Mario Flores - El dedo en el ojo
Susana Díaz dimitirá
No esperen efecto políticos de la sentencia del caso ERE
No hay mal que por bien no venga. De la voladura descontrolada de España, perpetrada a manos del ego hipertrofiado de un tal Pedro Sánchez , hemos podido vislumbrar una luz al final del túnel de esta nuestra Andalucía apesebrada , sojuzgada y subyugada por un sempiterno poder socialista atornillado al mismo desde que yo era chico: cuando se produzca la sentencia de los «nunca bien ponderados ERE » el Gobierno socialista andaluz se inmolará en una moción de autocensura.
Es lo que cabe deducir de la maniobra llevada a cabo en España por el PSOE tras la moción de censura presentada contra el gobierno de Mariano de Rajoy . Había mejores formas de hacer caer un ejecutivo que, por su parte, no supo o no quiso verlas venir y que confío su supervivencia a la presión atmosférica o a la humedad relativa del aire.
Aparece este Partido Socialista Obrero Español como una formación sin tacha ni mácula que reacciona alérgicamente a cualquier caso de corrupción, razón por la que en Andalucía no permitirá la más mínima dosis de podredumbre.
Ya estoy viendo a Susana Díaz compareciendo en el Parlamento de Andalucía, cabizbaja y circunspecta, anunciando su dimisión y la de todo su Gobierno. Banderas a media asta, busto de Blas Infante con crespón negro, viudos y viudas de las distintas agrupaciones locales de Andalucía sosteniéndose «unos a otros, unos a otras, unas a otros y unas a otras» en patética actitud. Lágrimas y desconsuelo , gritos zaheridos, desmayos y lipotimias, camisas rasgadas y dientes y puños apretados por la rabia conformarán el dramático escenario.
Se habrá borrado la eterna sonrisa de Mario Jiménez , de Verónica Pérez y de los demás «compañeros y compañeras» mártires que, haciéndose acompañar de toda una pléyade de «agradaores» mostrarán su duelo por la voluntaria pérdida del poder obligada por su corrupción. En la secuencia de imágenes podremos ver que la gran mayoría de «arrimados» empiezan a desplazarse hacia los límites del encuadre de la cámara, como si la cosa no fuera con ellos.
Susana Díaz, abochornada por las corrupciones de sus entrañas, volverá al lugar del que vino, o sea, a ninguno. Y así se apagará la llama del socialismo que durante décadas había permitido a miles y miles de andaluces arrimarse al sol que más calienta, precisamente, el que simboliza, pero también materializa, esa llama socialista. Desconozco si habrá alguien que escriba un epitafio porque los ánimos no estarán siquiera para eso. Todo muy triste . Como dicen los utópicos que hay que perseguir lo imposible, ¿por qué no soñar con ese escenario? Ya sé que esto nunca ocurrirá porque la justicia divina no se ocupa de estas cosas -no es su negociado- y la justicia humana hace tiempo que debiera haber acudido a cualquier clínica del Brillante para revisarse la vista.
El PSOE andaluz seguirá como si nada por sus fueros corruptos porque en la corrupción, como en casi todo en esta vida, también hay clases. Y la fundación Guadalquivir Futuro seguirá sin devolver el dinero de las jugosas y muy socialistas subvenciones, y los responsables de unas presuntamente fraudulentas oposiciones a bomberos seguirán ostentando su orgullo por el Palacio de la Merced y por ayuntamientos provinciales, y se seguirán prestigiando asociaciones y colectivos afines para difusión de zarrapastrosa ideología. Nada cambiará . ERE que ERE.
La transformación, la regeneración o la renovación son conceptos ajenos al socialismo andaluz porque lo viejo les funciona divinamente.
Lamentándolo mucho, no caben esperar dimisiones .
