SENTENCIA

La sentencia sobre la quiebra de Laboratorios Pérez Giménez: «El dinero salía a saco»

Estimaciones de la investigación apuntaron a que más de 10 millones de dinero negro salió por la puerta de atrás

Acceso a la planta de Pérez Giménez en Almodóvar del Río Roldan Serrano

F. J. POYATO

Siete años después de que Laboratorios Pérez Giménez se viera abocado al concurso de acreedores , el Juzgado de lo Mercantil de Córdoba ha dictado sentencia sobre las causas que llevaron a su liquidación y venta y las responsabilidades de esa mala gestión.

A la hora de establecer responsabilidades patrimoniales para hacer frente a los daños y perjuicios causados a la farmacéutica (entre 2009 y 2013) y, sobre todo, al llamado déficit concursal -el agujero deudor creado-, el juez señala directamente a la familia Pérez Giménez , la fundadora en 1950 de estos laboratorios y que vendió la compañía en el verano de 2010.

Por un lado, d eberán abonar de manera solidaria 361.456 euros a la masa activa del concurso -los bienes patrimoniales que queden aún en fase liquidatoria- y, por otro, el 40 por ciento de las cantidades totales debidas a los acreedores una vez finalice la propia liquidación. Según estimaciones de la propia administración concursal, y teniendo en cuenta que aún hay procesos judiciales abiertos sobre la fase final liquidatoria, la cantidad rondaría una horquilla entre los 15 y los 18 millones de euros. La primera de ellas era la cifra que se pidió en el juicio por parte de los administradores concursales, aunque se irá perfilando a lo largo del tiempo.

El togado fija cuatro causas fundamentales de esta culpable gestión que llevó a la ruina a toda una enseña: la existencia de una contabilidad B y la salida fraudulenta de ese dinero negro ; inexactitudes graves en la presentación de documentos sobre las cuentas de la empresa y demora en la solicitud del concurso.

El grueso de esta gestión fraudulenta estriba en el dinero negro. Varios testigos declararon en el juicio celebrado la pasada primavera que era una circunstancia «vox populi», incluso el presidente del comité de empresa, cita el fallo, llegó a declarar que «en ocasiones cobraban en negro» . «Todos pillaban y el dinero salía a saco », es otra de las frases que reproduce el togado en su auto atribuibles a los testigos que comparecieron. había hasta una caja fuerte para ese dinero líquido y como se puso de manifiesto en la vista, incluso se llegó a manipular el programa informático contable para no computar ventas.

Alteración de los bienes

Antes de llegar al concurso, que se declaró en noviembre de 2011, en Laboratorios Pérez Giménez se produce una regularización fiscal , ahí es cuando aflora todo el problema de la contabilidad B , que el juez estima que iba a parar a manos de la propiedad condenada -exime al que fuera director general con la familia propietaria, Guillermo Sada-. En la investigación se retrotraen las pesquisas a dos años antes del concurso, periodo en el que ya se detecta con claridad un desvío de 2 millones de euros sólo en IVA y declaraciones complementarias. La práctica pudo extenderse muchos años atrás e incluso algunas estimaciones de la investigación apuntan a más de 10 millones de euros que salieron por la puerta de atrás .

Otra de las causas esgrimidas por el titular de lo Mercantil en su sentencia está en la inexactitud grave de documentación . En concreto, estos hechos afectan a Sergio Martínez , que se hizo cargo de los laboratorios tras el fiasco de Tecris, que fue la firma que compró la farmacéutica en 2010 a la familia Pérez Giménez. El auto recoge un a alteración del inventario de bienes de la empresa al no contemplarse en sus activos dos aportaciones de dividendos pasivos hechos por dos sociedades por valor de 3,9 millones de euros. Una de ellas, Spheric Nanohelath tenía como administrador al mismo Martínez. Éste es condenado como culpable pero no cae sobre él responsabilidad patrimonial.

La otra razón señalada en la sentencia es la demora en la solicitud del concurso de acreedores . Tanto la familia Pérez Giménez (salvo Francisco J.) hasta julio de 2010 como Tecris y Sergio Martínez (hasta 2011) debieron someter a la firma al concurso antes de lo que lo hicieron, causando por ello un perjuicio a la situación de la misma, aumentando sus deudas.

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