Tolerancia cero con la deposición canina en Córdoba

Atento tiene que estar el dueño de un perro si ve deambular a la Policía Local por los alrededores del parque en el que el animal tiene por costumbre hacer sus deposiciones. No, lo más probable es que los agentes no estén allí por casualidad, sino en el inicio de una misión que acabará con sanciones a los propietarios de las mascotas que se desahoguen sin que sus responsables humanos recojan los excrementos y los depositen en el contenedor indicado. El modo de trabajo del Ayuntamiento —que presten oído quienes tengan canes a su nombre— es el siguiente: la autoridad municipal decide en qué lugar de la ciudad va a centrar su vigilancia y a continuación le da la orden a una patrulla del cuerpo de seguridad de que ponga los pies y los ojos en el enclave en cuestión.

Los policías se pasean varias mañanas o varias tardes por el lugar, localizan a los usuarios más frecuentes y se familiarizan con sus costumbres. La siguiente fase es la de sensibilización, a la que sigue la imposición de las multas, que suele resolverse sin que los miembros de la Policía Local den demasiadas explicaciones. La manga ancha se queda para otro tipo de vulneración de la norma: en la que se refiere a los perros hay poca flexibilidad. Lo explicaba ayer Enrique Flores, técnico de la empresa municipal de saneamientos urbanos (Sadeco), durante la presentación de la Ordenanza de Higiene Urbana. «No existe justificación para que un dueño deje de recoger las deposiciones del animal que está bajo su responsabilidad», señaló este cargo de la compañía de gestión de residuos. Flores echó mano del sentido común: «Otras infracciones podemos achacarlas a la falta de información, por ejemplo, pero en estos casos no... Ya son muchos años de campañas de sensibilización y es evidente que el dueño de un perro ha de saber que no puede ir dejando sus excrementos por la vía pública», añadió.

Así que no hay que extrañarse por que las inspecciones realizadas por Sadeco en coordinación con la Policía Local en los seis primeros meses de este año hayan tenido a los canes como protagonistas: nada más y nada menos que mil de los partes que levantó la empresa de residuos urbanos han tenido que ver con los perros, más de 90 por ciento de ellos relacionados con la comprobación de que el animal tenía en regla el obligatorio microchip identificativo. Las denuncias ascendieron durante el primer semestre a cuarenta y cuatro, de manera que las más numerosas (veintidós) tuvieron que ver con las correas de sujeción de los animales y catorce con los excrementos de los perros.