Manuela Cano posa con cuatro de sus hijos
Manuela Cano posa con cuatro de sus hijos - VALERIO MERINO
AYUDA

Las vidas que Adevida saca a flote

Dos mujeres relatan la ayuda material y psicológica prestada por la asociación

CÓRDOBA Actualizado: Guardar
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Para Manuela Cano fueron importantes los potitos, la comida y los pañales, y sin ellos hubiera tenido más difícil criar a sus hijos, pero enseguida, después de enumerar lo material, habla del apoyo psicológico, del tener una mano amiga que escuche y aconseje. Es una de las 300 mujeres que cada año pasan por la asociación Adevida con un denominador común: van a ser madres, quieren seguir con sus embarazos pero apenas tienen recursos. Tras el recorte aplicado por el Ayuntamiento, el año que viene no se podrá atender a 50 mujeres de las que acuden pidiendo ayuda. Los 5.000 euros retirados por el Consistorio lo impedirán, como recordaron las responsables de la asociación.

Su historia no es distinta de la de muchos: se quedó embarazada con 16 años, la misma edad que tiene ahora su hija mayor.

No tenía recursos y tuvo que acudir a Adevida, que le ayudó en lo material a criar a sus hijos. Su vida ha pasado por muchas etapas desde entonces, porque ha tenido cuatro pequeños más. Con el segundo (que ahora tiene 13) y el tercero (con 8), no hizo falta ayuda, pero sí con el cuarto y el quinto, de 20 y 2 meses y medio, respectivamente. Antes trabajaba y podía pagarlo, ahora no, y su vida tuvo muchos cambios.

La historia se volvió a repetir para Manuela, ya de de estos últimos tuvo comida y el segundo también la recibirá cuando pase la fase de la lactancia materna, además de pañales, ropa y todo lo necesario para criarlos. Con todo, para ella también fue importante la parte emocional. «Se portaron muy bien conmigo y me dieron mucho apoyo psicológico. En algún momento pensé en no tener a mis hijos», reconoció, porque no sabía de dónde iba a sacar los recursos para sacarlos adelante. No en vano, como cuenta esta vecina del barrio del Guadalquivir, «ellas me ayudaban mucho a estar animada». Por eso no duda en hablar bien de Adevida y muestra su contrariedad ante la retirada de la subvención.

Lo material es importante, dice Manuela, pero también los ánimos y lo psicológico

También tiene buenos recuerdos Pilar Ocaña, que ha estado en los dos lados: el de la ayuda a mujeres y el de la petición. No para ella, sino para cuatro de sus seis nietos. Había acudido para intentar ayudar y pronto supo que su hija mayor se había quedado embarazada, de forma que tenía que peddir asistencia para ellas. «Ahora mismo mis hijas trabajan, pero antes no había forma de ayudarlas», relata. Como el resto de madres y abuelas, insiste en que toda la ayuda que pueda prestar será poca para reparar la falta de fondos del Ayuntamiento para Adevida.

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