Mijail Glinka, el primer compositor de la historia que transcribió el flamenco al pentagrama tras su visita a Granada

El considerado como 'el padre de la música rusa' en el siglo XIX ya tiene su placa en la capital granadina, que ha reconocido su labor en la reivindicación de la tradición andaluza en un acto con el embajador de su país este viernes

Mikhail Glinka en su juventud retratado por el pintor Ilya Repin Archivo

Álvaro Holgado

El flamenco ha vivido muchos momentos a lo largo de su historia hasta ser reconocido como arte. El siglo XIX se puede considerar como el punto de partida para ello y, tal y como se va a conmemorar a lo largo de este 2022, el Concurso del Cante Jondo celebrado hace 100 años fue un punto y aparte a nivel historiográfico desde la intelectualidad de la época.

Sin embargo, el camino fue largo, y otros, como el compositor Mijail Glinka fueron sin duda uno de los grandes defensores de ello desde varias décadas antes. Glinka,el considerador como el padre de la música rusa, fue, sin ir más lejos, el responsable de que los toques flamencos se trascribiesen al pentagrama . Lo hizo gracias a una visita a la ciudad en los años 1845 y 1846, donde conoció los sones de la rondeña para guitarra compuesta por Francisco Rodríguez, también conocido como el Murciano.

Imagen del acto de inauguración de la placa este viernes EFE

 

Así lo ha querido recordar este viernes la ciudad de Granada , de la mano de su Ayuntamiento, que en un acto con el embajador ruso en España, Yuri Korchagin , el director del Centro ruso, Russkiy Mir, y el representante de la iglesia ortodoxa rusa padre Mijaíl, han rendido homenaje inaugurando una placa con su nombre. Esta estará a partir de ahora colocada en el Auditorio Manuel de Falla de Granada.

No se trata de una placa cualquiera. Se ha recuperado la placa que los miembros de la tertulia de El rinconcillo, el grupo de intelectuales entre los que se encontraban Ignacio Zuloaga, Manuel de Falla o Federico García Lorca , instalaron hace casi un siglo en memoria del compositor ruso en la Casa de Zafra . Aquel grupo de intelectuales precisamente fueron los que, reunidos en el conocido como Gran Café Granada , gestaron en la década de los años veinte del siglo pasado el citado Concurso de Cante Jondo.

En la cerámica, con motivos de fajalauza, se puede leer «A M.J.Glinka en recuerdo de su viaje a Granada». El hecho de reivindicar su viaje no es vano. Glinka fue uno de los primeros compositores rusos en ser consideradores fuera de su país. Probablemente por su curiosidad y persistencia en conocer la tradición de lugares como Granada.

En su estancia, tal y como se ha insistido en el día de hoy, intentó anotar con cuidadosa persistencia la improvisaciones a los acompañamientos de rondeñas, fandangos o jotas de Francis Rodríguez. Todo con el objetivo de «llevarlos a la composición clásica y poder interpretarlos al piano a la orquesta» . Un salto cualitativo en la consideración de los toques flamencos, adaptados al considerado entonces como arte mayor, la música clásica.

El compositor propició, por ejemplo, a través de aquellas anotaciones la transcripción de las mismas, regaladas posteriormente al compositor Balákirev, autor de la Serenata española para piano.

Resulta curiosa, de hecho, la relación del compositor con España en general y el fuerte nacionalismo que le persistía al mismo tiempo . De todos aquellos viajes a Francia, España, Italia o Alemania, asimiló lo más que pudo aunque regresando siempre a San Petersburgo después de cada viaje, tal y como comentan los historiadores especializados. El que hizo a España, es especialmente particular, puesto que aquella larga estancia la hizo al final de su vida. Produjo dos tributos al idioma musical español: su Jota aragonesa y Una noche en Madrid.

La relación con lo popular fue tan intensa, como así se demostró con El Murciano, que incluso la Unión Soviética volvió popular al compositor, sobre todo por su tratamiento de las clases populares y los derechos de los campesinos. Sea como fuere, aquella transcripción del flamenco fue un germen de vital importancia que ahora, más de un siglo y medio después, vuelve a ser celebrado por la ciudad nazarí.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación