Cosmopoética 2021

Wole Soyinka, la literatura como pasión común entre todas las culturas del mundo

El autor nigeriano habla en el festival literario de Córdoba sobre los grandes temas de su obra

Wole Soyinka, durante su acto en Cosmopoética Valerio Merino
Luis Miranda

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Al preparar la conversación con un escritor que ha nacido en África el occidental conozca poco el continente casi espera asomarse a un mundo ignoto y exótico en que el mundo se comprende de otra manera. Puede ser así en ciertas cosas, pero Wole Soyinka (Abeokuta, Nigeria, 1934) no tarda en desecharlo cuando se le pregunta por cosas que al fin y al cabo son comunes a todos los seres humanos.

El autor, que en 1986 fue el primer africano y el primer escritor de raza negra en recibir el Premio Nobel de Literatura , está en Córdoba para participar en Cosmopoética , en una charla en la Sala Orive.

Su visión de las diferencias entre la literatura occidental y la africana la muestra cuando tiene que responder a una pregunta sobre el marco cultural y las grandes referencias que tuvo en Nigeria. ¿Son muy diferentes a las de los que tienen los europeos?

Su respuesta es primero un depende, pero sobre todo un no. Para empezar, tiene que ver con el momento al que uno se retrotraiga, si va «al Deccamerón , a los cuentos orales en Nigeria, a los que tienen los zulús». Se ha dado cuenta de que «los inicios de la producción creativa salieron todos de la misma raíz creativa , de la imaginación humana».

Los temas son tan comunes que el nigeriano Amos Tutuola podría aparecer como el maestro del realismo mágico de García Márquez, según Soyinka

«Si tomásemos textos producidos a lo largo de la historia en diferentes países africanos, europeos y americanos y los tradujésemos todos al mismo idioma sería muy difícil distinguir de dónde vienen , salvo por referencias claras a lugares; las formas que se utilizan, las maneras de contar historias se parecen mucho», afirma el autor de una amplia obra en narrativa , ensayo , teatro y poesía.

A esta conclusión, Wole Soyinka ha llegado después de una larga vida como escritor y también como estudioso de la literatura a lo largo del tiempo. Pone como el ejemplo el realismo mágico de Gabriel García Márquez, que comparte muchas características comunes con el escritor nigeriano Amos Tutuola (1920-1997).

«De alguna forma se podría ver a García Márquez como un alumno de Tutuola, como si siguiera su tradición», afirma el autor, que insiste en que «la creación literaria viene al final por la imaginación humana » que es compartida en todo el mundo de una forma no tan distinta auque cambien las coordenadas culturales, sociales y religiosas .

Su última obra es ‘Aké. Los años de la niñez’ , que en España está publicada por Alfaguara, y es un texto autobiográfico de sus primeros años. Pero también es algo más, como explica: «Las historias personales siempre ocurren en un fondo de acontecimientos históricos. De esta manera dependen de este acontecimiento y, al mismo tiempo, cuando se escribe empieza un momento de recrearlo y quizá de verlo de una forma nueva, que quizá no representa la realidad de los acontecimientos ».

Por eso es una novela que cuenta una parte de su vida, pero también refleja acontecimientos históricos . Para él, la literatura es, entre otras cosas, «es un instrumento de lucha e interrogación cívica» ha mostrado a ciertos personajes históricos y lo ha escrito «de tal manera realista que esos individuos tenían que ver que eran ellos, para los que escribía». «Representan un cierto tipo de villano y la historia que escribe refleja la realidad histórica y personajes reales », afirma el escritor sobre su última obra.

«La literatura puede ser un instrumento de lucha e interrogación cívica», afirma sobre su trabajo el autor nigeriano

Este análisis de la realidad y de la historia estaba en su poesía, en su ensayo, en su teatro y en sus artículos, pero ahora, medio siglo después de la última vez, vuelve a la narrativa . ¿Por qué? Pues porque había llegado a un punto en que lo había dicho todo. «La novela era quizá la única forma donde podía extenderme más sobre los temas, que abarcan un periodo de tiempo muy amplio. Pensaba que la novela era el medio más adecuado para contar la historia», cuenta.

Por ahí se llega a los problemas del mundo que, según él, tampoco han cambiado tanto a lo largo de la historia. No hay tanta diferencia entre la Inquisición , dice, y lo que hacen ahora muchos fundamentalistas islámicos, «que intentan imponer su visión del mundo , su visión de las interacciones sociales, el papel del hombre y la mujer». «Hay grandes similitudes y siempre hay la misma problemática a la que nos tenemos que enfrentar de nuevo», se lamenta. Ante eso, el escritor tiene que posicionarse y por lo menos morir contento de «haber tenido una cierta influencia en la sociedad o de haber intentado» que las cosas fuesen distintas. Ese es el empeño de Wole Soyinka.

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