MEDIO AMBIENTE

Los Sotos de la Albolafia de Córdoba duplican su espacio en el río desde su protección en 2001

Los Sotos de la Albolafia duplican su espacio desde su protección en 2001

Una de las vistas de los Sotos de la Albolafia VALERIO MERINO

J. MARTÍNEZ

Hace 17 años, el 2 de octubre de 2001 , mediante un decreto de la Junta, los Sotos de la Albolafia pasaron a ser un espacio natural protegido en forma de Monumento Natural . Se trataba de una zona de 21,36 hectáreas concentradas en unos 650 metros de longitud. D esde entonces y hasta nuestros días la situación de los Sotos ha variado sustancialmente. Pero no de forma negativa, ya que todos los expertos contactados por este periódico aseguraron que su salud medioambiental es «buena» .

En estos pequeños afloramientos, barras e islotes cohabitan sauces, tarajes, olmos, álamos, fresnos, adelfas, zarzas, eneas, juncos, esparganios, lirios de agua y carrizos , además de una interesante avifauna a base de garcillas, calamones, bueyeras, agachadizas o cigüeñelas y, de cuando en cuando, alguna nutria .

Uno de los elementos que más podrían llamar la atención, en palabras de Ángel Lora González, profesor titular del Departamento de Ingeniería Forestal en el Área de Ingeniería Agroforestal de la Universidad de Córdoba (UCO), es que desde que se hizo monumento natural su espacio «prácticamente se ha duplicado en tamaño y extensión, con unos 500 metros más».

Una de las vistas de los Sotos de la Albolafia

«Si uno se fija bien puede ver garcillas en abundancia fuera de ese espacio» ubicado entre el Puente Romano y el Puente de San Rafael, explica, pero no como alarma de algo negativo, sino todo lo contrario. «Es algo muy bueno, demuestra que el río está vivo y que no ha desaparecido la vida». En cualquier caso, sí que tendría que implicar una novedad: « La catalogación no tendría que limitarse al espacio de hace 17 años, sino a todo el resto que ha ido creciendo».

Antigüedad de 30 años

Hay que tener en cuenta, como recuerda el profesor de la UCO, que los Sotos no son especialmente antiguos . Al revés, tienen una vida de unas tres décadas, no más. Y tienen mucho que ver con las tierras de cultivo cercanas a la capital que volcaban con las lluvias parte de su esencia plagada de nutrientes , partes de raíces y propágulos de plantas que permitieron que la vegetación empezara a multiplicarse aprovechando la forma del meandro del río. La desaparición del pastoreo en las orillas se encargó del resto y ese nuevo espacio de enorme atractivo por su capacidad y gran potencial biótico, así como la proximidad del complejo medioambiental de Sadeco en la N-432, llamó la atención de las aves para asentarse allí.

No fueron las únicas prácticas tradicionales que se perdieron y que favorecieron la aparición de los Sotos de la Albolafia. Según el ecologista, antes era bastante común la presencia de areneros que recogían allí la arena para las obras , además de numerosas personas que aprovechaban la abundancia de leña para recogerla en beneficio propio .

¿Y es lo que hay que hacer con los Sotos? ¿Dejar que crezcan sin límite? La idea de ambos expertos es que bastaría con un mantenimiento periódico de la vegetación , además de controlar de cuando en cuando la sedimentación con dragados puntuales. Ahora bien, tampoco abogaron por lo que consideran una drástica actuación como la de 2013, cuando se aprovechó para eliminar especies alóctonas como fueron los eucaliptos, las acacias y los plátanos. «Ni tanto ni tan calvo», llegaron a coincidir ambos, quienes no pudieron evitar poner el dedo en la llaga sobre este punto: la lucha entre las administraciones por ver exactamente a quién corresponde qué en el río Guadalquivir .

Por lo pronto, los Sotos como tales, son competencia indudable de la Junta. Desde la Delegación de Medio Ambiente se han detallado las actuaciones que se han llevado a cabo allí para su conservación, comenzando, precisamente por esa limpieza antes citada que tuvo un coste de 300.000 euros. Así, fuentes de la Administración andaluza indicaron a ABC que el río es un sistema realmente vivo sometido a evolución constante donde la vegetación forma parte básica de él, por ello « realizar una limpieza en ésta de manera permanente es ir en contra de la dinámica fluvial y del propio ecosistema y se asemeja a una visión claramente urbanizadora del medio natural».

Una de las vistas de los Sotos de la Albolafia

Además, aquello es un Monumento Natural y por tanto las distintas unidades de vegetación deben de ser lo más naturales posibles, dado que las comunidades de aves se van a adaptar a este tipo de sistemas .

La actuación de 2013, que recibió críticas de vecinos y ecologistas, fue, según Medio Ambiente, consensuada con la Plataforma por un Río Vivo . La eliminación de especies permitió que la vegetación se haya recuperado según lo previsto «sin llegar a ocupar todo el espacio como estaba con anterioridad y con especies autóctonas en su gran mayoría».

Siendo la Junta consciente de esa dinámica, en el año 2016, y dentro del Programa de Actuación Social en Espacios Naturales , se redactó el proyecto «Fomento de la biodiversidad, actuaciones de regeneración vegetal en el Monumento Natural de los Sotos de la Albolafia», en el que colaboraron la C onsejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio , la Consejería de Igualdad y Políticas Sociales y la Fundación Bancaria de La Caixa.

De igual modo, «se ha autorizado a un ganadero para que paste con el ganado (cabras y ovejas), cuya acción favorece el control de la vegetación que junto a las grandes avenidas limitarán el crecimiento de la vegetación», añadieron las mismas fuentes.

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