Sociedad

Vecinos de la Judería de Córdoba se movilizan contra los apagones de Endesa

Alguno de los comercios calculan pérdidas de más de mil euros por culpa del último corte de luz del sábado

Uno de los carteles colocado por los vecinos Valerio Merino

María Diéguez

Los vecinos de la zona de la Judería están cansados de los cortes de luz que han causado varias pérdidas materiales y económicas, según aseguran comerciantes de la zona consultados por ABC. Pero aún están más hartos de que Endesa niegue que haya habido apagones, asegura Soledad Mohedano que pidió a la compañía eléctrica que le cubriera el refrigerador que se le rompió el pasado sábado cuando la luz se fue durante 5 horas.

Por eso mismo, los vecinos han canalizado sus quejas a través de la asociación vecinal de la zona para organizarse y reclamar contra esta situación. El barrio está lleno de carteles con mensajes como «Endesa amenaza el turismo de Córdoba». Asimismo, también han creado un grupo de whatsapp para avisarse de dónde están los operarios reparando averías. «Así Endesa no puede negar que no hay problemas técnicos», afirma Mohedano.

«Deberíamos hacer más ruido», considera Álvaro Muñoz, trabajador del restaurante «Doble de cepa». El establecimiento ha sido uno de los más afectados. Muñoz calcula que han podido perder más de mil euros entre los tres aires acondicionados estropeados, la comida que tuvieron que tirar y el espectáculo que finalmente no se celebró. Lo peor, según el restaurante, es que el año pasado ya sucedió lo mismo y un día de fin de semana que «lógicamente afecta muchísimo a un comercio de estas características».

Todos los comerciantes están de acuerdo en que un apagón de estas magnitudes es un gran problema en días de auge turístico como es un sábado de agosto.

Por ejemplo, el conocido Bar Santos explica que durante esas horas, la luz no funcionaba. «Eso significa que los frigoríficos tampoco y por tanto, no hay bebidas frías ni se pueden mantener las tapas que necesitan estar a baja temperatura», afirma Jesús Maldonado, el gerente del establecimiento. Con otro añadido, tampoco se pueden hacer nuevas tortillas porque la cocina tampoco marcha. Así que todo aquel que se acercó ese día no pudo probar la famosa tortilla. De todos modos, ya ha ocurrido más veces y por eso mismo «nosotros ya apagamos los fusibles para que no salten». Maldonado recuerda otra ocasión en época de feria.

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