que la Pastora emprende hacia la villa por Los Llanos, «su camino es el camino de la fe». «Ella viene para ayudar, para mirar con misericordia», insistía. «Viene por el camino del amor, del servicio, de la entrega…», invitando en su homilía a «hacer lo mismo que Ella» y ofrecer «solidaridad» y «entrega».

La ceremonia ha seguido con la lectura del voto del Rocío Chico y la procesión por los alrededores del Santuario, tras la cual se ha comenzado a llenar progresivamente el templo de devotos deseosos de presenciar el momento imprevisible del salto a la reja.

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