Turistas se refrescan en el centro de Córdoba
Turistas se refrescan en el centro de Córdoba - EFE
ALTAS TEMPERATURAS

¿Qué hacen los turistas en Córdoba para combatir el calor?

Los visitantes que hacen parada en la ciudad cuentan su calurosa experiencia

CÓRDOBA Actualizado: Guardar
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Sandalias, ropa fresca y gorros no faltan en días como hoy por los alrededores de la Mezquita-Catedral. Los más preparados llevan sombreros, crema solar y agua, y los que se la han dejado en casa se acercan con ansia a la primera fuente para hidratarse, mojarse la cabeza y hacen varias paradas en los bares. Así sobreviven los turistas a un día de julio en Córdoba.

«Hace mucho, mucho calor, pero es bonito. La Mezquita es maravillosa». De esta forma resumirá Mark su estancia en la ciudad a sus amigos cuando llegue a Londres, su lugar de origen, donde ayer mismo disfrutaban de 23 grados de temperatura y, además, llovía, en contraste a la situación de aquí, donde el mercurio alcanzó ayer los 41,1 grados. Para este londinense, los cordobeses son unos «valientes». Como él, los turistas que han decidido visitar la ciudad en pleno verano intentan apaciguar los efectos del mercurio como pueden. Mark y su familia lo hacen con gazpacho.

La mayoría de los turistas, previsores, consultan el tiempo antes de viajar para no llevarse sorpresas, pero informarse de la temperatura no es lo mismo que sufrirla, como les ha pasado a Mónica y Merche, llegadas ayer mismo de Cataluña: «Esperábamos calor, pero no tanto». Una con gorra y otra con sombrero de paja, buscan un lugar donde refugiarse de la temperatura: «Nos gustan las terrazas de los bares, pero aquí no se puede. Acabamos dentro con el aire acondicionado», explican.

Vanesa, en cambio, viene de Zaragoza con su novio de Utrera y no le resulta demasiado nuevo el calor por sus visitas a Sevilla, pero aún así reconoce que «merece mucho la pena venir». En su tierra la temperatura ronda los 35 grados, pero las diferencias son evidentes: «También hace calorcito, pero el cierzo por la noche refresca un poco todo», explica. Esta joven pareja viene con el viaje estudiado y madrugan por la mañana para aprovechar las horas más frescas: «Hemos salido a las 7.30 horas y ahora -cuando se acercan las tres de la tarde- nos encerramos hasta que caiga el sol»,

Por este motivo describe a los cordobeses como «un poco supervivientes, pero pacientes ante todo, porque el estar en casa tantas horas con el calorcito que hace, yo no tendría paciencia», reconoce. Por esas horas refugiándose del sol ha empezado a trabajar la siesta: «La estoy acostumbrando», dice su novio entre risas, «ella ha entendido la siesta conmigo. Es que después de comer aquí...».

La otra perspectiva

Pero si los visitantes califican de supervivientes a los locales, para Miguel, camarero del Hostal El triunfo, los que deciden visitar la ciudad en esta época del año «son unos valientes, porque normalmente son personas que no están acostumbradas a estos calores», justifica. Él ve pasar cada día centenares de turistas que hacen su parada pertinente en el local, y el clima es tema de conversación entre ellos: «Más o menos se huelen el calor, pero cuando vienen no se lo esperan. Dicen: ‘esto lo llego yo a saber y vengo en otra temporada que haga menos calor’. ¿Cómo no se van a la costa?», pregunta entre risas.

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