Efectos del vertido en el Guadalquivir
Efectos del vertido en el Guadalquivir - A. O. S.
ANÁLISIS DE LA CHG

La zona cero del vertido: 12 horas sin oxígeno y miles de peces muertos en el río Guadalquivir

La Confederación Hidrográfica indica que el episodio contaminante afectó a 20 kilómetros de río

CÓRDOBA Actualizado: Guardar
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La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) ha cifrado en unos 20 kilómetros de río, con un volumen de aproximadamente 1,2 millones de metros cúbicos, el agua afectada por el vertido de orujo en el cauce fluvial en la provincia de Córdoba.

Este episodio contaminante supuso un «tren de carga orgánica» cuyo punto más duro se sitúa a la altura de El Carpio -punto del vertido- y Villafranca, con 12 horas de «carga de oxígeno cero», y que ha implicado la muerte por asfixia de miles de peces a lo largo del curso del río.

Fuentes del organismo de cuenca han precisado a Europa Press que, en este sentido, la primera información facilitada por la empresa (Orujo de Oleícola El Tejar en Pedro Abad) apuntaba a un vertido de lixiviados de unos 150 metros cúbicos, lo que habría supuesto una carga orgánica menor a la finalmente detectada, entendiéndose que o bien se trata de una sustancia con más carga orgánica o de un volumen de vertido «mucho más grande».

El principal foco de mortandad de peces se ha producido en ese tramo inicial desde El Carpio, donde el oxígeno del agua pasó a cero al empezar a consumir las bacterias presentes todo el oxígeno que precisan otras especies. Si bien plantas y anfibios pudieran captar el oxígeno aéreo, los peces fueron los principales perjudicados.

Así, la CHG, que recoge ejemplares muertos desde el martes, calcula que serán en torno a unas cinco toneladas los peces que finalmente se retiren, la gran mayoría alburnos de pequeño tamaño, aunque también se han recogido ya barbos y carpas grandes.

La onda avanzó durante el jueves y ya el viernes alcanzó el término de Almodóvar del Río, donde se incorporó agua de La Breña «muy oxigenada» que hizo que los niveles quedaran «bastante aceptables». Tras pasar por Posadas y Palma del Río, este domingo alcanzó la estación de Peñaflor, donde ya la saturación se puso en un nivel «casi normal».

La CHG apunta a medidas que se impondrían a la empresa para que «no se vuelva a producir» un vertido de estas características, dado que, aunque cualquier instalación es susceptible de una avería, se debería haber contado en este caso con elementos de contención para que la contaminación no llegase al cauce fluvial.

Los daños provocados por el vertido para la flora y la fauna, que se evalúan por Medio Ambiente y la CHG, determinará que los referidos expedientes puedan concluir con la imposición de una sanción para la empresa en cuestión.

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