Granada se blinda para prevenir los «microbotellones»

El Ayuntamiento activa un plan especial de vigilancia policial ante el inicio del curso universitario para evitar que se produzcan este tipo de concentraciones sobre todo en zonas turísticas

Un «macrobotellón» celebrado en Granada Ruiz de Almodóvar

ABC

El Ayuntamiento de Granada ha activado, ante el inicio del curso universitario, el plan especial para evitar «microbotellones» en plazas y parques de la ciudad y ha renunciado a avanzar en la ordenanza que penaliza estas conductas en pisos alquilados por la escasez de denuncias por este tipo de molestias.

Según ha explicado a Efe la concejal de Protección Ciudadana, Raquel Ruz, esta capital andaluza ha activado el plan policial de vigilancia destinado a evitar que se produzcan botellones, centrados especialmente en plazas del Albaicín, barrio declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

El Ayuntamiento de Granada escenificó en septiembre de 2016 y tras nueve años en funcionamiento el cierre del botellódromo, el único espacio público en el que se permitía el consumo de alcohol, una medida que se tomó con el acuerdo de todos los grupos políticos con representación municipal.

Desde entonces, la Policía Local mantiene controles para evitar el consumo de alcohol en la vía pública, que también se ha detectado en calles del centro o en parques más alejados pero cercanos a zonas de ocio como el Tico Medina.

Tras la clausura del «botellódromo» , el Ayuntamiento de Granada organizó un plan especial diseñado especialmente para disuadir de esta práctica, pero que incluye además sanciones que oscilan entre los 150 y los 300 euros.

«Actuamos además en coordinación con el área de Medio Ambiente para actuar en zonas en las que se realizan pequeños botellones pero de las que no se reciben llamadas por ser áreas alejadas de vecinos», ha apuntado Ruz.

La responsable de Protección Ciudadana ha apuntado además que el Ayuntamiento ha desistido de modificar como anunció la Ordenanza de la Convivencia , un cambio que contemplaba que los propietarios de pisos alquilados fueran responsables civiles subsidiarios ante cualquier perjuicio por ruidos o botellones en las viviendas.

Ruz ha detallado que no se ha registrado un «incremento significativo» de las quejas de vecinos por pisos en los que se concentre gente para beber, por lo que el Ayuntamiento ha interpretado que no resulta necesario modificar la ordenanza.

El PP exigió al Ayuntamiento el pasado mes de agosto que incrementara la vigilancia para evitar botellones y cifró en 1.400 las llamadas que recibió la Policía Local entre mayo y julio para denunciar ruidos molestos y consumo de alcohol en la vía pública

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