AMBIENTE EN LA ALDEA DEL ROCÍO

El Rocío Chico devuelve la primavera a la aldea

La cita agosteña se vive este año como preludio de la procesión por el Centenario de la Coronación Canónica y llena las calles del núcleo almonteño de un ambiente festivo y de reencuentro

Tradicional carrera de cientas a caballo en El Real del Rocío MIGUEL A. JIMÉNEZ

Miguel A. Jiménez / M. Humanes

La Función Principal de Instituto presidida a las 10:00 por el arzobispo castrense de España, Juan del Río Martín , y la posterior procesión por las calles de la aldea almonteña, al filo del mediodía de mañana domingo, pondrán punto y final a los cultos del Rocío Chico , una tradición de la que se conmemora el 205 aniversario y con la que el pueblo de Almonte cumple el voto de acción de gracias realizado en 1813 por la protección brindada por la Blanca Paloma frente a las tropas napoleónicas.

Los actos litúrgicos comenzaron el 16 de agosto con el triduo y ha tenido uno de sus momentos más significativos en la imposición de medallas a los nuevos hermanos de la Matriz que se ha celebrado esta tarde en el Santuario mientras en el Real se han disputado las tradicionales carreras de cintas a caballo .

El otro gran acto de la festividad tendrá lugar en la medianoche de hoy con el Santo Rosario cantado que recorrerá, encabezado por el Simpecado de la Hermandad Matriz de Almonte , el itinerario tradicional y que culminará con la Salve.

Pero al margen de los actos religiosos que son el eje vertebrador de esta festividad, el Rocío Chico supone una nueva oportunidad en el año para que los devotos se den encuentro en las calles y casas de la aldea. Un buen puñado de ellas permanecen abiertas durante prácticamente todo el verano, ya que es costumbre entre muchos almonteños y algunos foráneos utilizar estas viviendas como lugar de veraneo, atraídos por el ambiente de convivencia que se respira en el núcleo, su temperatura –notablemente más fresca que en el municipio-, y su entorno natural.

Muchas más han vuelto a la vida durante este fin de semana, que, sin llegar a ser ni de lejos tan multitudinario como el de la Romería , proporciona la oportunidad del reencuentro a menudo en un ambiente festivo que, sobre todo en la noche del viernes al sábado, se prolongó hasta altas horas de la madrugada. Sin el engorro de los ingentes preparativos que a menudo son precisos para acudir a la romería, sin trajes de flamenca y otros aderezos, muchos devotos acuden a la cita veraniega con la Virgen del Rocío y disfrutan de largos paseos a caballo o en carro al caer la tarde y de visitas a amigos y familiares.

Los alrededores del Santuario Nacional y su interior recuperan el trasiego de meses atrás y en el ambiente se respira la inminencia de los grandes acontecimientos: la procesión extraordinaria con motivo del Centenario de la Coronación Canónica está a la vuelta de la esquina –se celebrará el 8 de septiembre-, y por este motivo, este Rocío Chico no supondrá para muchos el acostumbrado regreso al hogar, sino que prolongarán la estancia en la aldea hasta que pase la efeméride.

De hecho, justo antes de comenzar los actos litúrgicos de este Rocío Chico, se produjo el pasado jueves la presentación oficial del cartel del Centenario de la Coronación Canónica de la Virgen del Rocío, una obra a bolígrafo y acuarela del nazareno José Miguel Martín Mena de estilo modernista.

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