El presidente del PP granadino, Sebastián Pérez, en el Carmen de los Mártires.
El presidente del PP granadino, Sebastián Pérez, en el Carmen de los Mártires. - L. R.
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Sebastián Pérez: «Los que dicen barbaridades sobre mí son los que me abrazaban hace dos días»

El presidente del PP en Granada habla abiertamente sobre la crisis en el partido que quiere seguir liderando

Granada Actualizado: Guardar
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En el corazón del bosque de la Alhambra se esconde el Carmen de los Mártires. Conoce bien el sitio, del que fue gestor durante décadas. Entre pavos reales, Sebastián Pérez habla abiertamente sobre la crisis abierta en el partido que lleva 13 años presidiendo. Dispuesto a revalidar su liderazgo en el venidero congreso provincial, no baja la guardia. Por lo que pueda pasar.

—Con los datos en la mano, parece que no le va a resultar difícil la victoria.

—Bueno, bueno… Con los números fríos, pues sí. Pero la política no es una ciencia exacta. ¿Alguien se esperaba la victoria de Trump?

—En caso de que venza su candidatura, ¿habría sitio en el partido para los «monteristas»?

—En este momento no pienso en eso.

Luego, ya veremos cómo tenemos que afrontar el futuro del partido. Tiempo habrá para hablar. Pero el que gana, gana; y el que pierde, pierde.

—¿Cómo están siendo los últimos meses?

—Complicados. Cuando un partido es ganador y está por encima de la media del PP andaluz y de España, cuando Rajoy o Juanma Moreno te dicen abiertamente que lo estás haciendo muy bien, y ves lo que se ha originado, pues no es grato. La candidatura de Juan García Montero no nace con espíritu constructivo. Esto es lisa y llanamente una actitud muy peculiar de un grupo de señores que, a raíz de la Operación Nazarí, quieren desmantelar el Partido Popular de Granada. Espero que el día 20 la situación vuelva a su cauce normal.

—Ha habido una escalada de tensión. De las denuncias por robo de muebles y supuestas amenazas se ha pasado a las presuntas agresiones físicas.

—Es una estrategia muy conocida: la de la cortina de humo. Para que no se hable de la Operación Nazarí. Esa es la esencia de esta candidatura. Un día te dicen que un señor tiene miedo… Al día siguiente, que hay mensajes escalofriantes… Yo no he visto nada de eso. Se busca el titular, porque no tienen titulares y necesitan buscarlos.

—A usted le acusan de estar detrás de la Operación Nazarí.

—El exalcalde, en un programa nacional, dijo que la Operación Nazarí era un tema de políticos y tal… Qué quiere a usted que le diga. No voy a comulgar con ruedas de molino ni con tonterías. Vivimos en un estado de derecho. Es la muletilla que se han inventado desde el primer momento. Pero eso se ha diluido. Al principio tomó más cuerpo porque fue hablando con media ciudad diciendo que era una cosa mía.

—Torres Hurtado y usted estuvieron unidos durante muchos años. ¿Cuál es el origen de su divorcio?

—No lo sé… No puedo decir «pasó esto». No, no, no. Él estaba acostumbrado a ser gallo de corral. Yo era presidente, pero como algo despectivo; «éste, que vaya a los pueblos». Creo que su entorno era tóxico y le decían lo que quería escuchar. Es inmerecido. Siempre dije que siguiera siendo alcalde.

—Torres Hurtado también lamenta que el partido no haya salido en su defensa.

—No conozco una declaración ni provincial ni autonómica ni nacional en la que alguien haya puesto en tela de juicio su inocencia. Absolutamente nadie. Lo que espero es que la Operación Nazarí quede en nada, que puedan demostrar su inocencia y todo vuelva a su lugar.

—Es cierto que el partido habló de preocupación y sorpresa cuando se levantó el secreto de sumario del caso.

—Hombre, por lo que se está leyendo desde hace un año a esta parte, si el secretario general habla de preocupación, tampoco creo que sea cuestionar su inocencia…. Nos preocupa lo que estamos viendo. Pero nadie le ha dicho que sea culpable. Lo que nadie se explica todavía es por qué el exalcalde pidió mi dimisión para él marcharse del Ayuntamiento.

—¿Y no cree que usted mismo alimentó el rumor que le acecha con su dimisión?

—Sí, pero yo estaba en la obligación de ayudar a mi partido, y lo que más interesaba en ese momento era apartar al exalcalde para salvar la Alcaldía.

—Le gusta leer por las noches. Libros de historia, sobre todo. ¿A qué pasaje le recuerda lo que está pasando en el PP granadino?

—Es muy complicado. Sinceramente, si yo tuviera la sensación de que hay una fractura en mi partido… Pero es que aquí estamos muy bien. ¡Es que ganamos! Se da la circunstancia de que todos los de la candidatura de Juan García Montero son «ex» y no quieren perder la hegemonía que durante años han tenido. Muchos de los que dicen barbaridades sobre Sebastián Pérez son los mismas que hace dos días me abrazaban. Y de buenas a primeras te pasa lo que la pasó a César con Brutus, que te apuñalan en la escalinata del Senada.

—¿Ese sería el pasaje histórico?

—No, no… César acabó muriendo en la escalinata. Y yo creo que se van a resbalar antes de subir las escaleras.

—Dicen de usted que es un gran analista político.

—Dicen. Lo suelen decir amigos...

—¿Y qué lectura hay que hacer su reciente aparición con Luis Salvador para amenazar al PSOE con una moción de censura en el Ayuntamiento de Granada?

—Se le ha sacado una tarjeta amarilla al alcalde. No puede gobernar como si tuviera una mayoría absoluta. Así, no. Tiene que sentarse con el grupo que ganó las elecciones. Está gobernando a golpe de decreto. Como siga jugando de esa forma, se le sacará la tarjeta roja.

—Si es elegido presidente, ¿se presentará a la Alcaldía?

—Soy un hombre de partido. Esa decisión se toma en Madrid. Yo estoy trabajando con todas mis fuerzas para que Rocío Díaz, que hace un papel brillante en el Ayuntamiento, sea alcaldesa antes de 2019.

—¿Pero le gustaría?

—Si usted me hubiera hecho esta pregunta hace diez años, habría contestado de forma categórica que sí. En este momento no es algo que me quite el sueño. Si mañana mi partido me dice que sea candidato a la Alcaldía, pues naturalmente será así. Y si me dicen que me vaya, me iré.

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